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Ecuador. Ser persona mayor en las calles de Quito sin pensión ni ingreso fijo: ‘Si no vendo, no como’

Sábado, 19 de Julio de 2025
Envejecimiento y vejez

“En Quito hay 21 308 personas mayores que viven en pobreza o extrema pobreza. Laura Iza, Mercedes Núñez y Efraín Ortega ya superaron los 80 años. Ellos dependen de lo que logren vender en las calles del Centro Histórico de Quito para comer, costear su salud y cubrir lo básico.

¿Por qué debes saberlo?

El 44% de las personas mayores en Ecuador vive en pobreza o extrema pobreza, según el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES). Esto equivale a 432 973 personas que no tienen ingresos laborales estables, pensiones del IESS ni garantías mínimas para cubrir su alimentación o su salud.

309.075 acceden al bono Mis Mejores Años, pero otros, como Laura Iza y Efraín Ortega no están en el sistema. Mercedes Núñez recibe 28 dólares del Seguro Social Campesino, monto que no le alcanza para cubrir su tratamiento médico ni sus gastos básicos.

Según el estudio: ‘La seguridad económica de los adultos mayores en Ecuador” de la OIT (2024), las mujeres mayores enfrentan más precariedad: 58,1% no tienen ingresos laborales ni pensiones, frente al 27,5% de hombres. Esta desigualdad de género se agrava con la edad y la informalidad.

La escena clave de las personas mayores en Quito

Efraín Ortega tiene 80 años. Apoyado en un carrito cargado de café colombiano, no debería trabajar, tiene artrosis severa, pero lo hace por sus nietos. La primera de 17 años quiere estudiar Psicología. Quiero que entre a la universidad, dice. Pero no tiene esperanzas de tener un cupo en una institución pública. Un familiar cercano obtuvo 950 puntos en las pruebas. En vez de medicina, que era su anhelo, lo mandaron a estudiar terapia. 

Vive en Llano Grande y tarda dos horas en llegar al Centro Histórico. Su hija, ingeniera química, trabaja como enfermera en una escuela por USD 500. “No alcanza”. Su yerno, ingeniero petrolero, está desempleado, tres años. Efraín es el sostén. No tiene jubilación del IESS ni recibe bono. “Tengo una casita, pero lo único que quiero es que mi nieta vaya a la universidad”. Lo repite una y otra vez entre lágrimas. Cada 15 días cruza por una trocha la frontera a caballo para traer café más barato.

Lo que hay detrás

La pensión Mis mejores años, de 100 dólares, se creó en 2017 y arrancó con 14 238 beneficiarios. Para abril de 2025 llegaron a 309 075 personas, por lo que todavía hay un margen de personas que cubrir que están en situación de pobreza o extrema pobreza. Adicionalmente, según el MIES, en 2022, 6 586 personas recibieron la pensión para personas mayores de 50 dólares, en 2015 eran 525 899 beneficiarios.

En consecuencia, el universo de personas mayores en pobreza supera a quienes acceden apoyos estatales. El sistema de protección social aún no logra abarcar a todos los que lo necesitan.

¿Cómo Laura Iza llegó hasta aquí?

Laura Iza cumplirá el 9 de julio 82 años. Ella gana entre USD 6 y 10 al día, vendiendo sahumerios y velas afuera de la iglesia del Sagrario. Cada abril, por nueve días, vende en la Compañía. A diario, los agentes municipales la hostigan. Le impusieron una multa de 230 dólares. Un concejal prometió ayudarla, pero y ya pasaron tres meses sin respuesta.

“Yo he querido sacar el permiso, pero nunca me responden. No soy ambulante, solo pongo mi puesto porque ya no puedo caminar mucho”. Con lo que gana paga servicios básicos y se alimenta. Sus hijos le ayudan con el arriendo de dos cuartitos. Está reuniendo 12 dólares para una consulta oftalmológica en el Club de Leones. Su vista se ha ensombrecido por degeneración macular y una catarata. Ya se inscribió para recibir la pensión del MIES. Espera una respuesta la siguiente semana.

Entre bambalinas

Desde el 1 de diciembre de 2023, según el MIES, las personas mayores que recibían la pensión Mis Mejores Años y no tenían información actualizada en el Registro Social fueron inhabilitados. Esta transferencia para cubrir las carencias económicas de personas mayores de 65 años se mantuvo vigente hasta tres meses después de la finalización del convenio interinstitucional entre el MIES y la Unidad de Registro Social (URS), el cual concluyó el 15 de agosto de 2023. Es decir, quienes estaban habilitados hasta noviembre de 2023, pero no actualizaron sus datos, fueron excluidos del sistema sin necesidad de un trámite individual. Esto dejó fuera a beneficiarios en situación de vulnerabilidad.

La inclusión en los bonos no depende de solicitudes individuales, sino del puntaje actualizado en la base de datos nacional. Este sistema, automatizado, puede dejar fuera a personas vulnerables que no saben cómo actualizar su información o que viven en zonas sin acceso a internet o asistencia técnica.

La verdad de los datos de las personas mayores

Claves para entenderlo

El dato que sorprende

Mercedes Núñez, de 82 años, gana entre 4 y 5 dólares al día vendiendo libros de sopas de letras. Llega al Centro Histórico de Quito en las tardes. Cuando no vende, recurre a la caridad, en el ingreso del parqueadero El Cadisan. “Recibo 28 dólares del Seguro Campesino, pero no me alcanza. Como cuando hay”. Su hijo de 70 años tuvo un accidente con secuelas, por lo que no es de gran ayuda, salvo por el alojamiento.

Salidas posibles

1 115 personas mayores han recibido créditos de desarrollo humano, con una inversión de 753 090 dólares, desde 2021 hasta abril de 2025. Esta herramienta permite anticipar transferencias para emprendimientos, previa capacitación de 16 horas.

La OIT recomienda al Estado ecuatoriano ampliar los esquemas contributivos y no contributivos, reforzar la gobernanza del sistema y garantizar acceso a salud básica. También sugiere programas de capacitación digital y laboral para mayores que puedan y deseen seguir trabajando.

Pero sobre todo, es necesario que el Registro Social se actualice de forma permanente y proactiva. De esta forma no se excluye a quienes necesitan ayuda.”

Por Gabriela Quiroz

FUENTE: elcomercio.com - 22/6/25

https://www.elcomercio.com/sociedad/quito-adulto-mayor-informalidad-pobreza/