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Editorial RLG N° 116 de Septiembre 2009

Martes, 01 de Septiembre de 2009
Editoriales RLG

Adultos Mayores: Ni sabios ni ignorantes, sólo personas con capacidades, dignidad y derechos.

El desarrollo de imágenes más equilibradas acerca de la vejez y de las personas viejas, constituye una premisa fundamental que necesita ser resuelta en forma consciente en el trabajo de promoción del ejercicio de derechos en la vejez, por cuanto las imágenes idealizadas acerca de las personas adultas mayores pueden llegar a ser tan dañinas como aquellas que las desvalorizan. Éstas, en la práctica, pueden terminar facilitando la exclusión social de las personas viejas y abriendo espacio para la vulneración de sus derechos.

En América Latina, tanto a nivel de la vida cotidiana como de la proliferación de discursos políticos y mediáticos, nos vemos frecuentemente entrampados entre esta polarización de imágenes sobre las personas adultas mayores. Por una parte se idealiza a las personas viejas situándolas en un mundo de sabiduría cuasi metafísico y, por otra se les confina al mundo de la ignorancia, símbolos de lo anti-moderno, de lo que obstaculiza el progreso y el desarrollo.

Ambas visiones abonan el terreno para que se entretejan subrepticiamente relaciones de abuso y malos tratos a las personas adultas mayores. Normalmente abundan ejemplos que ilustran la existencia de malos tratos propiciados por la desvalorización de las personas viejas. Es preciso reconocer que al respecto se ha avanzado mucho, tanto a nivel de denuncia como del desarrollo de capacidades de las propias personas adultas mayores para reclamar un trato digno y respetuoso.

Pero enfrentar tratos inapropiados que se expresan bajo una retórica obsequiosa, colmada de palabras gentiles y dulcificadas, es mucho más difícil de desentrañar y por lo tanto de encarar. La imagen de la persona adulta mayor como persona calma, empática, poseedora de una comprensión y tolerancia que le llevan a posponer una y otra vez sus deseos y necesidades, hacen parte de este tipo de discursos que en la práctica niegan el derecho de las personas viejas a ser personas en proceso constante de crecimiento y desarrollo, con derecho a poner límites y a tener oportunidades para desarrollar proyectos de vida que no siempre van a coincidir con los deseos de quienes les circundan.

Una buena convivencia entre generaciones no se puede sustentar sobre la base de que algunas deban renunciar a su derecho a vivir la vida plena y dignamente. El desafío que tenemos al frente es educar y crear las condiciones para que nuestras sociedades se desarrollen y fortalezcan la democracia como forma de vida de manera que sea posible garantizar justicia y equidad social en todas las edades. Asumiendo esto, podremos avanzar en el desarrollo de imágenes más equilibradas sobre las personas adultas mayores que favorezcan prácticas sociales de inclusión y reconocimiento del potencial que representan sus capacidades para lograr un mayor bienestar para nuestras sociedades.

Ximena Romero – Coordinadora RLG
Christel Wasiek – Asesora RLG

1 de Septiembre de 2009.