Hacer del diálogo intergeneracional un espacio para que jóvenes y adultos mayores convivan en armonía es una prioridad ante la dinámica demográfica de una sociedad envejecida, como la cubana, y fue uno de los debates de la Tercera Reunión de la Conferencia Regional sobre Población y Desarrollo.
Cuando llegue el año 2019— del que nos separan menos de seis meses—, las personas que nacieron en 1959, con el triunfo de la Revolución, habrán llegado a los 60 años, y así estarán entrando a la llamada tercera edad.
Es un nuevo contexto para la sociedad cubana, y constituye una dimensión diferente en términos de lo que representa esa población adulta mayor, sus características, indicadores de desarrollo humano, subrayó a Granma Juan Carlos Alfonso Fraga, Director del Centro de Estudios de Población y Desarrollo de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información.
De acuerdo con el especialista, este es un tema trascendental para Cuba, con más de 2 millones 100 mil personas mayores, los cuales conforman una población muy heterogénea.
«En su acelerado proceso de envejecimiento la Mayor de las Antillas se aproxima a convertirse en una de las sociedades económicamente envejecidas. Esto significa que el costo de la atención a las personas mayores va a ser inclusive, dentro del próximo lustro, superior al costo de la atención a los niños y adolescentes, además en un país donde estos últimos grupos etarios tienen una alta prioridad. Ello nos exige valorar no solo una nueva realidad desde el punto de vista económico, sino cultural, de valores y relaciones intergeneracionales, que debe ir acompañada de políticas de participación, salud, educación y cuidados, entre otras», valoró el experto.
Para Alfonso Fraga, en este tema de población, no puede obviarse la necesidad de comprender conceptualmente que vamos a ser sociedades intergeneracionales, como es justamente el caso de Cuba, con más del 20 % de su población con 60 años y más.
Por lo tanto, dijo, el vínculo de esa población con las edades más jóvenes, niños adolescentes, y la comprensión de temas como la construcción de las familias es esencial. Debemos entender y estudiar muy bien la atención y participación de los adultos mayores, en nuestras sociedades que pase por considerarlos como sujetos de derecho.
«Necesitamos una dimensión cultural del proceso de envejecimiento tanto para las propias mayores como para la sociedad. Envejecimos más rápido de lo que aprendimos a hacerlo; pero cómo tratar a los adultos mayores, cómo se tratan entre ellos, cuál es su espacio en la sociedad, cuáles son sus potencialidades y necesidades…», reflexionó el especialista.
Por otra parte, el director del Centro de Estudios de Población y Desarrollo de la ONEI, comentó que cada persona envejece como vive. Una cosa es el envejecimiento individual y otro el poblacional, y el que sea urgente colocar a los mayores en el centro de las políticas en muchos de nuestros países, no va divorciado del hecho de que invertir en la infancia, la adolescencia y la juventud sigue siendo fundamental porque serán los adultos mayores del mañana.
El proceso de envejecimiento cubano es el más adelantado en la región junto a países como Uruguay, Argentina, Chile y naciones caribeñas como Barbados.
Si antes había muchos nietos para atender a los abuelos, hoy esa proporción se ha invertido y tenemos más abuelos que nietos. Entre las características de esta población arrojadas por el Censo de Población y Viviendas y en sintonía con tendencias de países desarrollados, alrededor de un 13 % de los adultos mayores viven solos y otro 10 % conviven con otros adultos mayores sin la presencia de ningún joven en el hogar.
La persistencia de la baja fecundidad en el país, unido a otros factores como el saldo migratorio negativo y la alta esperanza de vida, son elementos que acrecientan este proceso, marcado además por la feminización del envejecimiento, donde muchas mujeres quedan solas al final de la vida, concluyó Fraga Alfonso.
La presentación de Cuba sobre su dinámica demográfica sui generis en la región acompañada de un alto desarrollo social, que ha ido permitiendo crear las bases para la atención a este grupo poblacional de manera integral, constituyó un referente para otros países participantes en la Tercera Reunión de la Conferencia regional de Población y Desarrollo, refirió el doctor Alberto Fernández Seco, jefe del Departamento de Adulto Mayor, Asistencia Social y Salud Mental del Ministerio de Salud Pública.
«No podemos diseñar políticas para personas que no contemplen las necesidades y criterios de esas personas, y en el caso de los adultos mayores, si queremos sociedades amigables hay que incluirlos y tenerlos en cuenta, y para ello es vital la intersectorialidad. No son solo una población tributaria de cuidados, son la historia viva de los pueblos, y en el caso de Cuba sentimos gran orgullo de nuestros adultos mayores: la generación protagonista de los grandes cambios sociales de nuestro país», dijo.
Lisandra Fariñas Acosta
Granma, 10 de agosto de 2018.
http://www.granma.cu/reforma-constitucional/2018-08-10/el-desafio-de-una-sociedad-para-todas-las-edades-10-08-2018-14-08-23