Los cambios poblacionales que se prevén para Ecuador hacia el 2025 apuntan a un progresivo aumento de la población mayor de 65 años, lo cual obliga hoy al gobierno a planificar el desarrollo teniendo muy en cuenta esos desafíos.
Así lo confirma el Plan Nacional para el Buen Vivir, estrategia de desarrollo para el período 2009-2013, al afirmar que "las dinámicas poblacionales de los futuros años impactarán sobre las políticas públicas en ámbitos importantes y diversos".
Estos aspectos van desde la sostenibilidad del sistema de seguridad social hasta la cobertura de educación básica, media y superior, para responder a las necesidades de una población para el 2025 de 17.1 millones de habitantes, según las proyecciones.
Pese a que el ritmo de crecimiento demográfico descenderá a un promedio anual de 1,1 por ciento después del 2020, el aumento de 3,3 millones de personas respecto a los actuales ecuatorianos significa un incremento considerable de habitantes.
Además, la fecundidad se situará en 2,1 hijos por mujer, es decir cerca del nivel de reemplazo, por lo cual se puede esperar una población algo más grande, pero cuyo crecimiento tiende a ralentizarse.
Simultáneamente, la esperanza de vida al nacer aumentará algo más de dos años, llegando a 77,5 años para ambos sexos, y la tasa de mortalidad infantil se reducirá a cerca de la mitad durante los próximos 17 años, pues pasará de 20 a 11 por mil nacidos vivos.
Consecuencia de ello, el balance entre los diferentes grupos de edad se alterará significativamente, y la importancia relativa de la población menor de 15 años se reducirá del 31,2 por ciento a 24,5 por ciento.
Por el contrario, el peso de la población de 15 a 64 años se elevará del 63 al 66 por ciento y, el rasgo novedoso, es que la población de 65 y más años se incrementará del 6 al 9,3 por ciento.
El cambio en la pirámide implicará que la población en edades laborales y adultas aumentará, la generación de nuevos empleos adecuados y de calidad se hace indispensable, así como la necesidad de formar, educar y capacitar a esta población.
Al mismo tiempo, los que en número creciente llegan a la "tercera edad", también requieren servicios especializados en salud, seguridad social, accesibilidad arquitectónica y urbanística, así como una nueva concepción de ocupaciones para aprovechar socialmente sus potencialidades creativas.
Fuente: Por Pedro Rioseco. Prensa Latina. 16/2/2010.
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