Informaciones

Sensibilización sobre las relaciones intergeneracionales a través del teatro

Sábado, 30 de Abril de 2016
Relaciones Intergeneracionales

Resumen de la conversación sostenida por las coordinadoras de la Sección Relaciones Intergeneracionales con Gonzalo Talavera -presidente de la Asociación Cultural Ojo en la Cerradura integrante del grupo de teatro “La Casa de Tespis”-,  acerca de la realización del proyecto Un valse y un recuerdo…*

En 2009, en Lima, Perú, un grupo de jóvenes actores egresados del Teatro de la Universidad Católica de Perú deciden comenzar un proyecto denominado “Para rescatar la memoria”.

Esta idea comenzó a generarse a partir del vínculo con sus propios abuelos, dándose cuenta que algunas tradiciones, por ejemplo, la música criolla de esa generación, iba quedando divorciada de la generación de los jóvenes, para quienes era algo añejo, antiguo, considerada una “cuestión de museo”.

Por otra parte, este grupo de actores trabajaba -por separado- con grupos de jóvenes y de adultos mayores.

Realizaban talleres con adolescentes de Educación Secundaria del Colegio estatal “Francisco Bolognese”, quienes por diversos motivos, no tenían vínculos directos con sus abuelos.

Por otra parte, realizaban talleres con adultos mayores, en los que surgía el tema de la memoria y la transformación de los valores de su generación en el presente de los jóvenes de su sociedad.

A partir de ello, deciden realizar un taller conjunto, en el cual se genera un diálogo en el que intercambian experiencias sobre sus expectativas, sus temores, los temas que tenían en común y aquellos que eran propios de cada etapa vital.

El propio nombre del Colegio también suscitaba referencias, ya que Francisco Bolognese fue un militar, que ya retirado, volvió a la actividad para la batalla de Arica durante la Guerra con Chile. Era un nuevo ejemplo de cómo los mayores siempre están presentes en la vida cotidiana, aunque no se los visualiza.

En forma paralela a estas experiencias, personales y de trabajo, el grupo de actores comienza a realizar una investigación para recabar información en cuanto a las costumbres del pasado y del presente. Un eje de esta investigación es la música criolla, que nace en un contexto socio-histórico importante para Perú, ligada al Centenario de la Independencia, a un momento social de movimientos obreros, de la búsqueda de las mujeres por el cambio de su rol, entre otras. Es una investigación sobre el vínculo del siglo XXI con la época de los abuelos de los actores, que abarca su pensamiento, conocimiento, costumbres (por ejemplo, el cortejo, el romance), las artes y especialmente la música.

Es así que basados en la energía de la motivación personal y distintas coincidencias que convergían en el rol de los adultos mayores, las costumbres sociales y culturales del pasado y el presente, surge la obra “Un Valse, un recuerdo…” y varios detalles que se van concatenando en relación al tema, como el nombre del Colegio secundario, la casa en la que los actores creaban y ensayaban, representante de las grandes casas centenarias que en la actualidad están siendo demolidas para construir edificios, se va conformando su trabajo teatral hacia la creación de una obra.

Comienza entonces la etapa de dramaturgia de la obra, que se plasma en un guión.

Los actores se dan cuenta que es importante que haya música en vivo para poder incluir en el espectáculo la participación del público en una danza criolla. Se contacta a los hermanos Urrutia, músicos adultos mayores que se dedican a la música criolla. Ellos constituyen el punto de vinculación intergeneracional en el escenario.

El guión alude a temas tales como la despedida de esas viejas casonas que están siendo demolidas en la actualidad, el desprecio de los jóvenes por la historia de los mayores, contenidos que se va transformando en el desarrollo de la obra hacia una revalorización de la importancia de las tradiciones, en especial, la música criolla.

Se genera un equilibrio entre el recuerdo y el progreso, en el que se intenta transmitir la idea de la importancia tanto de no quedar estancados en el tiempo como de no eliminar todo vestigio de la cultura anterior.

En la mitad de la obra, el público es invitado a bailar el valse criollo con los actores y entre si, reviviendo las “jaranas” como celebración que se realizaba en la juventud de los ahora adultos mayores.

La obra continúa y cierra con un poema de César Vallejo, poeta internacionalmente destacado por su obra.

La obra teatral tiene su primera temporada en el año 2010, en la casona del Grupo de Teatro Yuyachkani, y concurren jóvenes, adultos y adultos mayores.

También ha sido representada en el Festival de Fusiones Contemporáneas, en la Casa del mismo Grupo La Casa de Tespis, y otros Festivales zonales y en el Jurado Nacional de Elecciones Institucionales por el Aniversario del Derecho de la Mujer.

En el año 2011 y 2012 fue representada en distintos escenarios.

Se puede estimar que la obra ha alcanzado un público de aproximadamente 2000 personas.

El impacto en el público, recuerda Gonzalo Talavera, es que los adultos mayores podían revivir y vibrar con la música y el baile de su juventud y la compartan con los jóvenes, que no los conocen. Los adultos mayores tenían el protagonismo, conducían al resto del público.

A partir de una evaluación mediante preguntas escritas a los participantes se destaca que:

-los jóvenes se acercan a una parte de la cultura de su país ahora olvidada, y también a las condiciones sociales de esta época.
-en muchos casos, la concurrencia a la representación abría el diálogo intergeneracional entre nietos y abuelos acerca de otros aspectos de su historia, lo cual genera una nueva imagen de éstos.
-los adultos mayores se siente revalorizados y tienen la oportunidad de revivir aspectos de la cultura de su juventud, que tiene la posibilidad de ser conocida y valorada por los jóvenes.
-la obra tiende un puente entre las dos generaciones.

Según testimonios orales, cumple el objetivo de sensibilizar a la población acerca de la situación de los adultos mayores y su cultura que ha sido relegada, apuntando a reparar el quiebre cultural y relacional entre esa generación y la de los jóvenes.

Es así que la obra tiene un componente intergeneracional en varios aspectos: en el guión, en la puesta en escena y en la participación del público.

* Para mejor comprensión, adjuntamos algunos aspectos de documentos de elaboración del proyecto e Informe final presentado a la Fundación Pro bienestar de las Personas Mayores en el Mundo, financiante de la primera parte del proyecto “Un valse y un recuerdo”.