Robert Pérez, psicólogo especializado en personas mayores, profesor grado 5 en Facultad de Psicología de la Universidad de la República cuestionó cómo se está manejando a esta población en medio de la emergencia sanitaria por el covid-19 y los mensajes del gobierno.
Lo que impera y se ha puesto muy de manifiesto en esta situación de pandemia es una visión muy cosificada de las personas mayores. Hay un imaginario que asocia las personas mayores con el deterioro, con la salud, hay publicidades que dicen ‘abuelo, quedate en casa’. Hoy se está diciendo que capaz la gente puede salir, manteniendo la distancia físico. Algo que era obvio desde el principio”, consideró.
Uruguay, con el 19,5% de su población mayor de 60 años, es uno de los países más envejecidos de América. Si bien es muy común escuchar la idea de que gran parte de las personas mayores se encuentran institucionalizadas o que son dependientes, los datos del último censo de población plantean un panorama muy diferente.
Pérez es autor del informe “Personas mayores en la pandemia” que la semana pasada publicó la Facultad de Piscología.
Algunos de los datos que aparecen en el trabajo son que únicamente un 3% de los mayores vive en una residencia colectiva, el 97% de ellas vive en su domicilio. De estos últimos, el 34% vive solo (principalmente mujeres y de edades más avanzadas), 24% vive con otra pareja mayor y 42% vive otros integrantes de su familia.
Según da cuenta el informe de la Facultad de Psicología a medida que avanza la edad aparecen mayores dificultades para ver, oír y caminar. Sin embargo, esto no se da en la mayoría de los casos.
El 85% de las personas mayores no presenta ningún tipo de dependencia para realizar actividades de la vida diaria. En tanto que el 10% presenta una dependencia moderada y el 5% una dependencia severa.
Sin embargo, cuando se las nombra desde las políticas sanitarias, se utiliza una perspectiva homogénea que oculta estas diferencias, ubicando a las personas viejas como un colectivo pasivo.
El informe “Personas mayores en la pandemia” indica que existen varios estudios que ubican esta actitud infantilizadora y parternalista en la base de los abusos y malos tratos a los que son sometidas muchas de las personas de mayor edad.
De acuerdo a las denuncias que llegan al consultorio jurídico de Inmayores muchos de esos maltratos provienen directamente de la familia.
Robert Pérez explicó que las políticas públicas orientadas hacia las personas mayores han tenido dos enfoques el biomédico y el enfoque economicista; dejando de lado el enfoque social.
“Desde la propia ley se adjudica el problema de la salud, de la salud física principalmente de las personas mayores, como que fuera lo central. En realidad no es ese el principal problema. El principal problema está en la construcción social que se hace de esto. Ahí es donde no se está pudiendo garantizar esos derechos. Las políticas nuestras básicamente han tenido dos orientaciones. Hay un enfoque biomédico, productivista, en el que las personas mayores parecería que están enfermas. también hay un enfoque economista, donde se calcula que las personas mayores son un problema de la seguridad social”, explicó.
Pérez también advierte un riesgo en las políticas sanitarias: homogeneizar, ubicar a las personas viejas como un colectivo pasivo y despolitizado, que sólo debe esperar la asistencia de los demás.
“No es quedate en casa y que los demás van a venir a darte cosas, como se naturalizó rápidamente. Está bien, de repente no es conveniente que salgas a hacer los mandados si alguien te los puede hacer. Ahora, ¿qué vas a dar vos a cambio?”, preguntó.
En Uruguay está vigente la Ley 19.430 que recoge la Convención Interamericana Sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores. Allí se reconoce el derecho de las mismas a no ser discriminadas por razones de edad, a no sufrir ningún tipo de violencia y al disfrute de una vida plena, independiente y autónoma.
Establece el deber del Estado de tomar todas las medidas necesarias para garantizar a la persona mayor el goce del derecho a la vida y a vivir con dignidad en la vejez, en igualdad de condiciones que el resto de la población.
Sin embargo, Pérez advirtió que en algunos discursos “parecería que las personas mayores son objetos y no son ciudadanas y ciudadanos con derechos y obligaciones. Entonces, ese yo creo que es el principal obstáculo que tenemos hoy para garantizar los derechos. En ese sentido nuestra institucionalidad y nuestras leyes permitirían perfectamente garantizar esos derechos. Sin embargo no se ha hecho”, reclamó.
Con base en un informa de Tania de Tomas, para No toquen nada.
Fuente: Portal 180 - 27/05/2020
https://www.180.com.uy/articulo/83296_la-pandemia-ha-puesto-de-manifiesto-una-vision-muy-cosificada-de-los-adultos-mayores