Silvio Aristizábal Giraldo
Como resultado de la crisis del paradigma antropocéntrico ha sido necesario volver la mirada a otras cosmovisiones que establecen una relación diferente de los seres humanos entre sí y con la Naturaleza. En esta perspectiva, el concepto de BUEN VIVIR o VIDA EN PLENITUD (SUMAK KAWSAY) ideario o utopía de pueblos ancestrales en los Andes suramericanos, representa un paradigma alternativo para la construcción de un nuevo orden social.
Naturaleza, Hombre, Dios. Lo natural, lo humano, lo sobrenatural, constituyen la tríada sobre la cual se construyó la cosmovisión judeo-greco-cristiana. La llamada Modernidad occidental proclama al hombre como amo y señor de la Naturaleza, la cual se asocia a lo salvaje, a la barbarie. La tarea del hombre, por tanto, es dominar esa Naturaleza salvaje, domesticarla, transformarla a través de las diferentes realizaciones culturales, entre ellas la ciencia, con el fin de someterla al servicio del hombre. Esta ruptura con la Naturaleza da origen a la Historia e instaura el proceso civilizatorio que conduce al Progreso, al Desarrollo.
El calentamiento global, el agotamiento de las fuentes hídricas, la contaminación ambiental, la crisis energética, la inequidad social, por citar solo algunos de los problemas más acuciantes de nuestro tiempo, han puesto en evidencia los efectos nefastos del modo de vida basado en las anteriores premisas. Surge, entonces, la necesidad de prestar atención a otras concepciones de la vida, hasta ahora marginadas por los discursos de la Modernidad occidental. En este proceso se identifican cosmovisiones cuya pervivencia data de siglos, tal vez, milenios, que demuestran la posibilidad de existencia de relaciones diferentes entre los hombre y con su entorno. Una de estas cosmovisiones está representada por el concepto de Buen vivir (Sumak kawsay, en quechua) o Vivir y convivir bien (Suma qamaña, en aymara).
Sumak kawsay, el Buen vivir o la Plenitud de la vida
“Es una concepción andina ancestral de la vida que se ha mantenido vigente en muchas comunidades indígenas hasta la actualidad. Sumak significa lo ideal, lo hermoso, lo bueno, la realización; y kawsay, es la vida, en referencia a una vida digna, en armonía y equilibrio con el universo y el ser humano, en síntesis el sumak kawsay significa la plenitud de la vida” (Ariruma Kowii).
Sumak kawsay propone una visión de la Naturaleza como algo sagrado, por lo cual, el uso de los bienes que esta brinda debe restringirse a tomar los estrictamente necesarios para la búsqueda del bienestar. Sumak kawsay, implica reconocer la dignidad de todos los seres, los cuales tienen derecho a seguir su propio proceso, por ejemplo continuar evolucionando, independientemente de la voluntad del hombre. Frente a la visión monocutural propia de los paradigmas dominantes en la economía de mercado, Sumak kawsay enfatiza en la necesidad de construir sujetos plurales dispuestos a asumir la diversidad en todos los ámbitos y abrir la sociedad al reconocimiento de las diferencias radicales existentes entre los seres humanos y en el universo. De ahí que para algunos autores, se trata de una especie de “ética cosmológica” y un cuestionamiento a las fronteras hombre-Naturaleza características del discurso occidental moderno.
Sumak kawsay representa en la actualidad un componente fundamental en los planteamientos de la mayoría de organizaciones indígenas y en los discursos sobre filosofía política de autores comprometidos con la descolonización del saber, que proponen experimentar y probar concepciones de vida acuñadas más allá del legado moderno europeo, para la búsqueda de un nuevo orden social. Incluso es principio fundamental en las Constituciones políticas de Ecuador y Bolivia. Sumak kawsay es un concepto en construcción que se va enriqueciendo a través del diálogo con el pensamiento contemporáneo y, sin duda, podrá contribuir a generar lo que, en palabras de Boaventura de Souza Santos debe ser un “cambio civilizatorio”. “Cambio civilizatorio” que establezca una forma diferente de relacionarse con la Naturaleza y con la sociedad y permita a las actuales y futuras generaciones vivir-envejecer bien, reconociendo la dignidad de todos los seres.
CEPSIGER
18 de abril de 2016.
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