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Alexandre Kalache: «Nos preocupa que la crisis económica se lleve derechos de las personas mayores»

Jueves, 05 de Marzo de 2009
Recortes de prensa

ALEXANDRE KALACHE, EXPERTO DE LA OMS Y CREADOR DEL PROYECTO 'CIUDADES AMIGABLES'
«Nos preocupa que la crisis económica se lleve derechos de las personas mayores»

Diario Vasco
1/3/2009.

Referente mundial en el estudio sobre el envejecimiento, el doctor Alexandre Kalache llega el martes a San Sebastián para promover la incorporación de la capital guipuzcoana a la Red Mundial de Ciudades Amigables con las Personas Mayores, un proyecto creado por el propio Kalache e impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que reúne actualmente a 35 urbes pertenecientes a 22 países de todo el mundo. Donostia será la primera ciudad de España que forme parte de este selecto club mundial. Kalache, aunque ya «jubilado», según sus palabras, como director del Programa de Envejecimiento y Ciclo de Vida de la OMS, sigue vinculado a esta organización y como tal mantiene una intensa actividad. Aunque su hogar está en Río de Janeiro, su ciudad natal, su ámbito de trabajo más habitual lo reparte entre Nueva York y Ginebra, aunque como creador del proyecto Ciudades Amigables mantiene una intensa agenda de viajes por todo el mundo.

- ¿Cómo definiría a la Red de Ciudades Amigables con las Personas Mayores?
- Como un proyecto que inició la OMS cuando yo era el director del Programa de Envejecimiento y Salud. Empezamos en 2006 con 35 ciudades de todo el mundo a partir de un protocolo que habíamos desarrollado en Río de Janeiro. La metodología fue adoptada y adaptada a 35 ciudades, entre las que figuran grandes urbes, como Nueva York, Londres, Moscú o Shangai, y ciudades no tan grandes pero influyentes, como Ginebra. España todavía no se ha incorporado a este proceso. En base a los primeros resultados de esas 35 ciudades, hicimos una guía. En cada una utilizamos la misma metodología, un estudio cualitativo, buscando saber de las personas mayores que viven en esos entornos su opinión sobre los temas que condicionan su calidad de vida. Temas relacionados con el transporte, con los espacios públicos, con la vivienda, la participación e inclusión social, etcétera. Se chequearon los resultados y los hicimos públicos internacionalmente en octubre de 2007. A partir de ahí se están incorporando otras ciudades. Y ese proceso es el que se inicia el martes en San Sebastián, pero siempre con la idea de que nadie como los mayores conocen mejor las dificultades a las que se enfrentan. Es un proceso que se prolongará en los próximos dos meses y espero que para junio ya tengamos los primeros datos.

- O sea, que hay que pasar por una especie de examen.
- En cierta forma, sí. Se hará a través de grupos y mediante entrevistas individuales. Y también se preguntará a proveedores de servicios.

- ¿Quién realizará ese trabajo?
- Eso lo tengo que concretar el martes con las instituciones concernidas, tanto con el Ayuntamiento como con la Fundación Matía.

- ¿Conoce San Sebastián?
- Sí, sí, he estado tres veces. Tengo un cariño muy grande por esta ciudad porque me recuerda mucho a la mía. Es como una pequeña Río, con el mar, las montañas... Pero el criterio que yo tenga de estas visitas no es válido; lo que cuenta es lo que tengan que decir las personas mayores que vivan ahí y ellas deben determinar hasta qué punto su ciudad es amigable. Pero yo creo que, de entrada, reúne condiciones muy favorables.

- ¿En caso de que Donostia pase el examen, posteriormente tendrá que someterse a revisiones o chequeos periódicos?
- Sí. Y ahí también tendrán que intervenir las personas mayores.

- En términos generales, por lo que han comprobado hasta ahora, ¿qué están demandando las personas mayores a las ciudades?
- El aspecto más importante siempre es el de la inclusión social. Las personas mayores en general se sienten discriminadas, se quejan de abusos institucionales, de que hay barreras que les dificultan el acceso a los servicios y a una participación real en la vida política y social. La persona mayor quiere que se le respete, que pueda participar y que se le facilite el acceso a los servicios.

- No parece que, en general, las ciudades aporten demasiadas facilidades a las personas mayores.
- Cierto. Es un aspecto preocupante a nivel mundial y eso hay que cambiarlo. La mayoría de las personas mayores viven hoy en la ciudad y lo que se haga en la ciudad en su favor tendrá repercusión también en los entornos rurales.

- La guía que mencionaba distingue ocho referencias que van a determinar en qué medida una ciudad es más o menos amigable con las personas mayores. Se habla de transporte, vivienda, participación social, respeto e inclusión social, participación cívica y empleo, comunicación e información, servicios sociales y espacios al aire libre y edificios.
- Son las ocho dimensiones que tienen influencia directa para la calidad de vida de las personas mayores.

- ¿El proyecto también involucra a la ciudadanía?
- Sí, claro. El respeto es lo que esperan los mayores de sus vecinos, pero eso hay que trabajarlo. Los medios tienen una influencia muy grande, pero hay que trabajar también en las escuelas con los jóvenes, inculcándoles que ellos serán los mayores del mañana, y haciéndoles reflexionar sobre lo que deberíamos aportar a los mayores que hoy conviven con nosotros.

- El mundo está envejeciendo a pasos agigantados. Gipuzkoa, por ejemplo, suma 2.300 personas mayores más cada año. ¿Este mundo está preparado para hacer frente a los retos del envejecimiento?
- No, no lo está. España y los países de su entorno son privilegiados, disponen de recursos. Pero el desafío es enorme en los países en vías de desarrollo. Las naciones desarrolladas primero se enriquecieron para luego envejecer. Pero las que están en vías de desarrollo no se han enriquecido y envejecen más rápidamente que los otros. Las personas están viviendo más, pero sin calidad de vida y con acceso muy restringido a los servicios de salud. Eso no ocurre en España, donde el acceso a la salud es gratuito. La salud y tener un dinero que permita vivir son las dos cosas más importantes para los mayores. Vivir con sencillez, pero al menos sin la preocupación de cómo ingeniárselas para comer al día siguiente.

- La OMS promueve el envejecimiento activo de las personas mayores. ¿Cómo alcanzarlo?
- Cuanto más temprano uno comience a preocuparse por prepararse para la vejez, a través de hábitos de vida más saludables, mejor será. La salud es fundamental, es la llave que abre las puertas para la participación en la vida de la sociedad. Otro pilar destacado es la seguridad, es decir, un sistema que pueda proteger a los más vulnerables. Con todo, está claro que el mejor futuro del joven es envejecer, es la mejor opción, y es la única, porque la otra es la muerte prematura, que no interesa.

- Considerando el progresivo aumento de las personas mayores, ¿cree que llegarán a ser un colectivo influyente?
- Sin duda. Pero no sólo por el aspecto numérico, sino porque están empezando a jubilarse personas con un nivel de conciencia y participación política y social mucho mayor que la generación que les precede. Son los baby boomers, que han protagonizado la revolución sexual de los años sesenta, la emancipación de las mujeres y la lucha por los derechos. Están capacitados para exigir de las autoridades demandas que sus abuelos ni tan siquiera se lo hubieran podido plantear.

- ¿Considera que la crisis que padecemos puede afectar a los logros sociales adquiridos a favor de las personas mayores?
- Sin duda. Es un peligro al que nos enfrentamos. Siempre son los más débiles, los menos organizados, los que más sufren las consecuencias. Los trabajadores, los jóvenes, por ejemplo, tienen recursos para protestar, para ser oídos, pero los jubilados no poseen tanta facilidad. De ahí la importancia que adquiere en este aspecto la sociedad civil y en concreto las ONG que representan los derechos y los deberes de las personas mayores para exigir que los logros y progresos conquistados no pueden perderse por causa de una crisis mundial. Pero es difícil. Y estamos muy preocupados. Por eso queremos promover en Naciones Unidas una convención sobre los derechos de las personas mayores.

- Por otro lado, ¿no cree que todo lo concerniente a la investigación y a la innovación referida a este ámbito del envejecimiento está aún escasamente desarrollado?
- Sí, pero, aunque poco a poco, hay avances notables. En el campo de la salud, anteriormente las investigaciones se concentraban en los más jóvenes y, en general, del sexo masculino; hoy ya se incorpora a las personas mayores.

PERFIL
Alexandre Kalache. Río de Janeiro, 1945.
Médico especializado en Salud Pública.
Ex director del Programa de Envejecimiento de la OMS y creador e impulsor del Global Age-friendly Cities (Ciudades amigables con las personas mayores). Miembro de la Academia de Medicina de Nueva York y responsable de su programa de envejecimiento. En Río de Janeiro dirige el Centro Internacional para Políticas de Envejecimiento. A San Sebastián llega en calidad de representante de la OMS.