Publicada en la revista VIVA del diario Clarín el 16/05/04
LA VEJEZ COMO UN DIVINO TESORO
Leopoldo Salvarezza es uno de los gerontólogos más prestigiosos del país. Para envejecer bien dice que lo central es aceptar de a poco los límites que nos impone la edad.
Usted que argumenta a favor de aceptar el envejecimiento, ¿no cree que el esfuerzo por mantenerse activos, sanos y jóvenes ayuda a contrarrestar los efectos de la decadencia física?
No. Negar la llegada de la vejez no es beneficioso. Ahora, si uno habla de los esfuerzos por estar física y mentalmente bien es otra cosa. Hay una cantidad de avances tecnológicos que ayudan al ser humano a estar saludable, pero si se utilizan para negar el envejecimiento entrañan una fuerte contradicción: porque no hay más remedio que aceptar esta circunstancia. El envejecimiento está incluído en la memoria del desarrollo genético de cada especie y los individuos no tienen más opción que adaptarse a ello. Por eso digo que cuando hay un excesivo esfuerzo por negar este aspecto de la realidad o intentar modificarlo, surgen perturbaciones serias en las personas.
¿Cual es el origen de esas perturbaciones?
La cantidad de energía vital puesta en expectativas que no se cumplirán.
¿Cuales son las consecuencias anímicas de negarse a envejecer?
Una de las formas en que los seres humanos niegan el propio envejecimiento es atribuir la vejez a los otros. Esto significa que quienes actúan así no pueden ponerse en la piel del viejo que van a ser. En la medida en que este proceso de aceptación no se pueda hacer, en algún momento -distinto según cada cual- al individuo se le van a presentar consumadas las limitaciones que en ciertos aspectos trae el envejecimiento. El asunto es que no van a estar preparados porque no han podido hacerlo gradualmente a lo largo de sus vidas. Por eso, la vejez lo va a sorprender sin los reflejos necesarios para enfrentar las necesidades de ese momento. Mucha gente se encuentra con que tiene que hacer de repente duelos masivos que hubieran requerido una actitud mas serena y un proceso pautado y tranquilo. La negación puede llevar a un enfrentamiento con la realidad que provoque procesos depresivos. No es lo mismo ir haciendo duelos parciales a lo largo de la vida por cosas que se pierden o cambian, que pensar que se es Superman y de golpe asumirse que somos un Clark Kent cualquiera.
¿Y cuales pueden ser las consecuencias físicas de esa negación?
Desde el punto de vista físico esta negación conduce a que se cometa algún tipo de atrocidad en el funcionamiento del propio cuerpo como, por ejemplo, realizar actividades deportivas desaconsejadas, atiborrarse de pastillas o excederse en el consumo de bebidas o ciertos tipos de comida.
¿Cuándo se es técnicamente viejo?
Desde el punto de vista académico no puedo dar una respuesta a esa pregunta porque no tenemos una única definición de vejez adecuada y aceptada por toda la gente que trabaja en el tema.
Pero lo que sí creo es que el ser viejo es una decisión individual y subjetiva. Cada uno va a decidir en un determinado momento de su vida cuando es viejo para: para aprender computación, para jugar al futbol. Para navegar. Por eso cambia la perspectiva de acuerdo a cada persona.
Visto así no debería ser tan difícil asumirlo, porque a lo largo de toda la vida vamos aceptando y asumiendo que hay cosas que no podemos hacer.
Claro. No es algo extraño al ser humano. A partir del momento de la aceptación de ciertos límites impuestos por la edad cada uno tendrá que buscar nuevas formas de conceptualizar los deseos que van ligados al desarrollo vital. Esto no quiere decir que por aceptar la vejez uno se borre del mundo o desaparezca de la vida, a pesar de que existen ciertos mecanismos políticos y sociales, como la jubilación, que desde afuera imponen un retiro.
Con el aumento de la expectativa de vida y los avances médicos, ¿es más fácil ser viejo hoy que años atrás?
Me parece que nunca es fácil ser viejo. El grado de dificultad está dado por la combinación entre la personalidad de cada uno y por cómo es recibida esta etapa de la vida en la sociedad. Esta conjunción requiere de un instinto de adaptación permanente y requiere de una participación activa de los sujetos como para enfrentarse con las dificultades, e intentar aprender qué cosas hay que hacer para zafar de esta situación conflictiva.
En momentos de tanta incertidumbre ¿no es tranquilizador llegar a viejo? ¿Por qué no suele haber conciencia del valor del haber sobrevivido a una época tan salvaje?
Eso debería ser una cuestión importante a tener en cuenta y debería reforzar la autoestima de la gente. Una de las cosas en que no se pone mucha atención es en que los viejos son los sobrevivientes exitosos de una larga carrera en la que han ido quedando los menos aptos. La gente se muere más en la mediana edad que en la vejez, a la que arriba apenas entre el 10 y el 15 por ciento de la humanidad. Al llegar pocos, los viejos deberían ser vistos como los ejemplares sobresalientes de la especie, pero esto no está considerado así ni desde la sociedad ni desde los propios viejos. Lo que se ve es que perder cierto tipo de capacidades, o creer que se pierden para siempre, tiene mala prensa.
¿A que se debe la mala prensa?
Todas las definiciones de vejez que conocemos hacen hincapié en sus aspectos negativos, los déficits y las pérdidas.
¿Esto está relacionado con el culto moderno al bienestar, el físico y la juventud?
No. Siempre ha sido así. Todo el mundo ha pedido vivir lo más posible, pero nadie ha querido llegar a viejo. Y ahí es donde surge la tensión, porque vivir sin envejecer es una contradicción insalvable.
¿Y como hacer para superar esa contradicción de la que habla?
Es muy difícil simplificar tanto un problema. Lo fundamental es no negar la vejez. Si la gente no la niega va a poder darse cuenta de lo que es ser viejo, cuales son sus necesidades y sus deseos. Curiosamente, es algo muy importante y que no entra en los planes de los funcionarios que tienen a su cargo las áreas vinculadas al sector. Tratan de hacer cosas puntuales, juntar viejos para que viajen o hagan actividades entre todos. Pero creo que son políticas de segregación. Deberían, desde el punto de vista político, trabajar para una mayor concientización de la población.
Dado que la tendencia es hacia un mayor envejecimiento de la población ¿como imagina usted que será esa sociedad en la que seremos muchos los viejos?
La verdad es que no tengo idea. Me parece que los sistemas predictivos pueden funcionar, pero no en relación a los seres humanos, que son completamente impredecibles. Muchos tienden a seguir a los gurúes porque los tranquiliza que les señalen cómo será el mañana y les quita la ansiedad y el temor que siempre provoca lo desconocido. Pero le diría que son bastante escéptico acerca de que la gente en un futuro cercano acepte envejecer. No creo que se modifique nuestra concepción sobre el tema. Siempre va a haber refogios desde donde se aliente el deseo de permanecer jóvenes. Porque envejecer implica pérdidas y las pérdidas son difíciles de elaborar y fáciles de evadir.