El grupo de titiriteros del hospital Piñero cumplió 10 años. Dan funciones en jardines de infantes de la zona del nosocomio. Ellos escriben las historias, buscan la música y arman los muñecos.
Natalia Muñiz
Diario Popular, 27 agosto 2017.
Las personas mayores son protagonistas 100 por ciento. Proponen los cuentos, escriben los argumentos, buscan la música, generan las letras, arman los títeres y la escenografía. Ellos son los verdaderos protagonistas del taller de títeres para adultos mayores del Hospital Piñero, afirma su coordinadora, la terapista ocupacional Mónica Schwartz.
El grupo Los Títeres del Piñero acaba de festejar su 10º aniversario. Llevan a chicos y grandes con sus presentaciones en los jardines de infantes de la zona. También muestran su arte en jornadas y congresos de Gerontología.
“El promedio de adultos mayores que integran el taller son entre 12 y 15. Hay cuatro que están desde el principio. Las personas mayores participan de las propuestas como de la ejecución de las mismas”, destaca la profesional.
Schwartz agrega que el taller de títeres surgió de otro, de relatos, también para adultos y adultas mayores.
“Cada uno traía las historias que les contaban cuando eran chicos y luego narraron a sus hijos y nietos -explica-. Entonces nos pareció interesante plasmarlas en escena y con títeres. Así surgió la confección de títeres, primero de forma casera, y a partir de ahí no paramos”.
Asimismo señala que se trabaja en forma “intersectorial” porque articulan con “jardines de infantes de los distritos 8, 11 y 12” de la Ciudad de Buenos Aires.
“Nos presentamos en los jardines de infantes del área del hospital. Salimos una vez al mes a dar funciones. En cada presentación hay entre 200 y 250 niños, desde maternal o salita de 3 años -dependiendo del establecimiento- hasta preescolar. Los chicos tienen una respuesta y alegría... es fantástica. Y los titiriteros se van felices”, destaca.
Trabajo interdisciplinario
La propuesta comenzó en 2007 tras la asunción del doctor Roberto Pereyra como jefe de la Unidad de Geriatría del establecimiento. “Queríamos que se mire al hospital desde la salud y no desde la enfermedad, por lo que comenzamos a ver cuál era el tiempo libre que tenían las personas mayores que venían a la consulta, qué hacían el resto del día”, destaca el médico.
“Empezamos con un taller de relato, luego con eutonía, y se armó un grupo interdisciplinario (psicóloga, musicoterapeuta, kinesióloga, terapista ocupacional, expresión corporal) muy interesante. El de títeres es un taller que junta todas esas actividades: el movimiento, la expresión, la multiestimulación cognitiva”, explica.
En este sentido, Pereyra afirma: “No existe forma de trabajar la Geriatría que no sea a través de la interdisciplina. No se puede trabajar solo desde la receta, preguntar qué le duele y se va, sino que el profesional tiene que ver con quién vive esa persona mayor, cuál es la red que tiene, mirar más allá”.
“El arte es curativo”
La psicóloga Susana Avanzati, quien fue una de las fundadoras del grupo Los Títeres del Piñero, afirma que “se lanzaron osadamente al proyecto y fue creciendo. La propuesta es replicable en cualquier lado”. La profesional señala que uno de los objetivos fue “sacar al adulto mayor del lugar de paciente que ocupa en los hospitales: quedarse sentado, hablar con el de al lado sobre qué pastillas toman, o yendo de especialista en especialista”.
“Dentro del hospital están muy atados a lo que es la salud física y el objetivo es demostrar que desde la creación, el arte y el trabajo en conjunto se construyen lazos afectivos, así como la importancia de tener un proyecto, salir a la comunidad, como este taller que va a los jardines de infantes y tiene una recompensa maravillosa: la risa y el aplauso de los chicos”, remarca.
También destaca que es “muy movilizante para las maestras porque se acuerdan de sus abuelas, mamás o de quienes les contaban cuentos”.
“Es un lujo”
Por su parte, la titiritera Estela Almirón integra el taller desde su creación. “Una amiga me dijo que estaban organizando un taller de relatos y me interesó. Y los títeres empezaron de esa manera. Al principio leíamos cuentos, conversábamos. Yo contaba que mi mamá le contaba a mis hijos historias que luego yo le conté a mis nietos, y una vez se nos ocurrió teatralizarlas. Comenzamos con títeres chicos, con pocos elementos, y de a poco fue creciendo”, comenta.
Almirón afirma que “se armó un hermoso grupo y somos millonarios porque es un lujo poder hacer esto”.
“Yo trabajé fuera de casa como administrativa, también crié a mis hijos, y estas son asignaturas pendientes porque lo que una menos se imagina es que puede llegar a actuar, escribir un argumento, ser creativa, y es muy lindo y levanta el ego”.
El taller de Títeres se realiza los miércoles de 9 a 11.30 en la División de Salud Mental, Unidad 19 y 20, planta baja, Hospital Piñero, Varela 1307 (CABA).
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