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Chile. Maltrato contra adultos mayores, una realidad oculta

Martes, 23 de Noviembre de 2010
Políticas y Derechos

Según estudios recientes el 19,8 por ciento de los ancianos ha sido víctima de violencia psicológica o física de un universo de más de dos millones de personas mayores de 60 años que representan el 13 por ciento de la población, y de acuerdo a las proyecciones en 2025 los mayores van a representar el 20 por ciento del total. La experta de Flacso en la materia Claudia Dides, señaló que “la violencia está asimilada en la sociedad chilena como una idea de cierta naturalidad”.

Parecida a la realidad que viven sociedades más desarrolladas, la población chilena se ha ido envejeciendo en los últimos veinte años. Esta situación se vincula con un mejoramiento de las condiciones económicas del país que va permitiendo un aumento en la esperanza de vida de las personas.

De acuerdo a cifras oficiales, en 2009 ya son más de dos millones las personas mayores de 60 o más años (13 por ciento de la población), y en las últimas tres décadas la expectativa de vida se ha incrementado en 15 años. Además, uno de cada diez mayores vive sólo. Para 2025, se espera que el 20 por ciento de la población pertenezca a este grupo, superando a los menores de 15 años.

Los números hablan por sí mismos y escoden una serie de problemas asociados. Según la Primera Encuesta Nacional de Victimización por Violencia Intrafamiliar y Delitos Sexuales del ministerio del Interior (2008) un 19,8 por ciento de los ancianos ha sido víctima de violencia psicológica o física.

En este contexto, el pasado 10 de marzo se aprobó la Ley 20.427, que incluye el Maltrato al Adulto Mayor para lo que se introducen modificaciones en tres cuerpos legales: La Ley de Violencia Intrafamiliar, la Ley que creó los Tribunales de Familia, y el Código Penal. Con esto se pretende reconocer el maltrato que afecte la vida o la integridad física o psíquica de una persona mayor.

La ley sanciona a quien ejerza el maltrato a un mayor autovalente o con dependencia y que lo tenga bajo su cuidado, sea cónyuge, conviviente, o pariente consanguíneo o por afinidad en toda la línea recta (hijos, nietos, bisnietos) o en la colateral (hermanos, primos).

Tomando en cuenta la proyección de esta realidad, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) realizó el martes pasado el seminario sobre “Maltrato a personas mayores en Chile, evidencias, tratamiento normativo y desafíos inmediatos”.

El organismo en conjunto con el Fondo de Población de la ONU y la participación de expertos está trabajando en el tema del envejecimiento, donde se trata de identificar los aspectos más importantes de la Ley 20.427 para ver las evidencias, el tratamiento normativo y los desafíos inmediatos que contiene la norma.

La investigadora de la Flacso y directora del Programa de Inclusión Social que monitorea la aplicación de esta ley, Claudia Dides, señaló que la pobreza también es una manera de maltratar a quienes pertenecen a la tercera edad.

“La pobreza y las desigualdades se expresan de distinta naturaleza, como por ejemplo, desigualdades de Género, económicas, étnicas. Hay personas mayores que tienen la posibilidad de acceder a viajes y pagarlo en cuotas y eso es algo bueno para ellos, pero hay un gran porcentaje de personas que no tienen acceso y que incluso sus jubilaciones o pensiones son bastante injustas y casi una falta de respeto a los derechos humanos”, sentenció.

Desde la perspectiva médica las principales consecuencias del maltrato se traducen en más problemas de salud mental asociados a la depresión, y el 49 por ciento de las personas mayores que han sufrido violencia física ha quedado con lesiones como rasguños, moretones, cortes o heridas leves.

El médico Camilo Bass, presidente Agrupación Nacional de Médicos de Atención Primaria y expositor en el seminario admitió una falta de visión en el sistema público para otorgarle más importancia a la atención de salud a los mayores, señalando que “el Estado chileno, en general, está yendo un poco lento hacia la adaptación de esta nueva condición demográfica. Sería una falta de visión de cómo se tiene que adecuar el sistema público a las necesidades de la población adulta mayor”.

El doctor señaló que las víctimas de la violencia dentro de la familia tienden a tener condiciones de salud mental secundarias negativas como cuadros de estrés, ansiedad y que muchas veces, a través de estos diagnósticos, se llega al origen, es decir, a la situación de violencia en la familia.

“En lo principal los mayores empiezan a tener menos contacto con la sociedad, se comienzan a aislar manifestando síntomas sicológicos que tienen su repercusión física, que pueden generar que las personas se cuiden menos o se alimenten peor”, indicó el facultativo.

Según la investigadora de la Flacso la violencia está asimilada en la sociedad como una idea de cierta naturalidad en el sentido de que golpear a otra persona es parte de lo que hacen los seres humanos y asegura que ha costado mucho poder trabajar con esa idea y relegarla del comportamiento para que la interrelación sea mucho más armónica.

Respecto de la ley, se modificó el artículo 489 del Código Penal que eximía de responsabilidad criminal por hurto, defraudación o daño, a quienes respecto de una persona mayor, fueran sus parientes consanguíneos como hijos o nietos y colateral como hermanos o primos.

Fuente: Radio Universidad de Chile – 18/11/2010.
http://radio.uchile.cl/noticias/91202/
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