Sin duda el tiempo calendario ha sido históricamente una oportunidad para poner en sintonía social nuestros deseos y esperanzas con un tiempo mejor y, este año 2003 no tiene por qué ser diferente. Efectiva y genuinamente abrigamos muchas esperanzas en él.
Sin embargo, deberemos hacer entrar en complicidad deseos con posibilidades. Y es a propósito de esto último que somos conscientes que este año 2003 no estará exento de dificultades no obstante que nos ofrecerá, momentos particularmente relevantes para continuar avanzando hacia la meta de una sociedad para todas las edades. Así, las actividades presupuestadas hasta la realización de la conferencia intergubernamental en noviembre, se convierten en oportunidades ciertas para ir construyendo un nuevo pacto intergeneracional, un nuevo pacto societal.
Recientemente ha concluido en Santiago de Chile la "Reunión de Expertos en Redes de Apoyo Social a Personas Adultas Mayores", que examinó el rol del Estado, de la Familia y Comunidad y que concluyó recomendaciones para políticas de redes sociales tendientes a mejorar la calidad de vida y potenciación de las personas mayores como sujetos de derechos. La puesta en práctica de aquellas recomendaciones no sólo requerirá de la voluntad política de los Estados, sino que también de la creación de condiciones que permitan fortalecer la sociedad civil, de modo que ésta pueda efectivamente movilizarse en función de una transformación a favor de las personas mayores en nuestras sociedades.
Sin duda que habrá que sortear muchos obstáculos, muchos de ellos derivados de las profundas transformaciones que a nivel social están provocando los procesos de modernización en nuestros países y de las que, debemos reconocer, sabemos poco. ¿Qué problemas nuevos están introduciendo dichos procesos a la relación familia/sociedad en general y cómo estos han afectados a las personas mayores en particular?, ¿Cuentan las familias con recursos cognitivos, materiales y de sociabilidad para abordar dichos problemas y estar en condiciones por lo tanto de integrar a las personas mayores resguardando, en una relación de reciprocidad, los derechos de estas últimas?. Caminar hacia un fortalecimiento de las instituciones que conforman las redes primarias de apoyo social de las personas mayores, no puede significar en ningún caso transferir a éstas la responsabilidad pública que le cabe a los estados de protección a las personas mayores en situación de pobreza, que por millones existen en nuestra región.
Queremos invitarles a que potenciemos juntos la capacidad de reflexión sobre estos temas y de nuestras propias prácticas de trabajo con los adultos mayores, y a que vayamos construyendo con ellos una visión de sociedad posible y necesaria.
Ximena Romero - Coordinadora de la RLG
Christel Wasiek - Asesora de la RLG