La esperanza de vida en el mundo industrializado ha aumentado significativamente en el último siglo. Pese a las lógicas ventajas asociadas a esta mayor longevidad, el propio hecho de envejecer implica una paulatina pérdida de funciones y una tendencia a la incapacidad y dependencia.
“Hasta la fecha no existe ningún producto, técnica o fármaco que haya demostrado mediante pruebas o ensayos clínicos controlados prolongar la esperanza de vida máxima. La denominada medicina antiaging es una variante más de las curas milagrosas, pero sólo tiene efectos puramente cosméticos”, así lo explicó el profesor José Manuel Ribera Casado, académico de número, en su intervención ayer en la Real Academia Nacional de Medicina (RANM).
Las terapias antienvejecimiento se basan en tres pilares fundamentales: alcanzar la vejez en las mejores condiciones posibles, enlentecer el proceso natural de envejecer y hacer reversibles algunos de los cambios asociados a este proceso. No obstante, el académico de la RANM insistió durante su conferencia en que el envejecimiento es un “proceso natural inherente a la propia vida”.
“No se puede evitar que nos salgan arrugas, que disminuya la velocidad de la marcha, cansarnos más ante el ejercicio o la disminución de la reserva funcional de los órganos. Todos estos aspectos son inherentes al paso del tiempo y no tienen que verse como algo negativo. Hay que mirar a la vejez como una etapa en la que uno puede relacionarse con sus familiares y amigos desde la perspectiva que da el tener mayor conocimiento, y además es un momento excelente para disfrutar de la vida desde un punto de vista más lúdico”, dijo.
Llevar durante la juventud una vida sana también tiene su reflejo en la vejez. “En el envejecimiento hay una parte genética, contra la que es más difícil luchar, y otra que depende del entorno”, señaló Ribera Casado. Por ello, “lo importante es concienciarnos de que cuanto antes instauremos hábitos saludables de vida, mejor, porque el estilo de vida que llevemos va a tener su reflejo tarde o temprano”.
En este sentido, el académico explicó que “para envejecer mejor” es imprescindible “realizar actividad física, seguir una dieta adecuada, tener unos hábitos estructurados en función del momento del día y prevenir los factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión, la diabetes y el colesterol. De este modo se pueden evitar gran parte de las enfermedades asociadas al envejecimiento”.
En la actualidad el 17 % de los españoles son mayores de 65 años y este porcentaje puede duplicarse en los próximos 40 años. Se calcula que para 2050 España podría ser uno de los tres países del mundo con una proporción mayor de pacientes de edad avanzada, alrededor del 30 %. Por ello, según el profesor Ribera Casado, “debemos plantear propuestas sensatas para paliar los efectos del envejecimiento sobre los individuos, como son la discapacidad y la dependencia, porque sólo la geriatría preventiva mejora el envejecimiento”.
La atención sanitaria especializada en el individuo anciano es la que ha demostrado efectividad y eficiencia cuando se ofrece desde los servicios de geriatría hospitalaria. “La valoración geriátrica integral de cada paciente permite conseguir resultados beneficiosos en términos de disminuir la dependencia, mejorar la autonomía y la calidad de vida del paciente en la vejez”, apuntó.
Fuente: Senda Senior - 26/2/2014.
http://www.sendasenior.com/Ribera-Casado-explica-en-la-RANM-que-solo-la-geriatria-preventiva-mejora-el-envejecimiento_a2654.html