Se estima que uno de cada diez adultos tiene algún grado de enfermedad renal crónica. La OPS/OMS insta a los proveedores de salud a realizar pruebas de detección en pacientes con alto riesgo.
La diabetes y la hipertensión, sumadas al envejecimiento, son los principales factores de riesgo para desarrollar la enfermedad renal crónica (ERC), que afecta a uno de cada diez adultos en el mundo, según estudios. La Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) insta a los proveedores de salud a incorporar pruebas o marcadores de daño renal en forma oportuna en pacientes con alto riesgo, especialmente diabéticos e hipertensos, y llama a las personas a mantener estilos de vida saludables.
Este año, la enfermedad renal crónica y el envejecimiento es el tema del Día Mundial del Riñón, que tiene lugar el 13 de marzo, y que es impulsado por la Sociedad Internacional de Nefrología y la Federación Internacional de Fundaciones del Riñón.
La enfermedad renal crónica es la pérdida progresiva de la función renal en meses o en años. En una etapa inicial, la enfermedad no presenta síntomas y puede ser tratada. Pero en etapas donde la enfermedad esté más avanzada, la persona puede necesitar diálisis y hasta un trasplante de riñón.
En el último medio siglo, la esperanza de vida en América Latina y el Caribe aumentó en más de 20 años. “Las personas han aumentado su sobrevivencia, incluso aquellas con una o varias enfermedades crónicas y factores de riesgo. Esto hace que las repercusiones en órganos como el riñón hayan crecido entre las personas de mayor edad, dejando en evidencia la necesidad de prestar más atención al tema”, explicó Enrique Vega, asesor regional en Envejecimiento y Salud de la OPS/OMS.
En los Estados Unidos, por ejemplo, según la Encuesta Nacional en Salud y Nutrición (NHANES), los casos nuevos de ERC se duplicaron en los mayores de 65 años entre 2000 y 2008. La prevalencia de personas de más de 60 años con enfermedad renal crónica pasó de 18,8% en 2003 a 24,5% en 2006, pero se mantuvo por debajo del 0,5% en aquellos de 20 a 39 años.
“Realizar actividad física, no fumar, llevar una dieta saludable, comer con poca sal y poca azúcar y chequearse regularmente la presión arterial, pueden prevenir la hipertensión y la diabetes tipo 2, y si se padecen estas enfermedades, debe mantenérselas bajo control para evitar que lleven también a generar daños en los riñones”, sostuvo Pedro Orduñez, asesor regional en Prevención y Control de Enfermedades Crónicas de la OPS/OMS.
En América Latina y el Caribe, dos de cada tres personas mayores reportaron tener una de seis enfermedades crónicas frecuentes a esa edad (hipertensión, diabetes, cardiopatía, enfermedad cerebrovascular, artropatías o enfermedad pulmonar crónica) y dos de cada tres dijeron tener al menos dos factores de riesgo dentro de los tomados en cuenta (hábito de fumar, sobrepeso o la falta de actividad física rigurosa), según datos de la encuesta sobre Salud, Bienestar y Envejecimiento (SABE), dirigida por la OPS/OMS.
Para detectar la enfermedad renal crónica, los especialistas recomiendan realizarse un examen de sangre y de orina, y medirse la presión arterial, en especial entre la población en riesgo, como diabéticos, hipertensos, mayores de 65 años, quienes hayan tenido algún episodio cardiovascular, familiares de pacientes que ya sufren alguna dolencia renal, fumadores y personas sedentarias.
Por otro lado, existen tratamientos sencillos, de bajo costo, que pueden reducir el progreso de la enfermedad y el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares asociados, así como también mejorar la calidad de vida.
En las Américas, las enfermedades no transmisibles (cáncer, diabetes, enfermedades cardiovasculares, respiratorias crónicas, entre otras) causan tres de cada cuatro defunciones, es decir, que unas 4,45 millones de personas mueren al año por causa de alguna de ellas. La OPS/OMS trabaja con los países de las Américas para reducir un 25% las muertes prematuras por estas enfermedades para 2025.
La OPS fue fundada en 1902 y es la organización internacional de salud pública más antigua del mundo. Trabaja con todos los países del continente para mejorar la salud y la calidad de vida de las personas de la región. Actúa como la Oficina Regional para las Américas de la OMS y es también la agencia especializada de salud del sistema interamericano.
Fuente: OPS/OMS – 11/3/2014.
http://www.paho.org