El encierro prolongado tiene consecuencias físicas y mentales graves para este grupo etario. Algunas de ellas son la pérdida de masa muscular (sarcopenia) y con ello el aumento de riesgos de caídas y lesiones. En salud mental, se encuentra la depresión ya existente en al menos un 20 por ciento de estas personas. ¿Qué hacer para abordarlo? Eso es lo que explica la profesora del INTA e integrante de la Red Transdisciplinaria sobre Envejecimiento de la U. de Chile, Cecilia Albala.
“Las personas mayores no son un grupo homogéneo”, es una de las primeras advertencias que plantea la académica del INTA, Cecilia Albala; y es que en este grupo etario, que según el Censo 2017 ascienden al 11,4 por ciento del total de la población país (mayores de 65 años), viven diferentes realidades y situaciones. Una de ellas es que la mayoría corresponden a mujeres, y que solo el 15 por ciento es dependiente, es decir, el 85 por ciento es autovalente.
Este grupo de la población fue uno de los primeros en recibir medidas específicas en el contexto de la crisis sociosanitaria, a partir del confinamiento total de las y los mayores de 75 años; lo que ahora se flexibiliza con ciertos días y horarios de salida. Pero, ¿qué consecuencias ha tenido esta restricción y cómo se pueden abordar? Esto es lo que contesta y analiza la también integrante de la Red Transdisciplinaria sobre Envejecimiento de la U. de Chile.
¿Cómo podríamos describir la mirada hacia las personas mayores que se ha desplegado a partir de las medidas adoptadas desde el inicio de la pandemia en Chile?
Yo creo que es una mirada muy paternalista, y eso conlleva una discriminación porque es considerar a todas las personas mayores como un grupo homogéneo, incapaz de cumplir indicaciones, de tomar decisiones, y eso es muy negativo desde el punto de vista incluso de los derechos humanos. Esto lo que hace es decir que todos necesitan ser cuidados, recibir indicaciones y no pueden hacer nada solo. Eso es falso, y eso está atentando contra la autonomía de los adultos mayores, lo cual es grave.
La verdad es que si uno analiza el grupo de adultos mayores, el 15 por ciento es dependiente, es decir, necesita otra persona que le cuide; o sea, estamos hablando de que un 85 por ciento de las personas mayores son independientes.
Una de estas primeras medidas fue el confinamiento inmediato de mayores de 75 años. ¿Qué impactos ha tenido esta medida en términos de la salud integral de las personas mayores?
El aspecto físico es tremendamente importante además del aspecto psicológico. En el aspecto físico, lo fundamental es que las personas mayores, a medida que pasa el tiempo, van perdiendo masa muscular, por lo tanto requieren de una nutrición adecuada y de ejercicios permanentes para que esto no ocurra.
La sarcopenia, que es el resultado de esta pérdida de masa muscular si es que no se hace ejercicio y no se tiene una nutrición adecuada, es un factor de riesgo y es causa de discapacidad y de hospitalizaciones de mayor gravedad. También influye en la inmunidad que disminuye, y todo eso por supuesto que es muy negativo.
Si esto se mantiene –ya llevamos cuatro meses y al parecer las autoridades siguen pensando que los adultos mayores son como niños de parvularios que pueden salir a determinadas horas y nada más, y tales o cuales días-, lo que vamos a tener después es una pandemia de fragilidad, de fracturas, de sarcopenia, de caídas en adultos mayores.
¿Y en salud mental?
La discriminación ya es un atentado contra la salud mental de los adultos mayores, y en Chile tenemos que alrededor de un 20 al 25 por ciento tienen algún síntoma de depresión de acuerdo a nuestros últimos estudios. Eso no está diagnosticado en más de la mitad de los casos, y los casos que está diagnosticado, ni siquiera la mitad alcanza a estar en tratamiento. Imagina si estás cuatro meses confinado ya y se esperan otros tantos...
El impacto del aislamiento, de la soledad y la falta de apoyo se va a notar, y puede llegar a situaciones extremas, especialmente en lo más mayores, que, por lo demás, en Chile, es el único grupo que presentaba un aumento en la tasa de suicidio, los de sobre 80 años.
Hoy una de las medidas es un plan para salidas con franjas horarias y con acompañamiento para caminar por una hora. ¿Cómo evalúa esta medida?
Desde el punto de vista de poder hacer ejercicio tres veces a la semana está ok, es mejor que nada. El punto es otro, el del enfoque de jardín infantil. Pero está bien y es mucho mejor que antes que no había nada. Ahora, el ministro ha dicho que va a escuchar estos planteamientos de agrupaciones y académicos que están surgiendo todos los días.
¿Qué claves podemos mencionar para abordar estos efectos, y recomendar a las personas mayores y su entorno?
Los puntos clave en términos físicos son nutrición y ejercicio. Y en términos de salud mental, es la participación, el contacto permanente.
En términos de nutrición, normalmente hablo para el grueso de la gente, no para la elite, y a esa gente tú tienes que recomendarles cosas que estén a su alcance. En términos nutricionales uno tiene que preocuparse del consumo de proteínas, porque es la materia prima de los músculos que es una de las cosas que se va perdiendo. Proteínas de la mejor calidad, pero que a la vez que sean accesibles para los adultos mayores: tienes los huevos, los productos lácteos y el pollo que dentro de las carnes es el más barato.
Tenemos un programa nacional de alimentación complementaria para adultos mayores, que tiene una bebida láctea y una sopa, y esos alimentos están enriquecidos con micronutrientes. Tendríamos que hacer un esfuerzo porque su aceptabilidad no es la óptima y su consumo no sobrepasa el 50 por ciento, pero si nosotros le decimos a la gente: “mire, tómese esto, porque si bien antes no se lo tomaba, esto le va a servir para la musculatura”… O sea, debemos darle más intención y mayor educación en la entrega.
¿Y sobre los ejercicios?
Lo primero que se tiene que decir en torno a esto es que hay que ejercitarse con las actividades diarias. O sea, subir y bajar escalas, todo eso es ejercicio. No evitemos subir una escala, no evitemos agacharnos, usemos la vida diaria para hacer los ejercicios. Eso como cosa general.
Segunda cuestión, para la musculatura son muy importantes los ejercicios llamados de resistencia, por ejemplo, acarrear cosas.
Ahora, de ejercicios programados, idealmente tres veces por semana. Se puede hacer combinados ejercicios de resistencia, como llevar peso, levantarse y pararse en una silla, de en encuclillares cuando se pueda. Además de aquello, siempre es bueno completar con ejercicios aeróbicos, que es la típica caminata, y por supuesto, aprovechar el tiempo para salir, cuidando las distancias, eso yo no tengo que decirles a las personas mayores porque cumplen mejor que nadie.
Otro punto a considerar es tener la red de atención primaria de salud preparada. Desde ahí debiéramos empezar a contactarnos con los adultos mayores inscritos en los registros, para ver cómo están sus controles, conversar con ellos, ver cómo se les puede ayudar. Hay que hacer el rastreo de los consultorios, porque hay que empezar a preocuparse de todas las patologías subyacentes que han quedado sin control por razones de la pandemia.
Fuente: Universidad de Chile - 31/07/2020
https://www.uchile.cl/noticias/165780/el-impacto-de-la-pandemia-en-el-bienestar-de-las-personas-mayores