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Según estudio, la muerte de un cónyuge no afecta tanto como se pensaba

Miércoles, 29 de Marzo de 2006
Recortes de prensa


No duele tanto, después de todo

Se piensa que la muerte de un cónyuge con el o la que se ha vivido durante décadas afecta gravemente a "la otra mitad".

Pues no es así, según un estudio llevado a cabo en Estados Unidos.

El equipo de psicólogos y psiquiatras de la Universidad de Michigan, estudió a 1.500 parejas de más de 65 años.

Analizó la calidad de sus matrimonios, las actitudes de uno con el otro y los efectos que tuvo la muerte de uno de ellos en el otro durante cuatro años después del fallecimiento.

Según el estudio, seis meses después de la muerte de sus cónyuges, casi la mitad de los viudos habían mostrado pocos signos de aflicción.

"El duelo va a depender mucho de la relación de pareja", dijo a BBC Mundo el médico geriatra David Nowogrodski, director de la Universidad para la Tercera Edad de la Universidad de Chile.

"Sin embargo, las personas hoy en día están mucho más informadas y preparadas para enfrentar el duelo en esta etapa de su vida", dice el experto.

Viudez

La investigación, financiada por el Instituto Nacional de Ancianidad de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, aparece publicada en el libro "El duelo de la pareja en la tercera edad".

El estudio, dicen los expertos, ofrece un amplio perfil de la viudez en la ancianidad.
En gran parte del mundo un 75% de la viudez ocurre después de los 65 años de edad, y la proporción va en aumento a medida que las poblaciones viven más.

Previamente, los expertos pensaban que las personas mayores que mostraban síntomas mínimos de aflicción tras la muerte del cónyuge eran emocionalmente distantes, no habían aceptado el evento o no habían tenido una relación cercana con la pareja.

Pero el estudio mostró que cerca de la mitad de las personas que dijeron habían gozado de sus matrimonios habían sido capaces de enfrentar la pérdida sin demasiada aflicción.

Entre los participantes, el 46% informó que su matrimonio había sido satisfactorio.

Esos viudos y viudas creían que la vida era justa y habían logrado aceptar la muerte como parte de la ésta, dice el estudio.

Además, gran parte de los cónyuges sobrevivientes tenían un gran consuelo en el recuerdo de sus parejas.

"Estos resultados", dice Deborah Carr, una de las autoras del estudio, "nos ofrecen una prueba firme de que los hombres y las mujeres que muestran un flexible patrón de duelo no son emocionalmente distantes ni están negando el evento".

"De hecho -agrega- son individuos bien ajustados que han logrado responder a su pérdida de forma saludable".

Alivio

Los investigadores también descubrieron que en un 10% de los casos, la muerte de un cónyuge era motivo de alivio para los viudos.

Según los científicos, estas personas habían estado deprimidas antes del fallecimiento y habían mejorado después del evento.

Esto demuestra, agregan, que esas personas se sentían "atrapadas" en un mal matrimonio o en labores onerosas de asistencia, de manera que la viudez les había ofrecido un alivio y un escape.

El estudio también encontró que uno de cada diez cónyuges sobrevivientes habían tenido altos niveles de depresión seis meses después de la pérdida.

Pero ésta había disminuido considerablemente después de los 18 meses.

La realidad es otra

Según el geriatra David Nowogrodski, los resultados no sorprenden.

"La experiencia con mis pacientes demuestra que cuando son relaciones muy prolongadas, a veces de más de 50 años, y en las que existió mucha interdependencia, indudablemente la muerte es motivo de gran estrés", señala el experto.

"Sin embargo- dice- el factor cultural hoy en día influye muchísimo en la aceptación de la muerte en esa etapa de la vida y las personas mayores están mucho mejor preparadas para ella".

El experto agrega que subestimamos a las personas mayores y su capacidad para responder de forma saludable a la pérdida del cónyuge.

"La realidad es otra" dice el doctor Nowogrodski, "los adultos mayores le temen más a las enfermedades crónicas, al dolor y al aislamiento pero no al duelo, ya que muchos de ellos son capaces de asimilarlo sanamente".

"En realidad va a depender mucho de cada individuo, pero en general los adultos mayores se adaptan perfectamente a esta etapa de vida y a estas circunstancias", concluye el geriatra.

BBC Mundo Ciencia
16.03.2006.

http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/newsid_4812000/4812808.stm