Desde 2010 el Estado uruguayo se ha planteado seriamente la importancia y pertinencia de un Sistema Nacional de Cuidados (SNC) a través de la creación de un Grupo de Trabajo que abordara el fenómeno de forma interinstitucional. Es decir, que trabajara las distintas aristas de un fenómeno complejo como lo es el cuidado, haciendo uso de las instituciones del Estado. El Estado por primera vez respondía, sistemáticamente, a las demandas y cuestionamientos de organizaciones de la sociedad civil -especialmente aquellas centradas en temas de género y familia- que batallaron para que esta temática, que afecta particularmente a las mujeres, sea tomada en cuenta.
Pero, ¿qué entendemos por cuidados? En los procesos de discusión y debate se ha consensuado en adoptar la definición que brinda CEPAL (Naciones Unidas) en tanto organismo internacional experto en la materia:
“Una función social que implica tanto la promoción de la autonomía personal como la atención y asistencia a las personas dependientes. Esta dependencia puede ser transitoria, permanente o crónica, o asociada al ciclo de vida de las personas. Son acciones que la sociedad lleva a cabo para garantizar la supervivencia social y orgánica de quienes han perdido o carecen de autonomía personal y necesitan la ayuda de otros para realizar los actos esenciales de la vida diaria”.
Podemos interpretar entonces que se trata de una actividad que realiza una persona (la cuidadora o cuidador) que contribuye a asistir a otra persona (la que recibe el cuidado) quien se halla en una situación de dependencia, es decir, que tiene dificultades para realizar por sí sola actividades básicas de la vida diaria como pueden ser comer, bañarse, vestirse, entre muchas otras. Esta dificultad para realizar esas tareas puede ser ocasional, permanente o deberse a ciertas etapas de la vida. En la infancia, por ejemplo, los niños necesitan de cuidados para crecer. Asimismo, algunas personas pueden encontrar en la vejez dificultades para realizar algunas tareas. Otras veces nos encontramos con personas que, ya sea por nacimiento o a causa de algún accidente, necesitan de la ayuda de otra para realizar actividades necesarias para su bienestar y desarrollo. Todas estas acciones que conforman la realidad diaria de muchísimas personas que realizan o reciben cuidados, son indispensables en la supervivencia social, que no es otra cosa que el vivir.
A partir de esto, se puede entender que las tres poblaciones prioritarias -es decir los grupos de personas donde debe ponerse el énfasis- que define el Sistema Nacional de Cuidados sean: niños y niñas, personas con discapacidad y personas adultas mayores.
Conviene advertir que se le llama sistema porque lo que pretende es organizar y distribuir de forma equitativa los cuidados y las fuerzas de quienes cuidan de forma que se otorguen cuidados de calidad, sin que recaiga exclusivamente en la órbita familiar. Y es que, justamente, uno de los ejes centrales de la discusión es el rol del cuidador que dedica su tiempo y se involucra emocionalmente en la tarea de cuidar. Este rol ha sido asumido, en su enorme mayoría, por mujeres. Además, una porción importante de ellas son mujeres adultas mayores.
Taller de divulgación de investigaciones en cuidados
¿Por qué es tan importante conocer las distintas situaciones que hacen a los cuidados? Como se ha visto, la situación es compleja y requiere de varias miradas. Solo a partir del conocimiento de estas situaciones es que podemos elaborar políticas -para el caso, vale decir: estrategias- para mejorar la realidad.
Por eso la Asesoría Macro en Políticas Sociales -en cuya estructura INMAYORES se encuentra- ha encomendado a especialistas investigaciones que trabajen en las tres áreas prioritarias del Sistema de Cuidados. El pasado jueves 9 de mayo, en la Facultad de Ciencias Sociales, se realizó un taller de libre acceso para que las investigadoras presentaran los resultados de sus trabajos donde también se comentaron los datos que arrojó el último censo. Se estableció además una breve instancia de diálogo sobre cómo afecta el cuidado en la vida diaria de las personas. La programación completa de esta actividad puede verse aquí .
Pensando en vejez
Por su parte INMAYORES, financió dos investigaciones que arrojan datos relevantes y novedosos en lo que hace a los cuidados y a las personas adultas mayores. De esta manera el instituto da cumplimiento a lo planteado en el Plan Nacional de Envejecimiento y Vejez. Ya en este documento, se manifestaba la dificultad de avanzar en el análisis de la situación dada la escasez e inconsistencia de los datos. Por eso uno de los objetivos en los que el instituto se comprometía, apuntaba a conocer la demanda de cuidados que tienen los viejos. Financiar investigaciones que brinden nuevas herramientas para pensar e implementar soluciones y difundirlas, también es parte de ese compromiso.
Una de las investigadoras es la socióloga y demógrafa Mariana Paredes. Actualmente trabaja en el Programa de Población de la Facultad de Ciencias Sociales y en el Núcleo Interdisciplinario de Estudios sobre Vejez y Envejecimiento (NIEVE), ambos pertenecientes a la Universidad de la República. Desde su especialidad, ha realizado varios trabajos que incluyen la perspectiva de vejez. En esta oportunidad, se le solicitó una encuesta que detecte la dependencia de la población adulta mayor en nuestro país, así como la demanda de cuidados en los mayores. Sus resultados arrojan varios datos reveladores.
La encuesta se centró en relevar tres ejes de información: niveles de dependencia, participación social y redes sociales de apoyo de las personas mayores. Se indagó en cada una de estas tres categorías que no habían sido propiamente estudiadas en nuestro país y que son parte, directa o indirecta, del fenómeno del cuidado.
Con respecto a los niveles de dependencia, sobre todo de dependencia funcional -es decir la necesidad de ayuda para realizar acciones propias del diario vivir- se rastreó qué grado de autonomía poseen las personas mayores y en qué aspectos necesitan más ayuda.
Al hablar de participación social, hablamos del proceso por el cual las personas participan de la toma de decisiones en distintos ámbitos: sociales y políticos. Este aspecto es de vital importancia para los mayores porque supone: por un lado el desarrollo de sus habilidades cognitivas, emocionales y sociales; y por otro otorga representación política para impulsar cambios acorde a sus intereses. La encuesta indagó sobre la participación de los mayores en organizaciones sociales o políticas en el entendido de que en ellas las personas logran cierto grado de empoderamiento, es decir, de fortaleza política. Clasificó la información acorde a la frecuencia con la que los mayores participan, el tipo de organización y cuáles son sus principales actividades e intereses.
Asimismo, al estudiar las redes sociales de apoyo se estudia cómo se constituyen las familias y los hogares de los viejos y qué vínculos poseen con familiares, amigos u otras personas. Se sabía que un alto porcentaje -alrededor del 25%- de las personas mayores viven solas y que además la mayoría de estas personas que viven solas son mujeres. Pero ¿qué vínculos mantienen con personas fuera del hogar? Esta encuesta indagó por primera vez en estas relaciones para conocer qué grado de apoyo emocional o económico pueda tener la persona mayor fuera de su propio hogar.
Por último, las investigadoras Karina Batthyány y Natalia Genta presentaron sus resultados. Karina y Natalia son, ambas, Doctoras en Sociología y se especializan en género y cuidados. Karina además, está a cargo del Área de Género del Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, donde Natalia también trabaja.
Empezaron hace dos años a investigar las representaciones sociales del cuidado que tiene la población en general y entonces INMAYORES convenió con el Área de Género para trabajar específicamente con la población adulta mayor. Se trata de un estudio cualitativo que busca explicar los porqués de distintos aspectos del cuidado centrándose en una perspectiva de género y analizando particularmente qué nos dice el discurso experto en el cuidado de los viejos, es decir, qué nos dicen los especialistas.
Animadas por aportar insumos en la construcción del Sistema de Cuidados, ellas entienden que es importante conocer cuáles son las claves del discurso de los especialistas, qué es lo que aconsejan como indispensable en el cuidado de los mayores, si hay consenso entre los distintos profesionales según el área del cual provengan, entre otras varias interrogantes que buscan ampliar el panorama. Por ejemplo, cuáles serían las claves del “buen cuidado” según los especialistas.
Las valoraciones de lo que la sociedad considera como legítimo en quién, cómo y dónde debe proporcionarse los cuidados, quién o quiénes tienen la responsabilidad. Asimismo, esta investigación busca desentrañar qué hay en el discurso experto que refuerce estereotipos de género atendiendo a que, en la realidad, esta tarea es encarada casi exclusivamente por mujeres de distintas edades a las que la sociedad las vería como las responsables de dispensar los cuidados de personas dependientes, sean estas mayores, personas con discapacidad o niños.
Fuente: INMAYORES – 24/5/2013.
http://inmayores.mides.gub.uy/innovaportal/v/22795/4/innova.front/personas_mayores:_cuidadoras_y_cuidadas