No culpo a los asambleístas por el olvido de incluir en sus proyectos de Ley a los ancianos, de esa sociedad que cada día crece desafiando las proyecciones de los estadísticos del INEC y de los planificadores, vistos los múltiples compromisos con sus electores y sus tiendas políticas, pero como un ciudadano más de esta población -llámese adulto mayor, tercera edad o ancianos- a la que ustedes y la sociedad llegarán, desde esta columna dedicada a la defensa de este grupo social y a sensibilizar a la sociedad sobre al proceso del envejecimiento, pretendo concienciar sobre la desigualdad social en que se desenvuelven los viejos, tal cual es el desarrollo de la sociedad, que mientras haya la estratificación social, habrán injusticias, porque existirán ancianos privilegiados amparados por el Estado, sus empresas y bancos privados, mientras otros de clase media cobijados por el IESS con medianas pensiones jubilares y la mayoría, es decir el 80% de la población anciana, no tiene jubilación. El Bono de Desarrollo Humano apenas alcanza a cubrir a 580 mil ancianos no jubilados, lo ideal será que los asambleístas busquen el consenso para que el Bono de Desarrollo Humano se convierta en una pensión no contributiva para los 900 mil ancianos no jubilados, que varios de ellos se debaten entre la pobreza, miseria y se convierten en mendigos.
Reconocemos que el Gobierno nacional ha logrado un gran cambio para esta población, sin embargo hace falta que los organismos ejecutores intervengan. No vemos la verdadera decisión política y administrativa, lo demuestro en el incumplimiento de la Ley del Anciano Art.-17, 19 y su Reglamento General en los artículos 8 y 10 literal f) sobre educación y formación técnica del personal en Geriatría y Gerontología, que debió haber cumplido el antiguo Conuep, luego el Conesup y hoy el Senescyt, formando profesionales en las ciencias del envejecimiento para ofrecer una atención profesional.
La actual Asamblea Nacional preparaba una nueva reforma a la reformada Ley del Anciano, pero esta reforma duerme en los escritorios de los legisladores, será entonces la intervención de los nuevos asambleístas, en especial de los que representan a la población vulnerable, conocer y retomar esta decisión política e impulsar la llamada reforma en bien de los AM.
La sociedad no debe darles a los adultos mayores un trato basado en la caridad, compasión y benevolencia, sino el respeto a la condición del ser humano, lo contrario sería perpetuarse el discrimen, los ancianos no deben merecerles compasión son ciudadanos que deben tener voz activa y ser escuchados, respetados porque les asiste ese derecho.
Fuente: Crónica.com.ec - 13/3/2013.
http://cronica.com.ec/index.php/opinion/item/65194-los-asambleÃstas-y-el-adulto-mayor