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La demanda de cuidados desafía a los sistemas de protección social en América Latina

Miércoles, 10 de Agosto de 2011
Políticas y Derechos

Notas de la CEPAL No 68 – Agosto 2011

El cuidado es un asunto de bienestar que afecta al desarrollo social y al crecimiento económico. No obstante, la posibilidad de brindarlos y de recibirlos no siempre está asegurada y puede constituirse en una fuente de desigualdad.

Salvo algunas excepciones, el tema del cuidado no ha ocupado un lugar relevante en la agenda de las políticas públicas de los países de la región, destaca Sandra Huenchuan en el estudio La protección de la salud en el marco de la dinámica demográfica y los derechos publicado en el N° 100 de la Serie Población y Desarrollo del CELADE-División de Población de la CEPAL.

Hoy la carga de cuidados en la región se concentra en la población infantil, pero en el futuro el grueso de esta demanda de asistencia provendrá de las personas de edad avanzada y de aquellas con algún tipo de discapacidad por razones de salud.

Se espera que las personas con dependencia moderada-severa, que necesitan cuidados periódicos, se dupliquen en América Latina entre 2000 y 2050, pasando de 23 millones a 50 millones. Hoy estas personas fluctúan entre los 15 y 59 años, pero para 2050 se estima que la mitad de la población dependiente de cuidados tendrá 60 años y más.

Sin embargo, “la oportunidad demográfica de contar con cuidadores será limitada en el período 2000-2050 en la región”, señala el texto. No alcanzará a una persona por cada individuo que precise ayuda.

“Tanto los marcos normativos generales y específicos de los países de la región como el abanico de programas sociales existentes relacionados con la protección de la infancia, la vejez y la dependencia revelan una creciente concentración en la familia de los riesgos asociados al cuidado”, dice Huenchuan. El peso recae especialmente sobre las mujeres, con independencia de su edad.

Esta situación “amplía la vulnerabilidad de las personas que precisan cuidado y de las que prestan asistencia”, dada la desigual distribución de los recursos según el origen familiar o social.

Para dar respuestas inmediatas y de largo plazo a este problema, los países requieren replantear sus sistemas de protección social bajo tres principios: “igualdad” de género y socioeconómica; “universalidad” de las políticas y programas; y “solidaridad” entre las generaciones.

El estudio proyecta distintos escenarios para algunos países de la región entre 2000 y 2050, basándose en una medida proxy denominada “relación de dependencia de cuidados”, es decir, el número de individuos con necesidad de cuidados por cada cien potenciales cuidadores.

Cuba partió la década del 2000 con una carga de cuidados inferior al promedio regional –debido al descenso de la población infantil--, pero desde 2010 va en franco aumento y se agudizará a partir de 2040 cuando el país se vea enfrentado a una demanda de ayuda de personas de edades avanzadas, que en 2050 representarán cerca del 60% de la carga total de cuidados.

En Chile la demanda de cuidados no tendrá mayores variaciones entre 2010 y 2030, año en que empezará a aumentar nuevamente, superando el promedio regional por efecto del envejecimiento de la población. En 2050 la carga de cuidado de los menores de 12 años representará 57% del total, mientras que la de las personas de 75 años y más el 43%.

En México la relación de dependencia de cuidados disminuirá hasta aproximadamente 2030, cuando empezará a incrementarse nuevamente. Hacia 2050 la carga de cuidado en la niñez seguirá siendo más elevada que la de las personas de edad.

Guatemala, en tanto, registró en 2010 una carga de cuidados muy superior al promedio de la región (58 personas por cada 100 potenciales cuidadores), la que se mantendrá hasta 2050, principalmente por la demanda de la población infantil. La necesidad de asistencia a la niñez permanecerá constante hasta 2050, cuando concentre más del 86% de la carga total.

Por efectos de la transición demográfica, la mayoría de los países tendrían oportunidades para emprender cambios institucionales, programáticos y prácticos para atender las distintas demandas del sector salud y del ámbito del cuidado, tomando en consideración las transformaciones de las familias y de los roles de las mujeres, concluye Huenchuan.

http://www.eclac.cl/notas/68/EnFoco_1.html