Informaciones

Editorial No 45 del 1 de Noviembre de 2003

Miércoles, 11 de Febrero de 2004
Editoriales RLG

Cómo ir de la asociatividad a la participación social de los adultos mayores 

La realización de la Segunda Asamblea Mundial Sobre Envejecimiento no sólo constituye un hito en términos de que allí se aprobó un Plan Internacional de Acción sobre el Envejecimiento, sino que su preparación dio lugar a un proceso que favoreció un avance notorio en el aumento de distintas formas de asociatividad de las personas adultas mayores que podrían constituir un anuncio de que un nuevo sujeto social está embrionariamente creciendo en nuestra región. 

Si la condición de vejez ha constituido en nuestras sociedades una condición de exclusión social en general, lo ha sido particularmente para los adultos mayores pobres.  Hoy, lenta pero sostenidamente la vejez comienza a desprivatizarse y quizás lo original de este proceso resida en el hecho de que son las mujeres mayores  quienes salen a ocupar espacios públicos, muchas veces a través de los clubes como formas de autoorganización.  Sin embargo se está aún lejos de hacer a través de las asociaciones actuales, algo más que "ruido" ante estructuras sociales muy rígidas y excluyentes.  Los desarrollos de las asociaciones actuales de los adultos mayores tienen aún un largo proceso por recorrer para encontrar claves identitarias que les permitan alcanzar mayores niveles de representatividad en su interlocución con los diversos actores de la sociedad civil y con los del estado. 

Un camino que pareciera apuntar en ese sentido es la experiencia brasileña donde existe una ley que crea los Consejos Municipales de Derechos de los Adultos Mayores, como organismos colegiados compuestos equitativamente por representantes del poder público y de la sociedad civil organizada.  Esta experiencia bien podría arrojar luces al desafío de avanzar en definir cuál es el rol de las organizaciones de la sociedad civil más allá del papel del Estado;  y debiera ser una tarea que ocupe un lugar central tanto para las o­nGs como para las asociaciones y las redes que se han venido formando en el último tiempo.  Añadir más reflexión a la acción es una tarea imperativa para que las asociaciones de adultos mayores alcancen la consistencia propia de organizaciones con capacidad de conquistar espacios reales de participación social y política.

 Ximena Romero  - Coordinadora de la RLG

Christel Wasiek  - Asesora de la RLG