Introducción
"Vivir en situación de calle es un fenómeno complejo y multidimensional. Si bien se tiende a pensar que el vivir en calle se reduce solamente a la falta de vivienda, involucra también aspectos sociales, emocionales, psicológicos y económicos. Aunque se han definido ciertos caminos o “pathways” que culminan en habitar la calle, estos dependen en gran medida de la historia particular de cada persona. Somerville (2013) establece que una de las distinciones más relevantes se da por edad, definiendo ciertas rutas para las personas entre 15 y 24 años, 20 a 50 años, y mayores de 50.
Para el primer grupo, los factores de riesgo son vivir en una institución de cuidado, sufrir de violencia y abuso, disolución y/o reconstitución familiar, tener problemas en los colegios y ser excluido. Para el grupo adulto, los cambios en el tamaño familiar, ruptura de relaciones con o sin violencia e hipotecas o dificultades de arriendo definen una posible ruta para vivir en calle. Por último, para el grupo de mayor edad, se explica por la jubilación, pérdida de familiares, viudez, ruptura matrimonial y enfermedades mentales.
Estudios internacionales demuestran que el promedio de edad de las personas que viven en calle ha aumentado con el tiempo. En Estados Unidos, la media de edad en la última etapa del siglo XX era de 37 años, mientras que a principios del siglo XXI el promedio de edad de la población callejera era de 46 años. Otros estudios en Brasil y México muestran una tendencia similar (Universidad Autónoma de México, 2019). Este promedio se acerca a los 50 años, edad en la que ya se consideran mayores a las personas que viven en calle. Generalmente, a esta edad las personas en situación de calle comienzan a experimentar cambios en su fisiología más asociados a la etapa de adultez mayor. Asimismo, presentan más enfermedades crónicas y escenarios de discapacidad.
En este sentido, si bien vivir en situación de calle es un escenario que se puede experimentar en cualquier etapa de la vida, se tiende a dejar de lado a las personas mayores que se encuentran en dicha situación. El resultado de ello es que se invisibilizan los problemas y necesidades particulares de este segmento y por tanto, las respuestas de servicios no son las más adecuadas.
El incremento de edad promedio de personas mayores en situación de calle se debe en parte al envejecimiento poblacional, y considerando que Chile es uno de los países que presenta una de las tasas más aceleradas de envejecimiento de su población, es importante profundizar en este fenómeno a nivel nacional. Así, el presente reporte tiene el objetivo de visibilizar a las personas mayores que vive en la calle y el escenario nacional en torno a este tema.
Se entrevistaron a expertos en el área como Karinna Soto, Jefa Oficina Nacional de Calle del Ministerio de Desarrollo Social y Familia; Isabel Lacalle, Directora Ejecutiva Corporación Nuestra Casa; Doris García y Loreto Ramírez, Jefa de Programa y Jefe Técnico Nacional Inclusión Integral Personas en Situación de Calle del Hogar de Cristo, respectivamente; Sara Caro, Trabajadora Social y académica de la Universidad Católica y Sandra Castro, Directora Ejecutiva Corporación para la Atención Integral del Maltrato (CATIM). Además, se entrevistaron a dos personas mayores de 50 años beneficiarias del programa Vivienda Primero."
FUENTE: Observatorio del envejecimiento para un Chile con futuro, Año 3, v 18, 2022 - https://observatorioenvejecimiento.uc.cl/
Recuperado de: https://observatorioenvejecimiento.uc.cl/wp-content/uploads/2022/10/Reporte-personas-mayores-en-situacion-de-calle.pdf
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