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Representaciones de la vejez en el profesorado en educación física

Lunes, 07 de Enero de 2008
Envejecimiento y vejez

Débora Paola Di Domizio
Lic. En Educación Física.
Diciembre 2007.


INTRODUCCIÓN

El presente texto tiene el propósito de ofrecer una reflexión crítica sobre ciertas representaciones de la vejez en la comunidad educativa en la cual me desempeño desde hace tres ciclos lectivos  en la asignatura "Espacio de definición institucional: Tercera Edad". Allí, a partir de la enseñanza de núcleos temáticos de contenidos, se pretende vincular a las prácticas de la educación física con el segmento poblacional de los adultos mayores.

La experiencia educativa es llevada a cabo en el Instituto Superior de Formación Docente donde se dicta la carrera "Profesorado en Educación Física". El diseño curricular de la misma considera a la Educación Física como un área curricular que "forma parte de la realidad del sujeto y, por ser la motricidad el vinculo ineluctable entre este y el mundo, se constituye en cimiento de todo proceso educativo"

 La cátedra se dicta en el cuarto año de estudios con el objeto de que los alumnos del profesorado adquieran saberes respecto del envejecimiento y de los propios sujetos que envejecen, y cómo desempeñarse enseñando los contenidos propios de la disciplina que nos compete: la educación física.

Retomando las palabras iniciales, cabe aclarar que empleo un abordaje crítico para el  dictado de esta asignatura, entendiendo "crítico" como lo hace Valter Bracht "en el sentido de negar el orden social vigente; o sea no crítica en función de un procedimiento presumiblemente científico, sino en función del cuestionamiento del contenido". (Bracht 1996: 50)  Por ello me baso en la Teoría del Ciclo Vital  para considerar y reformular el "concepto de desarrollo humano" de manera abarcativa o extensiva a todas las etapas de la vida (desde el nacimiento hasta la muerte), con procesos de cambio que no siguen patrones fijos ni predeterminados, como aquellos que aún son estudiados en la formación docente, los cuales proclaman el siguiente patrón fijo: progreso en la infancia y declive en la vejez. Los cambios cortos o de larga duración, los positivos o los negativos que acontecen a lo largo de la vida, se contemplan dentro del concepto amplio de desarrollo, que trasciende las limitaciones restrictivas, biológicas o físicas, las cuales son asumidas por muchos especialistas del desarrollo infantil.

Por otro lado, me aparto de la común mirada medicalizada y normalizadora, que continuamente insiste en homologar vejez con enfermedad. En la cátedra, al desarrollar núcleos temáticos referidos a los cambios biológicos que acontecen con el paso del tiempo (proceso de envejecimiento) hago hincapié en resignificar los mismos desde una mirada no patologizante, contrarrestando la perspectiva tan popular, según la cual  envejecimiento y enfermedad son conceptos asociados o lo mismo. Este enfoque refuerza el paradigma que sitúa a los profesores en Educación Física como agentes de salud. En este sentido, es pertinente atender a las palabras de Carballo, quien sostiene:

"El trasfondo de la trama está dado por el valor que se le asigna al concepto de salud y por la subordinación del concepto de educación a aquel; esta subsunción se entiende si se reconoce el carácter disciplinante de la salud, que desborda el ámbito de la clínica medica tradicional para adoptar claras formas de control social." (Carballo 2003:53)

En la práctica, esta situación se advierte en los testimonios de los futuros docentes, en cuyo imaginario las prácticas corporales con adultos mayores están estrechamente ligadas a la idea de una función terapéutica, en detrimento de la función educativa. Por lo tanto, buscan meticulosamente recetas y metodologías para tal o cual enfermedad con el objeto de rehabilitar o curar.

Adjudicarle un mayor o único protagonismo a dichas prácticas es ubicar al déficit por encima de la persona y, en consecuencia, subrayar la deficiencia tachando al sujeto. (…) Eternizar las prácticas corporales terapéuticas sobre esta población es hacerles recordar a cada momento que su cuerpo es una deficiencia; es desechar el disfrute por la actividad física. (Zucchi: 2007: 7)   

Es importante destacar que hay otras posturas epistemológicas que definen a la educación física como una práctica social con intencionalidad educativa.  (Rozengardt R. 2006,  Bracht, V. 1996, Carballo, C. 2003)


¿SON COMO CHICOS?

Un eje de reflexión posible que involucra a esta franja poblacional es la especial caracterización que reciben de parte de algunos miembros de la comunidad educativa, quienes asumen el rol docente con alumnos adultos mayores como si estuviesen frente a niños escolarizados. Así como es recurrente escuchar en el imaginario social que muchos adultos mayores "son como chicos", también es frecuente esa idea en la formación docente en educación física, lo que conduce necesariamente a reflexionar sobre la construcción del rol docente en los Institutos Superiores de Formación Docente,  cuestión que será abordada más adelante.

Aura Marlene Márquez Herrera denomina "infantilismo" a aquellas actitudes, modos, discursos y prácticas que poseen ciertos agentes sociales en su trato con adultos mayores, a quienes se dirigen como si se tratase de  niños. Creen que en la vejez, los sujetos vuelven a ser infantes y, por lo tanto, necesitan cuidados, vigilancia y que otros tomen las decisiones. Esto crea una situación de dependencia absoluta, ya que las personas de edad asumen esas actitudes como normales, como una verdad irrefutable, y esto lleva a la naturalización de este trato o forma de relación. La autora también tiene en cuenta el tema de la infantilización en la perspectiva de los derechos humanos: "Sostener la idea equivocada de que vuelven a ser como niños  implica la pérdida de su condición de sujetos, y por lo tanto, la posibilidad del disfrute de sus derechos (Márquez Herrera: 2004). Asimismo, agrega que esta forma de representación social, más allá de su carácter discriminatorio, niega la individualidad y el derecho a la diferencia.

Mi desempeño en la formación docente en Educación Física me permite advertir que la aceptación y el uso irreflexivo de la expresión "son como chicos", trae como consecuencia una particular construcción que se realiza desde la formación de base de los futuros profesores, la cual predica la preferencia por ciertas prácticas en lugar de otras, así como la aceptación de ciertos discursos en desmedro de otros. De esta manera, el acto de enseñanza regido por esta sentencia, implica tomar posición en un modelo didáctico "tradicional", el cual es  pensado en y para el niño. En dicho modelo, la jerarquía asimétrica del docente se traduce en la ocupación de un lugar de poder (el saber de la disciplina), mientras que el niño (en este caso, el adulto mayor) se ve relegado al lugar del no saber. Considerar al adulto mayor como un ser incompleto que va perdiendo capacidades mentales para discernir o para decidir implica su ubicación en una imagen de inferioridad o de incapacidad.

Por otro lado, es muy difundido el prejuicio que considera que los aprendizajes sólo son posibles a edades tempranas (en los niños), lo cual refuerza esta idea que postula a la escuela como único templo para aprender. De acuerdo con este prejuicio,  el adulto mayor ya no podría adquirir nuevas destrezas o aprendizajes motores por pérdida de capacidades o habilidades. En consecuencia, el viejo es discriminado por esa supuesta concepción de pérdida de capacidades primordialmente cognitivas, bajo el concepto de involución del aparato psíquico. La discriminación también se debe a que no se lo considera apto para las prácticas de aprendizaje, siguiendo la noción que reduce la educación al ámbito escolar y formal. Sostienen Birgin y Pineau (1999: 46): "La continuidad de la forma escolar desconoció la adultez de los alumnos, aunque ya la hubieran adquirido en los planos jurídico y político."

Lo verdaderamente cuestionable de esta perspectiva, reside en que los propios viejos se han "hecho cargo" de estos prejuicios, no reconociendo su potencial de aprendizaje. La obediencia a los mandatos de una sociedad construida sobre los mitos y temores a la vejez lleva a los viejos a lamentarse con expresiones claramente reconocibles como "Yo… a mi edad, ¿qué voy a aprender?


UN POCO DE HISTORIA

Para ampliar el eje de reflexión analizado me remito a Birgin y Pineau (1999). Los autores sostiene que:
…en la modernidad comenzó el proceso de diferenciación de las edades, y el colectivo infancia - y más tardíamente juventud - fue separado del de los adultos . Así se aportó preponderantemente a la construcción de la especificidad de la infancia, diferenciándola de la adultez. El niño fue comprendido como un ser incompleto, lo que lo convirtió en un sujeto que debía ser educado en instituciones específicas. Se construyó un sujeto pedagógico, el "alumno", y se lo volvió sinónimo de infante normal. Desde entonces, educar es completar al niño para volverlo adulto, lo que llevó a una infantilización de todo aquel que, en cualquier circunstancia ocupara el lugar de alumno.

Un indicio claro tomado desde nuestra disciplina podría ser la apelación a los adultos mayores que asisten a distintas prácticas corporales mediante el vocativo "chico", lo que más que un elemento afectivo puede solapar otras cuestiones. De acuerdo con los autores anteriormente citados, el molde de la forma escolar plantea una réplica sin rupturas en el acto de enseñanza que desconoce por completo la adultez, y así el discurso pedagógico propone al adulto mayor como un niño encarnado.

Para los futuros docentes, que la constitución del campo pedagógico se reduzca a lo escolar, influye negativamente en una concepción de vejez superadora aportando más confusión a la temática.

CONCLUSIÓN

La discriminación por edad está cobrando mucha fuerza en la época actual por los valores depositados en otras franjas etáreas. Romper con los prejuicios acerca de la vejez resulta una tarea ardua y compleja que todos los actores sociales no están dispuestos a asumir con la lucidez que se requiere.

Para concluir, podría afirmar que la formación recibida por los futuros docentes en los Institutos Terciarios de la Provincia de Buenos Aires para la carrera educación física, tan centrada en la niñez y algo menos en la adolescencia omite reconocer a los adultos mayores como sujetos singulares, lo que atenta contra de su identidad. No considerar en el adulto mayor sus experiencias de vida, sus trayectorias, sus responsabilidades, sus capacidades, sus posibilidades y sus potencialidades,  así como su envejecimiento diferencial, contribuye a subestimar el nivel evolutivo por el cual transitan. Es importante despojarse de miradas prejuiciosas y estereotipadas que obstaculizan su participación en diferentes situaciones educativas o su permanencia en las estructuras sociales.

BIBLIOGRAFÍA
1.    Birgin, A. y Pineau, P. (1999) Son como chicos. El vínculo pedagógico en los institutos de formación docente. En Cuadernos de Educación. Año 1 Nº 2, Buenos Aires.
2.    Bracht, Valter. (1996) Educación Física y Aprendizaje Social. Editorial: Vélez Sarsfield. Córdoba. Argentina.  
3.    Carballo C. (2003) La Educación Física entre la crisis epistemológica y la confusión didáctica en Proponer y negociar. El ocaso de las tradiciones autoritarias en las prácticas de la educación física. Ediciones Al Margen, La Plata.
4.    Márquez Herrera, A. M. (2004) Consideraciones sobre maltrato y violencia en la vejez. A la luz de la calidad de vida. En revista digital RLG. Año: 19 de Julio de 2004. Bogota. Colombia. http://www.gerontologia.org
5.    Márquez Herrera, A. M. (2006) Violencia y vejez. Reflexiones para la vida cotidiana y la educación. En revista Decisio. Educación de adultos mayores. Año: Septiembre - Diciembre 2006. Nº 15. México. http://tariacuri.crefal.edu.mx/decisio/d15/sab5
6.    Monchietti, A. (2000) Cómo vemos a los viejos, cómo se ven ellos a sí mismos. Servicios Gráficos de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Mar del Plata.
7.    Monchietti, A. "Formas de envejecimiento que propicia la sociedad de fin de siglo" en Revista Argentina de Geriatría y Gerontología. Buenos Aires. 1996.
8.    Mora M (2002) la teoría de las representaciones sociales de Moscovici. Athenea digital, 2. Disponible en www.blues.uab.es/athenea/num2/Mora.pdf
9.    Resolución 13296/99. Tomo 3. Octava Parte Profesorado de Educación Física.
10.    Rozengardt  R. (2006) Apuntes de Historia para profesores de Educación Física. Miño y Dávila Editores. Bs. As.
11.    Salvarezza, L. (1998). La vejez. Una mirada gerontológica actual. ED. Paidós. Buenos Aires.
12.    Tur, Carmen. "Cambio evolutivo, contextos e intervención psicoeducativa en la vejez" en Revista Contextos Educativos. Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación. Facultad de Psicología, Universidad de Barcelona. (Nº 4, 2001) Pp. 119-133.
13.    Zucchi D. (2007) Espacios accesibles y buenas prácticas corporales. Educación corporal sin prejuicios ni exclusiones. Revista Novedades Educativas. (18) 6-11.

Notas
[1]  Desde 2005 y continuo.
[2]  Resolución 13296/99. Introducción.
[3]  La teoría del ciclo vital asume el continuo proceso de cambio y estabilidad de la persona desde el nacimiento hasta la muerte. En ella se considera que la variabilidad interindividual de los sucesivos cambios adquiere un mayor significado normativo con la edad.
[4]  Utilizo el plural porque todos los Institutos Superiores de Formación Docente para la carrera Educación Física de la Provincia de Buenos Aires están regidos por el mismo diseño curricular: Resolución 13296/99.
[5]  "El interesante trabajo de Birgin y Pineau puede ser vinculado, a la luz de mi propósito, con la perspectiva del psicólogo norteamericano Stanley Hall, quien en 1922 publica "Senescence, the last half of life", quien agrega que las diferencias individuales en la vejez son significativamente mayores que las que aparecen en otras etapas de la vida, y que la vejez tiene sus propios modos de sentir, pensar o querer, lo cual supone un aporte valioso a mi reflexión."

 

Datos del autor:
Débora Paola Di Domizio es Licenciada en Educación Física. U.N.L.P. / I.S.F.D Nº 84 MDP. Profesora en Educación Física con Orientación Gerontológica. H.P.C – S.A.T.E. M.D.P. Ex docente del Programa Universitario de Adultos Mayores. F.Cs.S. y S.S. U.N.M.D.P. Actualmente Docente en el Nivel Superior: I.S.F.D Nº 84, Profesorado en Educación Física: EDI Tercera Edad, asimismo en el I.S.P.E.F Quilmes: EDI Adultos Mayores. Docente de la cátedra Metodología de la Investigación en Educación Física" en la carrera Postítulo de Especialización Superior para la Formación de Docentes de Nivel Superior en Didáctica y Currículum de la Educación Física. ISFD Nº 84 MDP. Docente Referente en el área envejecimiento y actividad física para la Carrera de Post Grado: Especialización en Prácticas Gerontológicas, dependiente de la Facultad de Ciencias de la Salud y Servicio Social de la U.N.M.D.P. (Docente de seminario). Contactos: dedido@hotmail.com y dedido18@yahoo.com.ar