La discriminación por edad, que es la tendencia a discriminar a las personas mayores, es un hábito nacional. La evidencia puede ser fácilmente obtenida a partir de los medios de comunicación - ya sea en programas de entrevistas, en comedias, o en las noticias. A menudo no nos damos cuenta cuando se produce la discriminación por edad, y eso obedece a que la llevamos con nosotros desde los primeros años de nuestras vidas. Mientras sostenemos estas actitudes estamos minando nuestro propio bienestar. Ser sensible a estas tendencias es una forma de adoptar una toma de conciencia positiva.
Estamos de acuerdo con Carol Orsborn, quien cree que la generación de los baby boomers (N.del T.: se refiere a las personas nacidas en los primeros años posteriores a la 2ª Guerra Mundial) puede alterar la tendencia a esa negatividad. Ella recomienda evitar comentarios, bromas o sátiras ultrajantes, evitar infantilizar o marginar al envejecimiento o a las personas mayores. También sugiere que expresiones como "jóvenes de corazón" o "juveniles" se sustituyan por palabras más neutrales en cuanto a la edad, como "vitales" y "apasionados". Asimismo, sostiene que expresar cosas como "Te ves muy bien para tu edad" no es útil, y que "Te ves muy bien" es suficiente para transmitir el aprecio, sin hacer la suposición tácita de que normalmente la gente de edad debe tener muy mal aspecto.
La equiparación de cualidades, por lo general asociadas con la juventud, como la fuerza física, la salud excepcional, la belleza o la agudeza mental con el envejecimiento exitoso, no es siempre correcta o sirve para mejorar la vida. Tales criterios deben desconectarse de la idea de un buen envejecimiento. De hecho, como lo señala la investigación que ya informamos en este ejemplar, muchas personas separan estas ideas.
También puede ser contraproducente seguir tratando de actuar a los 65 años de una manera que era útil a los 25. Y, vale la pena destacar, tenemos el poder para "dejar de perder una energía invalorable, ya sea buscando la aprobación de los demás o tratando de demostrar que somos mejores que otros". A medida que envejecemos, nos volvemos más libres de vivir la vida como queremos hacerlo, sin tener que preocuparnos acerca de qué les parece a los demás. Como dice el famoso poema de Jenny Joseph: "Cuando sea una anciana voy a usar un vestido morado con un sombrero rojo que no combine y que no me siente".
De: Our Generation, Ourselves: Waking up to Baby Boomer Ageism (Nuestra generación, nosotros mismos: el despertar de la discriminación por la edad en los Baby Boomers), por Carol Orsborn. Aging Today, noviembre-diciembre, 2012, pág. 3. Orsborn es fundadora de www.FierceWithAge.com
BOLETÍN DEL ENVEJECIMIENTO POSITIVO N° 64
Noviembre / diciembre de 2012
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