“"Todavía estamos muy lejos de conseguir la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres", así lo afirma Marina Troncoso Rodríguez, presidenta de la Confederación Estatal que agrupa a las Asociaciones de los Programas Universitarios de Personas Mayores (CAUMAS), una denuncia a la que se suman también las presidentas de la Confederación Nacional de Jubilados y Pensionistas de España (CONJUPES), la Unión Democrática de Pensionistas (UDP) y la Confederación Estatal De Mayores Activos (CONFEMAC), miembros del Comité Asesor de 65YMÁS, con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se celebra este sábado 8 de marzo.
Y es que las mujeres cobran un 20% menos que los hombres en todo el mundo, según el Informe mundial sobre salarios 2018/19 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Por otro lado, un reciente informe de los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), Brecha salarial, Suelo pegajoso y Techo de cristal, refleja que las mujeres perciben, en promedio, casi 5.100 euros menos al año que los hombres, una diferencia del 23,9% en los ingresos anuales entre ambos géneros.
En este sentido, el último informe de Comisiones Obreras (CCOO) señala que serán necesarias más de dos décadas, hasta 2042, para cerrar la brecha salarial, "y solo si se implementan medidas adicionales, se podría cerrar la brecha salarial", advierten.
"La maternidad sigue estando penalizada, impide la promoción de las mujeres a puestos de liderazgo, es la pescadilla que se muerde la cola, siendo joven no accedes a promociones laborales, llegas a mayor y la falta de esa promoción provoca una falta absoluta de consideración para valorar todo lo que puede aportar una mujer mayor a la sociedad", señala Troncoso a este diario.
Por su parte, Adela Cabezas, presidenta de la Confederación Nacional de Jubilados y Pensionistas de España (CONJUPES), destaca la soledad no deseada, la falta de independencia y la incapacidad de permanecer en sus hogares, como algunos de los problemas que enfrentan las mujeres mayores que viven, principalmente, en el medio rural.
En esta línea, Inmaculada Ruiz, presidenta de la Unión Democrática de Pensionistas (UDP) hace referencia al "dominio del hombre sobre la mujer" que todavía "se nota muchísimo" en el medio rural y, "aunque van cambiando las cosas, no cambian del todo", señala, afirmando que "quedan muchas cosas por resolver y muchas por conseguir" a este respecto. Con todo, apunta que "no se trata de comparar, sino que tendría que haber paridad, un poder trabajar juntos y de forma equitativa".
"Parece mentira que hoy día, después de todos los años de lucha, las mujeres sigan enfrentando desigualdades en el ámbito laboral, brecha salarial, dificultades para acceder a puestos de liderazgo y una sobrecarga de tareas de cuidados no remunerados", añade Gloria Margarita Veiga, presidenta de la Confederación Estatal de Mayores Activos (CONFEMAC).
Cabe destacar que, en el caso de las mujeres mayores, a todo esto "se suman la invisibilización, la precariedad económica derivada de pensiones más bajas y la discriminación por edad y género, que limita su participación en la sociedad".
"La igualdad no tiene edad"
En este sentido, son varias las reivindicaciones que hacen para afrontar estos problemas, los cuales "son las mismas, sean de las mujeres jóvenes o de las mayores", destaca la presidenta de CAUMAS, que recuerda que "la edad no es un factor diferenciador para reclamar derechos como la educación, la salud, la paz, los medios, la participación política, el empoderamiento económico y la eliminación de la violencia contra las mujeres y niñas".
"Las mujeres ven restringidos estos derechos por su condición de género, algo absolutamente inadmisible, además de ilegal. Se habla mucho del talento sénior, pero por inercia siempre se mira hacia el talento sénior masculino porque hay más hombres sénior en activo, más hombres emprendiendo, a pesar de que la población femenina sénior es mayor y hay más mujeres con formación superior que hombres, pero los hombres desarrollan sus profesiones sin los obstáculos que tienen las mujeres", indica, destacando la importancia de "visibilizar el talento sénior femenino en su contexto social y participativo, no solo profesional".
El Informe sobre la brecha salarial, presentado recientemente por el sindicato de funcionarios CSIF, muestra la fuerte brecha de género, y es que el 93% de las personas que trabajan a tiempo parcial por cuidado de familiares son mujeres. Además, sigue habiendo más mujeres que hombres en paro (el 53% son mujeres) y la mayoría de las personas inactivas son mujeres. Cabe destacar que esta brecha laboral se traduce posteriormente en una brecha en pensiones.
Por su parte, el IV Mapa del Talento Sénior: La Brecha de Género del Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE señala que las mujeres sénior siguen padeciendo la brecha de género en el mercado laboral en mayor medida que las profesionales de otras edades. Todo ello a pesar de que el aumento de la población activa de mayores de 55 años que se ha dado desde 2008 hasta 2023, según este informe, ha sido mayor en mujeres (150%), frente a 60% de los hombres.
"Es imperativo incorporar a las mujeres mayores actuales en los órganos de gobierno, participación y decisión de las instituciones políticas, sociales y económicas", añade Troncoso.
Asimismo, desde CONFEMAC defienden "la plena igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres mayores, no solo en el ámbito económico, sino también en su participación social, cultural y política".
"Yo misma soy un ejemplo de la posición que deben y pueden ocupar las mujeres mayores en el tejido asociativo, no solo participando sino alcanzando el liderazgo de las entidades", destaca su presidenta, que recuerda que "las mujeres tienen una mayor esperanza de vida que los hombres, lo que significa que muchas pasan más años en soledad, enfrentan más problemas de salud y, en muchos casos, deben afrontar la vejez con menores recursos económicos debido a la brecha de género acumulada durante toda su vida. Por eso, es fundamental garantizar una pensión digna, pero también políticas de apoyo a la vivienda, el acceso a la salud sin discriminación por edad, servicios de cuidados adecuados y medidas que combatan la soledad no deseada".
Reivindican también "el derecho de las mujeres mayores a seguir activas en la sociedad, a decidir sobre su futuro y a no ser infantilizadas ni relegadas. Debemos romper con los estereotipos que las ven solo como cuidadoras o dependientes, porque son mucho más que eso: son referentes, son memoria viva y son agentes de cambio". Al tiempo que exigen que "se escuche su voz en la toma de decisiones que les afectan. La sociedad debe dejar de hablar por las mujeres mayores y empezar a hablar con ellas, garantizando su participación en todos los ámbitos".
Y es que las mujeres mayores también reivindican, "mientras son personas totalmente independientes, el poder salir, hacer todo tipo de actividades, simplemente eso, y que se preocupen un poquito más de ellas, que sea la gente un poquito más solidaria con las personas mayores, que no les ninguneen como si fuese una etapa totalmente pasiva, porque no es así", traslada la presidenta de CONJUPES. "Quieren que se las tome más en cuenta, quieren que sepan que son gente activa, y se está demostrando que es un colectivo activísimo", insiste, destacando la importancia de que "les valoren todo lo que han hecho durante su vida y ahora, en su vejez, les den un poquito más de protagonismo".
"La igualdad no tiene edad, y las mujeres mayores tienen derecho a vivir con dignidad, autonomía y reconocimiento. Creo que estas reivindicaciones a menudo pueden sonar utópicas, pero sin duda pueden contribuir a mejorar la calidad de las mujeres sénior y a crear una sociedad más justa, inclusiva y equitativa", asegura Veiga.
El papel de la mujer sénior
El papel de la mujer en la sociedad ha ido cambiando con los años. En 2011, el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad realizó un informe sobre las mujeres mayores en el que se reflejaba la situación de las mujeres nacidas antes de 1946, muy diferente a las mujeres mayores de ahora, que son las nacidas antes de 1960. Estas mujeres están "formadas con unas oportunidades que no tuvieron sus antecesoras", señala Troncoso.
"Algo ha cambiado, porque las mujeres mayores del siglo XXI ya crecimos y nos educamos en una sociedad que, aunque tímidamente, comenzada a reclamar más libertad, vivimos los cambios legislativos del divorcio, el aborto, la libertad sexual, que nos ha permitido liberarnos de las cadenas que nos ataban al patriarcado. Ahora somos más independientes que nuestras madres, pero la sociedad todavía no está dispuesta a ceder el puesto que nos corresponde como sabias, como expertas y como líderes (o lideresas, más bonito)", comenta en este sentido.
Este informe se centra también en las "oportunidades de la edad", las cuales, según la presidenta de CAUMAS, "pueden aplicarse actualmente: es la oportunidad de visibilizar el valor de las mujeres mayores en su diversidad y heterogeneidad y de que puedan elegir su modo de envejecer de forma satisfactoria".
Las mujeres mayores han pasado, así "de un rol más pasivo y relegado al hogar a ser protagonistas activas en muchos ámbitos", resalta Veiga, apuntando que "hoy muchas participan en asociaciones, se forman, trabajan más allá de la edad de jubilación y reivindican su espacio con fuerza. Esta transformación no ha sido gratis, se ha conseguido con el inmenso esfuerzo de todas en su educación y en la participación en la fuerza laboral que le ha permitido tener sus propios ingresos y tomar decisiones sobre su vida", convirtiéndolas a muchas de ellas en "auténticas líderes de sus comunidades".
Destaca, a su vez, que las mujeres mayores "han adquirido la toma de conciencia de enfocarse en su salud y bienestar, adoptando estilos de vida más activos y saludables. Esto les permite disfrutar de una vida más plena y activa, desafiando la idea de que la vejez es sinónimo de inactividad".
Sin importar el paso del tiempo o el cambio en la sociedad, el aporte que hacen las mujeres mayores es evidente. A este respecto, más allá de los méritos profesionales, Troncoso considera que las mujeres mayores "somos la conciencia colectiva de la sociedad, transmitimos el conocimiento adquirido en la experiencia vital, los valores solidarios de igualdad, libertad, la protección de la familia y el nexo intergeneracional", sin embargo, lamenta que "somos invisibles".
"Somos la urdimbre sobre la que se teje la sociedad y somos invisibles; somos imprescindibles, pero nada reconocidas y menos valoradas", critica, algo en lo que coincide Cabezas, quien afirma que no se reconoce lo suficiente el aporte de las mujeres mayores a la sociedad, en su mayoría un trabajo que realizaban dentro del hogar. "Es una labor que siempre han estaba haciendo ahí, calladas", una labor "encomiable que ahora no la haría nadie y, en cambio, no ha sido ni valorada ni agradecida", señala.
Por su parte, la presidenta de UDP, sí considera que "se está reconociendo la labor de la mujer como emprendedora", dejando atrás la imagen de la mujer que solo trabaja en casa. Y pone el foco en cómo ha cambiado la mujer sénior en las últimas décadas. "Antes una mujer con 60 años estaba retirada, no servía para nada, ejercer de abuela. Hoy la mujer tiene otras ansias, tiene otras visiones, y aunque no tenga muchos estudios, a lo mejor sí que tiene ansia de buscar, de trabajar y de aprender. Eso sí, a pesar de que sigue cuidando de los nietos y parece que es la obligación primordial de la mujer sénior", critica.
"Pero creo que poco a poco lo van superando y van reconociendo que ellas también tienen derecho a seguir viviendo a pesar de su edad, a pesar de ser mayores, que tienen derecho a disfrutar de lo que les quede de vida", subraya, asegurando que la mujer sénior está siendo cada vez más "respetada y reconocida". Con todo, considera que aún hay trabajo por hacer, pues "quedan muchas mujeres que todavía están en su casa, pensando que ya no tienen edad. Es que no llegan ni a jubilarse".
Es algo en lo que coincide la presidenta de CONFEMAC, quien afirma que "las mujeres sénior sostienen el bienestar familiar y social; cuidan de nietos, apoyan a sus familias, transmiten valores y saberes, participan en voluntariado y en el tejido asociativo... Sin embargo, este aporte no siempre es reconocido. Es necesario visibilizar su papel y garantizar que tengan voz y protagonismo en la sociedad".
"Muchas mujeres han sido pioneras en movimientos sociales, políticos y ambientales, luchando por la igualdad de derechos y justicia social. Su liderazgo ha sido fundamental para generar cambios positivos en la sociedad. Por ejemplo, las mujeres sénior han tenido un papel fundamental en la lucha por la conciliación familiar para mujeres más jóvenes, han desempeñado un papel crucial en la educación, tanto como educadoras como madres. En campos como la ciencia, la tecnología, el arte y la cultura, las mujeres han aportado ideas innovadoras y perspectivas únicas que enriquecen nuestras sociedades. Son una fuerza laboral vital en la economía, impulsando el crecimiento económico, promoviendo la diversidad y la inclusión en el lugar de trabajo… Estos son solo algunos ejemplos de cómo las mujeres enriquecen nuestras sociedades. Su impacto es profundo y multifacético, y es importante reconocer y valorar sus contribuciones en todos los aspectos de la vida", recalca.
La mujer sénior, "un pilar del presente y del futuro"
"Una sociedad para todas las edades ha de ser una sociedad donde todas las ciudadanas tienen plenos derechos de ciudadanía, dónde su participación y representatividad guarde un equilibrio no siendo apartadas del espacio público por crecer en edad, por abandonar el mercado laboral, creando una doble barrera en el caso de las mujeres, por razones de género y de edad. Las personas mayores y las mujeres mayores, queremos una participación real", opina Troncoso, que apunta que "ni todas las mujeres mayores son abuelas, ni todas necesitan cuidados, ni todas quieren ser cuidadas, ni tampoco ser cuidadoras. Tenemos el derecho a elegir nuestro proyecto de vida en esta etapa de ser mayor".
Se trata de "un gran reto", admite, insistiendo en la importancia de "eliminar los estereotipos que rodean al grupo generacional de las personas mayores. No somos un colectivo único, aunque tengamos reivindicaciones comunes, somos tan heterogéneos como la propia sociedad de la que formamos parte; listas, menos listas, inteligentes, egoístas, solidarias, cultas, ignorantes…, pero, por encima de todo, somos personas con todos los derechos fundamentales de cualquier individuo, que tienen que ser respetadas y no discriminadas por la edad".
"Aún queda camino por recorrer, pero cada vez es más evidente que la mujer sénior no es el pasado, sino un pilar del presente y del futuro", concluye Veiga.”
FUENTE: 65ymas.com - 8/3/25