Viejos y jóvenes

Jueves, 26 de Abril de 2007

Canal: Recortes de prensa

El Mercurio (Chile)
24.04.2007.


Pareciera evidente que las personas mayores y las más jóvenes piensan y se comportan de manera muy distinta dentro de las organizaciones.

Sin embargo, los resultados de investigaciones publicados recientemente por Jennifer Deal, del Center for Creative Leadership, muestran que los estereotipos tradicionales respecto a las diferencias entre la gente mayor y la más joven no resultan tan ciertos.

Ambos grupos se parecen en el grado de desconfianza que sienten hacia sus organizaciones. También son similares en cuanto a sus expectativas frente al liderazgo: ambos buscan líderes creíbles y confiables. Por otra parte, independientemente de si son jóvenes o mayores, las personas experimentan preocupación por el impacto que las políticas organizacionales pueden tener sobre sus carreras profesionales y estiman que la habilidad para manejarse políticamente dentro de las organizaciones es clave para ascender.

Uno de los hallazgos más relevantes tiene que ver con las actitudes frente al cambio. Generalmente se supone que a mayor edad mayor resistencia al cambio. Sin embargo, los resultados muestran que a todas las personas les resultan incómodos los cambios y que la resistencia a éstos no tiene que ver con la edad, sino más bien con las ganancias o pérdidas que el cambio significa.

Independientemente de su edad, las personas se sienten sobrecargadas de trabajo y subpagadas y todas valoran para permanecer en una empresa el respeto y reconocimiento.

Hallazgos como éstos resultan altamente relevantes, ya que demuestran que no se requieren estrategias de motivación, retención o desarrollo diferentes para las distintas generaciones y que el supuesto anquilosamiento producto de la edad no es tan evidente.

En escenarios en que las expectativas de vida aumentan, estos resultados señalan la necesidad de repensar las actuales estrategias de renovación y recambio de empleados en las empresas.

La resistencia al cambio no tiene que ver con la edad, sino con las pérdidas que el cambio significa.