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Refugios para la soledad

Jueves, 18 de Abril de 2019
Envejecimiento y vejez

En la sociedad occidental, cada vez más personas viven solas. Y mientras que vivir solo no causa soledad, los informes de soledad son especialmente comunes entre quienes viven solos. A medida que las personas llegan a la vejez, a menudo se encuentran sin pareja, los amigos se quedan en el camino, el desplazamiento se hace más difícil, y el contacto con los demás es menos frecuente. Las condiciones invitan a tener sentimientos de soledad. Ésta no es sólo una carga emocional, sino que gran parte de la investigación la asocia con problemas de salud - posiblemente equivalentes a los efectos del tabaquismo.

Al igual que en los EE. UU., el Reino Unido tiene problemas similares entre su población de personas mayores, y ha desarrollado formas de contrarrestarla. Un reciente análisis realizado por investigadores de la Universidad de Sheffield ha identificado una serie de programas exitosos para contrarrestar la soledad entre las personas mayores. Las características de los mejores programas son:

-  adaptabilidad a un contexto local, lo que significa tener en cuenta los intereses y capacidades de la comunidad local.
-  un enfoque de desarrollo comunitario en el que las personas mayores se involucran en el diseño e implementación del programa.
-  actividades que apoyan el compromiso productivo, en lugar de actividades pasivas o actividades sin un objetivo específico.

Un ejemplo de un programa exitoso se llama "Men’s Shed (Refugio para hombres)" un movimiento que ofrece a los hombres un lugar para reunirse. Los hombres se reúnen en "el refugio" (en realidad un taller) para hacer algo productivo. En un galpón, por ejemplo, los hombres restauran y renuevan herramientas donadas y equipos de jardinería, que luego se venden para recaudar fondos para caridades. Algunos galpones ofrecen oportunidades para trabajos de carpintería, metalurgia, electrónica y trabajos mecánicos. Los refugios brindan a los hombres la oportunidad de usar sus habilidades, mientras que al mismo tiempo aumentan su actividad, y desarrollan y sostienen relaciones.

Otros programas proporcionan acceso computarizado para aquellos que están aislados geográficamente o en asilos. En un estudio, los investigadores de una Universidad de St. Louis organizaron para personas mayores que viven en asilos la recepción de un perro para cuidar y disfrutar. En algunos casos el perro era robótico, en lugar de vivo. Ambos tipos de perros reducían la soledad, aunque el perro viviente era algo más eficaz. Sin embargo, se podría apreciar la utilidad de tener un perro sin la necesidad de contar con una bolsita para su “regalito”.

Cualesquiera que sean el sector público y los servicios sociales que los provean, está claro que los cambios más significativos resultarán de las organizaciones de base. Por un lado, esto significa que aquellos que están aislados deben tomar la iniciativa. En boletines anteriores hemos escrito mucho sobre las oportunidades para la acción - para el voluntariado, la expansión de relaciones, la renovación de habilidades, el desarrollo de nuevos intereses, el cumplimiento de sueños, etc. Al mismo tiempo, aquellos de nosotros que no sentimos la congoja de la soledad podemos llegar a los que podrían haber sido dejado atrás en la carrera de la vida cotidiana. Llamadas telefónicas, correos electrónicos, cartas y visitas personales, especialmente a familiares y viejos amigos, pueden hacer una diferencia significativa.

De: An Insidious Global Epidemic of Loneliness is Affecting the Mental Health of Older Adults (Una perniciosa epidemia mundial de soledad está afectando la salud mental de los adultos mayores), por Clare Gardiner, Aging Today (El envejecimiento hoy en día), noviembre - diciembre, 2018, pág. 11.

Ken y Mary Gergen
Boletín del Envejecimiento Positivo N° 94

octubre / noviembre / diciembre de 2018