Corporalidad, corporeidad y vejez. Otorgar al envejecimiento corporal un significado incluyente y diverso permitirá que las mujeres asuman su proceso de envejecimiento de forma plena.
El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de las Mujeres, fue proclamado en 1975 por la Organización de las Naciones Unidas a partir de las luchas sociales en pro del reconocimiento y ejercicio efectivo de sus derechos humanos, los cuales habían sido invisibilizados históricamente.
Corporalidad, corporeidad y vejez
No es lo mismo el envejecimiento de la mujer que el del hombre. La representación social de la corporalidad de la mujer surge de un contexto sociocultural que establece un modelo de cuerpo femenino (Botella, L; et al, 2008), caracterizado por la belleza y la juventud y que rechaza aquellas corporalidades que no se enmarcan en esos valores, como el de las mujeres mayores, las personas con algún tipo de discapacidad, los cuerpos racializados y/o con obesidad, etcétera.
Este modelo de cuerpo femenino cumple con características específicas como tener la piel tersa y blanca, sin manchas, sin arrugas, con altura y peso específicos, modelo que discrimina y estigmatiza a las mujeres, pero sobre todo a las mujeres adultas mayores, contribuyendo a la erradicación de su corporeidad.
Los medios de comunicación, la medicina anti edad y la medicina genómica han tenido un papel relevante en la construcción de los cuerpos de las mujeres, ya que, a través de ellos se transmiten representaciones simbólicas de forma masiva, en donde exponen, representan y promueven los cuerpos de las mujeres de forma estética y sexuada para la venta de medicamentos, productos y servicios.
Lo anterior ha propiciado que el cuerpo de las mujeres se convierta en un símbolo de mercado, dentro de un sistema social patriarcal y machista; y consecuentemente que los cuerpos de las mujeres adultas mayores sean invisibilizados al no considerarse atractivos de acuerdo con los valores predominantes o bien a que las mujeres se vean obligadas a negar y ocultar su proceso de envejecimiento a través de prácticas, como teñirse el cabello para ocultar las canas, utilizar cremas anti edad para aclarar la piel y quitar las estrías y/o arrugas, vestir ropa de color oscuro o larga para ocultar los signos de la vejez, utilizar productos, ropa y aparatos considerados para bajar de peso y/o moldear el cuerpo.
“La fractura de la corporeidad tiene enormes consecuencias en el estado anímico del sujeto, en su interioridad” Lukac, M (2005) Las mujeres por querer alcanzar las expectativas y prototipos establecidos llegan a situaciones que las ponen en riesgo; en consecuencia, pueden presentarse problemas psicológicos y emocionales, como: Trastorno Dismórfico Corporal [1], trastorno de depresión mayor, trastornos alimentarios, baja auotestima, tristeza, entre otros.
Debido a esta fractura, es muy importante que las mujeres vivan, expresen, sientan y construyan sus corporalidades en cada etapa de la vida, para que puedan tener una vida digna y libre de violencia así como gozar de un bienestar integral, ya que las representaciones de corporalidad que existen son en su mayoría formas de discriminación y violencia.
Otorgar al envejecimiento corporal un significado incluyente y diverso permitirá que las mujeres asuman su proceso de envejecimiento de una forma plena, digna y con gozo. Para lograrlo, es importante llevar a cabo las siguientes acciones:
- Promover una cultura del envejecimiento que se oponga a los estereotipos negativos de los cuerpos de las mujeres en la vejez.
- Poner en marcha la empatía y el humanismo en la percepción relacionada con la corporalidad de las mujeres.
- Recrear las corporalidades con equidad de género.
- Reconocer los signos del tiempo en el cuerpo.
- Mantener y fortalecer la sororidad.
- Buscar y ser modelos para las mujeres más jóvenes, que puedan ver en las personas mayores alguien con quien identificarse.
Referencias
1. Botella, L; Graño, N; Gamíz, M; Abey, M. (2008). Corporalidad y reconstrucción de la identidad. Revista Argentina de Clínica Psicológica, 17 (3), 245-263. Disponible en https://www.redalyc.org/pdf/2819/281921795006.
2. Freixas, A. (2008). La vida de las mujeres mayores. Anuario de psicología, 39 (1), 41-57. Disponible en https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=97017401004.
3. Freixas, A. (2001). Nos envejecen las ideas, no el cuerpo. Revista multidisciplinar de gerontología, 11 (4), 164-168. Disponible en https://mujeresenred.net/IMG/pdf/annafreixa.pdf.
4. Gascón, D; García, E; Monroy; C. (2014). Construcción social de los cuerpos y la vejez en México. Plaza y Valdez.
5. Lancheros, K. (2019). Corporalidad y corporeidad. [Tesis magisterial, Universidad Nacional de Colombia]. Repositorio institucional de la Universidad Nacional de Colombia. Disponible en https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/77827.
6. Lukac, M. (2005). Ontología de la corporeidad. La dimensión exterior de la persona humana. Repositorio del Instituto de Bioética. Disponible en https://repositorio.uca.edu.ar/handle/123456789/10634.
7. Lucero, M. (2012). Mujeres y vida cotidiana: Las representaciones sociales de sus cuerpos y el papel de los mecanismos de poder. Departamento de Sociología de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, La Plata. Disponible en: https://www.aacademica.org/000-097/504.
[1] El Trastorno Dismórfico Corporal: Está caracterizado por la preocupación obsesiva por uno o más defectos o imperfecciones percibidas en el aspecto físico que no son observables o parecen sin importancia a otras personas.
Fuente: INAPAM - 08/03/2022
https://www.gob.mx/inapam/articulos/corporalidad-de-las-mujeres-en-la-vejez-en-el-marco-del-8-de-marzo-dia-internacional-de-las-mujeres?idiom=es