“En días recientes el Gobierno Nacional presentó los textos de algunos de los principales proyectos de reforma que radicará en el Congreso. Dos de estos tienen un impacto muy importante en la competitividad del país, es decir, en la capacidad que tendremos en el futuro de ser más productivos y generar oportunidades para que la gente tenga una vida mejor: las reformas laboral y pensional.
El Consejo Privado de Competitividad en alianza con algunos expertos en el tema, Pro-Bogotá y Pro-Pacífico, decidió contribuir en esta discusión con una propuesta cuyo foco es adecuar el entorno para generar mejores empleos y mejores condiciones para la vejez de los ciudadanos.
Estas propuestas buscan poner en el centro de la discusión la idea de que el marco normativo y operativo actual impide que muchas personas tengan la capacidad de trabajar de manera digna dadas sus condiciones vitales. En Colombia las cifras son elocuentes. El 64% de las personas en edad de trabajar participan en el mercado laboral, es decir, buscan o consiguen una ocupación. Este porcentaje no es muy diferente a otros lugares del mundo. Sin embargo, al examinar los 14,4 millones de personas que no buscan trabajo, más o menos la mitad lo explican porque se dedican a oficios del hogar y cerca del 90% de esas personas son mujeres. ¿No participan porque no necesitan el ingreso o porque el mundo laboral no les abre espacios donde ellas quepan?
De las personas que sí participan en el mercado, para el 2022 el 11,2% no logró conseguir una ocupación. Si bien esta cifra tiene algunas fluctuaciones que responden al ciclo económico, en el caso colombiano el nivel es estructuralmente alto y superior a otros países de nivel de desarrollo similar.
Finalmente, cuando analizamos el universo que, si logró conseguir una ocupación, el resultado es que el 58% lo hizo sin el conjunto de protecciones que el marco normativo les promete a los trabajadores en Colombia. Esto es lo que hemos llamado informalidad, y no hace alusión a una condición nominal sino a una vulnerabilidad estructural que hace que las personas estén desprotegidas frente a riesgos básicos, y que su productividad se afecte, haciéndoles más difícil superar la pobreza propia y la de sus familias.
Es por eso que las propuestas se concentran en abrir las puertas para esta población que hoy no se encuentra amparada por ninguna de las promesas que el marco normativo les ha hecho a los trabajadores en Colombia, a pesar de ser los más necesitados del apoyo de la sociedad.
¿Qué amparos debería tener un trabajador adicional a los que todos los ciudadanos debieran tener? Atención para sus enfermedades de origen laboral, incapacidades médicas de origen laboral o común, licencia para el cuidado de un bebé, amparo en su vejez y un seguro que apoye sus ingresos si pierde su empleo. Estos amparos deberían cobijar no sólo a quienes puedan tener empleos de jornadas completas con ingresos iguales o superiores al salario mínimo.
La principal consideración que hace este documento es que muchas personas no tienen la misma capacidad de dedicar tiempo a la generación de ingresos por sus condiciones vitales: personas que cuidan a sus hijos -en su mayoría mujeres-, personas que cuidan otras personas en estado de dependencia, jóvenes que necesitan estudiar al tiempo que trabajan, trabajadores rurales cuyas actividades no se ciñen a los tiempos del trabajo urbano, en fin.
Si alguien puede tener una dedicación parcial, que el trabajo denomina unidad de dedicación laboral, a un trabajo, debería poder hacerlo y que se realicen aportes proporcionales a su protección social. En el caso de los aportes para pensión es una magnífica noticia ver esto reflejado en el proyecto de ley que dio a conocer el Gobierno. Sería un avance enorme que este sea el estándar para todos los aportes a la protección social. Todas estas personas son ciudadanos y las normas y la operatividad deben procurar que puedan ajustar su actividad laboral a sus vidas.
También dejan por fuera a un gran número de empleadores. Según datos de la Misión de Empleo para 2019 el 97% de las empresas tenían entre 1 y 3 empleados y el 82% eran informales. Es importante resaltar que muchos empleadores son también ciudadanos vulnerables que difícilmente logran ofrecer esta talla única de la que hemos hablado, a sus trabajadores.
Es igualmente importante que se abra el espacio para que las nuevas formas de trabajo existan y para que sean aprovechadas por una población joven que tiene demandas distintas a las de otras generaciones y está sobrerrepresentada en las cifras de desempleo. Las plataformas deben entenderse como escenarios de intermediación de servicios, y los trabajadores independientes que participen en las plataformas digitales podrán realizar sus aportes a la seguridad social en proporción a su ingreso, según las unidades de dedicación laboral que hayan logrado ofrecer en cada plataforma.
De acuerdo con la OIT, la libertad para escoger las tareas y de realizar un trabajo en cualquier momento y lugar, hacen que las plataformas digitales sean atractivas para los trabajadores en múltiples sectores y países.
Evidentemente, el empleo y su calidad son problemas cuya solución tiene que venir de la mano de estrategias que potencien la productividad del país en general para que logremos crecer más y abrirle más oportunidades a la gente. Tendremos que repensar nuestro sistema educativo, nuestra adopción de tecnología etc. Pero eso debe venir de abrirle las puertas a quienes no están sentados hoy en la mesa de discusión y son a su vez quienes más apoyo necesitan de la sociedad.”
ANA FERNANDA MAIGUASHCA
Presidente del Consejo Privado de Competitividad
FUENTE: Portafolio.co - 22/3/2023
https://www.portafolio.co/economia/empleo/vejez-coomo-generar-mejores-condiciones-laborales-a-los-adultos-mayores-580293