Los cursos especiales para ellos están colapsados. En el Centro Rojas, los mayores de 50 ya representan el 10% del alumnado. Y en los hogares porteños casi no hay vacantes. Además, en 3 meses 10.000 jubilados sacaron un préstamo para comprar su PC.
Me gusta estar en el mundo donde están los jóvenes. Además, aprendiendo se te mueven las neuronas y mucho de lo que aprendo acá, lo aplico a mi trabajo, porque sigo trabajando ¿viste? Y estoy casada, hace 44 años. Pero con él no hay caso: es muy artesanal”. Mabel Moscoloni (68) habla por arriba de los anteojos y no despega la mano del mouse. Dice que para estar activa, desde hace cuatro años empezó a estudiar informática.
Lo sostienen los especialistas y lo confirman en muchos centros donde funcionan programas de capacitación destinados a los adultos mayores: su interés por las nuevas tecnologías está en ascenso. La mejor medida son los cursos especiales para ellos, que no tienen vacantes aun cuando son pagos.
¿A qué se debe el fenómeno? “Cuando los nietos están lejos, el abuelazgo también se puede ejercer a través de nuevas tecnologías. Si chateamos con ellos, nos mandamos mails o jugamos online, el vínculo es más fluido porque se vuelve una actitud cotidiana”, explica Mónica Roqué, gerontóloga y directora nacional de Políticas Públicas para Adultos Mayores. Y sigue: “Es verdad que no todos están abiertos a aprender computación, pero observamos que cuando lo hacen les resulta maravilloso y por eso siguen estudiando”.
Hoy, cuando existen programas “amigables” para los adultos mayores, conseguir lugar es casi un milagro. En el Centro Cultural Rojas, que depende de la UBA y es uno de los más populares, cada vez más mayores de 50 se anotan en los cursos de informática. “En el ‘88, cuando empezamos, eran 20 alumnos. Hoy son 750 y representan el 10,5% del alumnado”, informaron en Prensa. El próximo cuatrimestre abrirán un nuevo taller, y así ya suman 45.
Lo mismo sucede en las programas de educación gratuita de la Ciudad: en el centro de inclusión digital, las 155 vacantes están ocupadas. Y para encontrar un asiento en los cuatro hogares de día que dan capacitación hay que tener mucha suerte: casi 200 personas estudian ahí.
“La tecnología informática los acerca a ámbitos que son gratificantes, despierta nuevas inquietudes y favorece la exploración. El sujeto mayor frente a la computadora vuelve a ser protagonista y este espacio virtual se vuelve saludable porque reafirma su autoestima cuando se demuestra que es capaz de aprender”, señala Margarita Murgieri, miembro de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría.
Otro indicador del interés creciente es la muy buena respuesta que tuvo el plan de acceso a computadoras de la ANSES y el Banco Nación. Empezó en 2007 y en abril de este año lo relanzaron: en sólo tres meses, 10.000 jubilados pidieron el préstamo para comprar una PC, en hasta 40 cuotas sin interés.
Fuente: Clarin.com (Argentina) 9/8/2010
http://www.clarin.com/sociedad/tendencias/titulo_0_313768667.html