Sin edades para amar

Caritas Cuba. Encuentro zonal de personas adultas mayores de las diócesis orientales en El Cobre

Lunes, 11 de Enero de 2016

Canal: Artículos, experiencias, actividades



Cada época elabora su propio entramado de representaciones e imaginarios sobre las diferentes etapas de vida de las personas y fomenta roles, valores, prejuicios, o actitudes al respecto. Estos crean, en ocasiones, obstáculos insalvables en las relaciones intergeneracionales. Que seamos jóvenes o ancianos puede implicar que tengamos concepciones, aspiraciones, o intereses diversos, pero no que resulte imposible el diálogo comprensivo, la convivencia armoniosa, los lazos de amistad y amor. En lugar de encontrar limitaciones, podemos obtener provecho de las diferencias: una especie de equilibrio a través de la complementación. Si se sustenta en la tolerancia, el respeto y la sensibilidad, un vínculo entre generaciones es un vínculo de fuerza. Usted tiene de experiencia y sabiduría, yo tengo de ímpetu y destreza. Se puede ver siempre en el otro lo que nos completa, y no los que nos estorba.

Cuán buenos resultados se conquistan al aunar niños, adolescentes, adultos medios y mayores en un mismo espacio de convivencia, quedó demostrado en el Encuentro Zonal de Personas Adultas Mayores de las Diócesis Orientales, efectuado en El Cobre, los 18 y 19 de diciembre de 2015. Todos, como si las edades hubieran sido borradas, respondieron con igual entusiasmo a un calendario de actividades eminentemente recreativas, pero que también dieron cabida a la reflexión y al intercambio de opiniones.

Durante todo el año, el Programa de Personas Adultas Mayores de Cáritas, dedicó su trabajo al tema de las relaciones intergeneracionales, que tuvo su cierre, evaluación y festejo en este encuentro. Provenientes de las diócesis de Holguín, Bayamo-Manzanillo, Guantánamo-Baracoa y Santiago de Cuba, los participantes trajeron sus propuestas interactivas para compartir con los grupos regionales reunidos. La mejor manera de dar fe del trabajo realizado fue junto a la Virgen de la Caridad del Cobre, a unos pasos de su Santuario, en la Casa de Convivencias, antiguo Seminario San Basilio Magno.

La cita comenzó con la oración, a la que siguió la presentación del formador Carlos Joaquín Blanco, de Santiago de Cuba que, a través de una técnica interactiva, inició el conocimiento de los presentes. Luego el doctor Clemente Couso animó el debate formativo: ¿Qué son las relaciones y los choques intergeneracionales? ¿Cuáles son sus causas y consecuencias?¿Cuánto se ha aprendido sobre el tema durante todo el año? ¿Qué se busca con promover las relaciones intergeneracionales? Quedó en evidencia el objetivo explícito de propiciar la integración, encaminada a la formación de valores, y a la recuperación de vínculos entre los diversos grupos etarios, así como de fortalecer los comportamientos cívicos y el respeto a la comunidad.

La propuesta de Guantánamo-Baracoa fue la “bailoterapia”. Nadie se sintió demasiado viejo o demasiado joven para coordinar movimientos, bailar al ritmo de música animada, crear parejas mixtas, formar trenes acompasados o hasta quedar a dúo con la escoba. Lo supuestamente insólito o difícil de realizar fue motivo de diversión. Disímiles juegos interactivos pude revivir de mi infancia, pero en esta ocasión los experimenté no solo con los más pequeños. Especialmente útil me pareció “la canasta revuelta”, un juego de memoria que ejercitó la capacidad de recordar nombres recién aprendidos y puso en aprietos a unos cuantos, que fueron “castigados” poniendo a prueba sus dotes artísticas.

La noche inició con un video del Papa a propósito del trabajo de Cáritas, a la que valora en sus dos dimensiones: de acción y mística, y en el despliegue de su actividad curativa y de promoción. Al reflexionar sobre la intervención del Obispo de Roma, se resaltaron sus afirmaciones más hermosas: “Una iglesia sin la caridad no existe, y la Cáritas es la institución del amor de la iglesia”, “la Cáritas es la caricia de la iglesia a su pueblo, la caricia de la madre iglesia a sus hijos”, “el fundamento de la espiritualidad de Cáritas es donarse a sí mismo, salir de sí mismo, estar al servicio continuo de las personas que viven en situación de periferia. La espiritualidad de Cáritas es la espiritualidad de la ternura”.

¡Y llegaron los regalos! Luego de un momento de atenta escucha, la diócesis de Holguín entregó sus presentes a todos. El regocijo tuvo su clímax con los músicos invitados, que interpretaron canciones cubanas, mayoritariamente bailables, unas más tradicionales que otras. Sin embargo, la primera interpretación fue diferente y muy bien recibida dada la proximidad de la fecha: la canción de la Nochebuena, esta vez nacida de guitarras, bajos y maracas.

El sábado 19 de diciembre inició con la eucaristía. Encaminarse al Santuario recibiendo la brisa matutina y ser partícipe del espectáculo que ofrecen las montañas arrimadas a la iglesia como tsunamis verdes a punto de impactar, es una experiencia divina. Adentro, el olor a azucenas, los cientos de fieles que acuden a la Virgen y la palabra comedida del sacerdote completan la vivencia espiritual.

Los holguineros promovieron el nacimiento, por equipos, de los árboles de la vida. Una iniciativa que fomentó el trabajo colectivo, la creatividad y el análisis sobre los valores que nos sostienen (las raíces del árbol), los proyectos a desarrollar (tronco) y lo que aspiramos entregar (frutos). Le siguió una expoventa de artesanías con manualidades de los talleres locales de costura. La Diócesis de Bayamo-Manzanillo propuso la búsqueda del tesoro en el jardín del Seminario. Los premios fueron las palabras del Papa, algunas de las cuales se acompañaron de regalos por la Navidad.

La evaluación de la actividad, así como las conclusiones, hicieron énfasis en la necesidad de que, en nuestras casas y espacios de interacción social, continuara primando lo que caracterizó nuestro tiempo de convivencia: el respeto y el amor entre personas de cualquier edad. Muchos manifestaron su deseo de extender los días de actividades para próximas ocasiones. Los abrazos entre aquellos que pasamos de ser desconocidos a ser hermanos por dos días, demostraron el alcance humano de esta gran reunión intergeneracional y dejaron la esperanza de un reencuentro.

Unas merecidas felicitaciones y agradecimientos a aquellos que trabajaron por hacer posible el Encuentro Zonal, entre ellos a los formadores y a la Coordinadora del Programa de Personas Mayores de la Diócesis de Santiago de Cuba.

Abandonemos por un momento la idea de que es más lo que tenemos para compartir con nuestros coetáneos que con los que han vivido un poco más o un poco menos que nosotros. No tenemos tanto tiempo para desgastarnos en hallar manchas donde puede haber luz. Enseñe a sus abuelos las nuevas tecnologías, tenga paciencia y recuerde que ellos no se formaron con computadoras, tablets y teléfonos celulares. Y ustedes, compartan con sus nietos sus experiencias pasadas, no les impongan su modo de pensar, muéstrenle cómo ustedes vivieron o enfrentaron las situaciones de la vida, ellos escogerán cómo actuar, pero es posible que con más claridad. Vivamos con la premisa de que los valores y la afectividad no tienen edad.

Leonor Grethel Sierra Salas

Comunicadora de Cáritas Diocesana en Santiago de Cuba
Arquidiócesis de Santiago de Cuba, El Cobre, 5 de enero de 2016.