Un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) presenta las últimas tendencias en materia de seguridad social y constata que la mayoría de las personas no tiene una protección social adecuada en el momento en que más la necesitan.
GINEBRA (OIT Noticias) – Más de 70 por ciento de la población mundial no tiene una cobertura adecuada de protección social, sostiene un nuevo informe realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Según el “Informe mundial sobre la protección social 2014/15: Construir la recuperación económica, el desarrollo inclusivo y la justicia social” (World Social Protection Report 2014/15: Building economic recovery, inclusive development and social justice), sólo 27 por ciento de la población mundial se beneficia del acceso a una seguridad social integral.
“La comunidad internacional acordó en 1948 que la seguridad social y el cuidado de la salud de los niños, de las personas en edad de trabajar, de quienes enfrentan el desempleo o sufren lesiones y de las personas mayores, es un derecho humano universal”, declaró Sandra Polaski, Directora General Adjunta de Políticas de la OIT. “Sin embargo, en 2014 la promesa de tener una protección social universal sigue sin cumplirse para la gran mayoría de la población mundial”.
La protección social es una herramienta política fundamental para reducir la pobreza y las desigualdades al mismo tiempo que estimular el crecimiento inclusivo al mejorar la salud y fortalecer la capacidad de los segmentos más vulnerables de la sociedad, incrementar su productividad, apoyar la demanda interna y facilitar la transformación estructural de las economías nacionales.
“La necesidad de protección social es aún más apremiante en estos tiempos de incertidumbre económica, bajo crecimiento y crecientes desigualdades. Además es un tema que la comunidad internacional debería incluir de manera prominente en la agenda de desarrollo post 2015”, agregó Polaski.
La seguridad social y la crisis
La función polivalente que la protección social desempeña en las economías y las sociedades fue evidente durante la reciente crisis financiera y económica mundial. En la primera fase de la crisis (2008-09), al menos 48 países de ingresos altos y medianos adoptaron paquetes de estímulo por 2,4 billones (millones de millones) de dólares, de los cuales una cuarta parte aproximadamente fue dedicada a las medidas de protección social. Este apoyo actuó como un estabilizador automático que ayudó a las economías a recobrar el equilibrio y protegió a las personas desempleadas y vulnerables del debacle económico en los países más afectados.
Pero en la segunda fase de la crisis, desde 2010 en adelante, muchos gobiernos invirtieron el curso y emprendieron prematuramente la consolidación fiscal, a pesar de la necesidad urgente de seguir apoyando a la población vulnerable y de estabilizar el consumo.
“Al contrario de lo que generalmente se percibe, las medidas de consolidación fiscal no están circunscritas a Europa”, señaló Isabel Ortiz, Directora del Departamento de Protección Social de la OIT. “De hecho, al menos 122 gobiernos están reduciendo el gasto público en 2014, de los cuales 82 están en países en desarrollo”.
“Estas medidas incluyen reformas a los sistemas de pensiones, salud y asistencia pública que con frecuencia implican reducciones en su cobertura o financiamiento, la eliminación de subsidios y cortes o limites al número de trabajadores sociales y de la salud o a sus salarios. De hecho, el costo de la consolidación y el ajuste presupuestario fue transferido a la población en momentos de bajas en el empleo cuando este apoyo es aún más necesario”, agregó.
Las últimas tendencias muestran que un número de países de altos ingresos están reduciendo sus sistemas de seguridad social. En la Unión Europea, los cortes en la protección social han contribuido con el incremento de la pobreza, que actualmente afecta a 123 millones de personas, o 24 por ciento de la población, muchas de las cuales son niños, mujeres, ancianos y personas con discapacidad.
Por otra parte, muchos países de medianos ingresos están expandiendo sus sistemas de protección social, apoyando los ingresos de los hogares y por lo tanto incentivando el crecimiento inducido por la demanda y el desarrollo inclusivo. China, por ejemplo, está cerca de alcanzar la cobertura universal de las pensiones y ha aumentado drásticamente el salario mínimo, y Brasil ha acelerado la expansión de la cobertura de la protección social y se han incrementado los salarios mínimos a partir de 2009.
Algunos países de bajos ingresos, como Mozambique, también han ampliado la protección social, aunque con frecuencia a través de redes de seguridad temporales con niveles de beneficios muy bajos. Muchos de estos países están realizando esfuerzos para establecer pisos de protección social como parte de sistemas de protección social más integrales.
Es necesario invertir más
El informe analiza las diferentes tendencias en materia de protección social basándose en un enfoque de ciclo de vida.
Por ejemplo, muestra que a nivel mundial, los gobiernos asignan sólo 0,4 por ciento el PIB a las prestaciones familiares y para los hijos, con un gasto que oscila entre 2,2 por ciento en Europa Occidental y 0,2 por ciento en África y Asia/Pacífico. Estas inversiones deberían ser incrementadas, si se considera que cada día alrededor de 18.000 niños mueren y que muchas de estas muertes podrían ser evitadas a través de una protección social adecuada.
El gasto en protección social para las personas en edad de trabajar (como en el caso de desempleo, maternidad, discapacidad o lesión en el trabajo) varía mucho de una región a otra, de 0,5 por ciento en África a 5,9 por ciento en Europa Occidental. A nivel mundial, sólo 12 por ciento de los trabajadores desempleados recibe prestaciones por desempleo, con tasas que oscilan desde 64 por ciento en Europa Occidental a menos de 3 por ciento en el Oriente Medio y África.
En lo que se refiere a las pensiones de ancianidad, casi la mitad (49 por ciento) de todas las personas mayores de la edad de jubilación no recibe una pensión. Muchos de los sí que tienen una, los niveles de la pensión son tan bajos que pueden dejarlos muy por debajo de la línea de la pobreza. En el futuro los jubilados recibirán pensiones inferiores en al menos 14 países europeos.
El informe muestra además que alrededor de 39 por ciento de la población mundial carece de afiliación a un sistema o plan de salud. La cifra llega a más de 90 por ciento en los países de bajos ingresos. La OIT estima que hay un déficit mundial de 10,3 millones de trabajadores de la salud necesarios para garantizar servicios salud de calidad para todos los necesitados. A pesar de estos desafíos, algunos países – como Tailandia y Sudáfrica – han alcanzado la cobertura universal de la salud en sólo pocos años, demostrando que es posible hacerlo.
La Recomendación de la OIT sobre los pisos de protección social, 2012 (núm. 202) refleja un consenso entre los gobiernos y las organizaciones de empleadores y trabajadores de 185 países sobre la necesidad de extender la seguridad social. La introducción de los pisos de protección social también fue respaldada por el G20 y las Naciones Unidas.
“Hacerlo realidad es ahora una cuestión de voluntad política. La sociedad moderna tiene los medios para ofrecer protección social”, concluyó Polaski.
Fuente: OIT – 3/6/2014.
http://www.ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/news/WCMS_245035/lang--es/index.htm