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por: Waldo Arriagada Peñailillo , 02 de Julio de 2008 - 13:11:45
'Adultos Mayores y Ruralidad’
Algunos elementos presentes en el viaje de la memoria, respecto de ‘los Adultos Mayores y la Ruralidad’:
Más allá de las ciudades, la tierra aparece extensa, profunda y diversa. La sopaipilla tiene otro sabor.
En las noches despejadas pueden verse las estrellas y, cuando te has enamorado, la luna se presenta gigante.
Fauna y flora. La naturaleza manifiesta, en los más variados escenarios. Pobreza y riqueza. Múltiples formas de habitar, de la gente del campo. Coexistiendo con la nostalgia de los antiguos ramales del tren y el abandono de tantas de sus estaciones.
Varios años atrás, cuando tengo aún la edad de un joven adolescente, hemos hecho con mis padres y mi hermano un viaje que recurre al sur y al litoral.
Al comienzo, parece un camino hacia las raíces.
Hacia el sur y al litoral, en la séptima región del Maule y en la provincia de Cauquénes –o ‘Cauquenes Maule’ como solía decir mi abuela materna-,se hallan los pueblos de Pelluhue (en mapudungún, ‘lugar de choros’) y Curanipe (‘piedra negra’, en la misma lengua originaria).
Ambos pueblos son rurales y costeros. Con actividad económica forestal y de pesca. De sus suelos brotan también árboles frutales y huertos. Y los servicios, asimismo forman parte de la economía local. Son pueblos vecinos. Y, constituyen la tierra de origen de mi abuelo y mi abuela, por parte de madre, respectivamente.
Tengo el recuerdo de una fuerte ventolera en la playa de Curanipe, en el momento de tomar conciencia, en su caleta, de una familia más extensa de la que conocía hasta el momento: prim@s, tí@s, tí@s abuel@s.
Logró transformarse en algo memorable también, la forma de fabricación de tortillas de rescoldo en Pelluhue. Se usa una habitación cuyo piso es completamente cubierto de brasas y con parrillas para cocer el alimento.
Con el tiempo, cambiando de canal, aparece en un programa de televisión chileno, la festividad del ‘Cristo de Mayo’, en Pelluhue.
La forma de celebrar con picarones y la procesión, dichos populares y adivinanzas. Símbolo y materia de una historicidad que se remonta a los promaucaes, a los picunche, a la hispanización y luego a la estructuración del estado chileno. La hacienda, la reforma agraria, el acceso a la tierra y a su trabajo, el campo en la modernidad. Junto a las referencias sobre ‘una pala y un sombrero’. Surgen como constante relación dialógica entre la tradición y lo nuevo.
Hace un par de años nada más, se celebraban los Cabildos de Personas Mayores en muchas comunas del país. Una de las comunas en las que me tocó facilitar este proceso, es Isla de Maipo. Aún tengo memoria de una complejidad en la que se encontraban diversos actores del espacio local, integrándose en torno a los problemas, soluciones, responsabilidades y forma de seguimiento de acuerdos. Los protagonistas de este significativo momento, son los Adultos Mayores. A través de la Unión Comunal de Clubes de Adulto Mayor y sus organizaciones sociales asociadas, toman la palabra para ser algo más que beneficiari@s, usuari@s o clientes. Es una seña de que el proceso de participación social, pone a las personas de mayor edad, como actores sociales en relación con y en, lo público.
Ocurre en ese tiempo de acercamiento al terreno o al ‘campo’, un visibilidad de la memoria histórica local, tanto en sus momentos de estabilidad, como en los de quiebre.
El día en que se celebra el Cabildo en Isla de Maipo, amanece con lluvia. No obstante, la representación de los Adultos Mayores es altísima. La presencia de autoridades del gobierno local, provincial y nacional, es importante también. Funcionari@s del sector salud local son catalizadores antes y durante el proceso.
Una escuela pública sirve de escenario. Las problemáticas son múltiples. Comienzan por el acceso a los referentes urbanos relacionados principalmente a la salud, a la vida económica y ciudadana. Incluye mejorar el transporte local, la pavimentación de calles. Se extienden en sostener la llegada de aguas a los predios, favorecer la red de alcantarillados y otros temas de salubridad e infraestructura. Continúan en lo relativo a las organizaciones sociales de Personas Mayores, demandando más sedes sociales y en mejores condiciones. La convivencia en el espacio local aparece como tema relevante, principalmente en lo referido al diálogo entre generaciones de edad, así como la protección, seguridad y defensa. Los temas medioambientales, esencialmente los referidos a la utilización de productos químicos agrícolas y la contaminación de las aguas de riego, también son motivo de ocuparse.
Ahora bien, el desafío que las personas mayores proponen a sus autoridades –en Isla de Maipo y multiplicándose-, de promover un sistema de seguridad social solidario, tiene resonancia en el tiempo. El actual Sistema de Previsión Social, en desarrollo y aplicación, parece ser un gran avance. Acerca la meta de mayor equidad y justicia social.
Hoy, vemos que el cambio climático afecta principalmente al agro y, las condiciones mundiales alimenticia y energética, entre tantas otras, nos ponen en un nuevo escenario. Las demandas de protección de los territorios ancestrales de los pueblos originarios, así como de las zonas vitales para la preservación del medio ambiente, son puestas en relación con requerimientos de subsistencia, en estos tiempos modernos.
La síntesis entre lo que es deseado y lo posible, ha de convocarnos en el camino de un día a día, que soporte la existencia y un mejor mañana.
Esta paradoja que estamos experienciando, hecha notar por Regina, también está presente en el mundo rural. Su estudio sobre Representaciones Sociales de Personas Mayores en Temuco y Padre de las Casas –también publicada en esta red-, es territorio fértil para estos significados.
Por último, la visión en perspectivas sobre la vejez -constatada desde Bourdieau-, y la integración de los planos epistemológicos, teóricos y metodológicos –expresada a partir de Ibáñez-, provocan a la práctica del ‘sujeto adulto mayor’, como parte de la complejidad moderna.
De esta forma, las propuestas de las personas mayores para mejorar la vida y su inserción en el desarrollo de las comunidades a las que pertenecen, constituyen un enfoque que propicia la transformación del sujeto en actor. La ruralidad ha de ser una perspectiva importantísima, en su relación de yuxtaposición con otras perspectivas. La conquista de un espacio propio, pone entonces a los sujetos adultos mayores en la búsqueda de mayor participación social y política.
Las personas mayores rurales –mujeres y hombres-, por lo tanto, son llamados a hacer patentes sus problemáticas y proposiciones, a ejercer su vigencia. Los profesionales de las ciencias sociales, por nuestra parte, aproximándonos a las praxis en el ámbito gerontológico, somos convocados a contribuir en la producción de conocimiento sobre el tema. Al mismo tiempo, a generar confianzas, además de esferas de comunicación y cooperación, entre los diferentes sectores que puedan transformar las situaciones actuales y optimizar el desarrollo de las personas de mayor edad.
Expresando y realizando cotidianamente nuestros roles, podremos encontrarnos en la construcción de ‘una sociedad para todas las edades’. Tanto la deseamos, con tanta convicción de que es posible, que la hacemos actual, en este presente de creación.
Waldo Arriagada Peñailillo
Sociólogo |