Factores protectores del comportamiento suicida en el anciano

Sábado, 06 de Noviembre de 2004

Canal: Envejecimiento y vejez

(6-11-2004) Autor: Prof. Dr. Sergio A. Pérez Barrero. Fundador de la Sección de Suicidiología de la Asociación Mundial de Psiquiatría. Asesor Temporal de OPS/OMS para la Prevención del Suicidio en Las Américas. Miembro de IASP, AITS, IASR.

Resumen:- El autor hace un breve resumen de los factores de riesgo suicida en el anciano y hace referencia a las escasas investigaciones realizadas sobre los factores protectores del suicidio en este grupo. Menciona diversos factores protectores del suicidio, comunes a cualquier etapa de la vida y algunos propios de esa etapa como el apoyo social, las relaciones armónicas con las nuevas generaciones, etc.Palabras claves: Anciano, factores de riesgo, suicidio, factores protectores.

INTRODUCCIÓN:

A pesar de la presión popular sobre el suicidio en la juventud y las numerosas investigaciones en torno a este fenómeno, el suicidio entre los ancianos constituye una significativa causa de muerte. En la medida en que las personas mayores conforman el segmento de más rápido crecimiento de la población, el número absoluto de sus suicidios continuará incrementándose y se pronostica que para el 2030 será el doble, por lo que se hace necesario profundizar en el conocimiento de los factores de riesgo en la vejez para atenuar en cierta medida dicha predicción.

Es conocido que la conducta suicida en el anciano tiene los siguientes rasgos distintivos:Realizan menos intentos de suicidio que los jóvenes. Por cada anciano suicida lo han intentado cuatro, mientras que por cada joven suicida, lo han intentado doscientos. En la población en general, por cada suicidio ocurren entre 15 a 20 intentos de suicidio, proporción que es mayor que la observada en la vejez.

Utilizan métodos mortales (el 85% de los suicidios en los hombres ancianos es por ahorcamiento, armas de fuego y precipitación de lugares elevados).

Reflejan menos señales de aviso y estas son más difíciles de detectar.

Dichos actos suicidas no son impulsivos, sino  meditados, realizados después de un detenido proceso de reflexión.

Pueden asumir la forma de suicidios pasivos (no ingerir alimentos, para dejarse morir).

Una clasificación de los factores de riesgo suicida en el anciano los divide en:

I.- FACTORES MÉDICOS.

Enfermedades crónicas, terminales, dolorosas, invalidantes, incapacitantes, como la demencia senil tipo Alzheimer, la enfermedad de Parkinson, las neoplasias, la diabetes mellitas complicada con retinopatía o polineuropatía, la insuficiencia cardiaca congestiva, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

La hospitalización periódica del anciano, así como ser sometido a intervenciones quirúrgicas frecuentes, principalmente del aparato genitourinario o gastrointestinal.

Los tratamientos prodepresivos muy utilizados para contrarrestar enfermedades que frecuentemente padece el anciano (digitálicos, propanolol, indometacina, metildopa, etc.)

Las enfermedades prodepresivas como la arteriosclerosis, las demencias, el carcinoma de cabeza de páncreas, etc.

II.- FACTORES PSIQUIÁTRICOS.

Se incluyen las depresiones de cualquier naturaleza, el abuso de alcohol y de drogas, los trastornos crónicos del sueño, las psicosis delirantes paranoides con gran agitación y desconfianza, la confusión mental.

III.- FACTORES PSICOLÓGICOS.

Los ancianos que sufren sentimientos de soledad e inutilidad, inactivos, aburridos, con falta de proyectos vitales y con tendencia a revivir el pasado.

IV.- FACTORES FAMILIARES.

Pérdida de seres queridos por muertes naturales o por suicidio.La viudez durante el primer año es un momento crítico para el anciano, durante el cual puede ocurrir la llamada autodestrucción pasiva, en la que el evento vital desencadena una depresión que altera el sistema inmunológico lo que facilita la aparición de enfermedades físicas, principalmente las infecciosas que pueden dar al traste con la vida del anciano.

El abuelo "ping pong" que se produce cuando se condena al anciano a la migración forzosa al ser trasladado de un domicilio a otro a conveniencia de los familiares y en detrimento de la comodidad, privacidad y estabilidad del anciano.

El ingreso en un hogar de ancianos en su etapa de adaptación o cuando se realiza en contra de la voluntad del anciano puede reactivar situaciones de desamparo previas que pueden precipitar un acto suicida.

V.- FACTORES SOCIO-AMBIENTALES.

a) La jubilación.

b) El aislamiento social.

c) La actitud hostil, peyorativa o  despreciativa de la sociedad hacia sus ancianos.

d) La competencia de las generaciones más jóvenes.

e) La pérdida de prestigio

Así también se pueden mencionar aquellas situaciones de riesgo para cometer suicidio en esta etapa de la vida entre las que se mencionan:

Período inicial de la institucionalización

Viudez durante el primer año en el hombre y durante el segundo año en la mujer

Estar sometido a maltratos físicos y psicológicos

Enfermedades físicas que deterioran el sueño (insomnio crónico). (1, 2, 3, 4,5)

Otro factor de riesgo suicida en la vejez es el maltrato a que son sometidos muchos ancianos, existiendo una estrecha relación entre la pobre salud física, la conducta suicida y las situaciones de maltrato.

El maltrato al anciano es perpetrado por los familiares y los cuidadores que tienen una historia de violencia y conducta antisocial. La enfermedad mental y el abuso de sustancias predisponen a los familiares a maltratar sus ancianos, lo cual se hace fácilmente reconocible para un clínico alerta, pues se pueden presentar lesiones en diversos estadios de evolución o cuando la explicación de los daños evidenciables es vaga o imprecisa. Otras manifestaciones que pueden hacer sospechar la existencia del maltrato a un anciano son las siguientes:

1) Demora entre la ocurrencia del daño o el inicio de la enfermedad y la búsqueda de atención médica.

2) Diferencias entre las historias aportadas por el anciano y los posibles maltratadores o victimarios.

3) Frecuentes visitas a los médicos por exacerbaciones de enfermedades crónicas a pesar de tener un plan terapéutico eficaz.

4) Angustia, confusión, depresión, ideas suicidas e intentos de suicidio pueden ser las respuestas de un anciano a los maltratos físicos o psicológicos.

Sin embargo no han sido estudiados con la misma intensidad aquellos factores que pueden evitar la consumación de un suicidio, los denominados factores protectores.

DESARROLLO:

Los factores protectores del comportamiento suicida en el anciano son aquellos que reducen el riesgo de realización de un acto suicidio en este grupo poblacional. (6) Estos factores pueden ser comunes a cualquier etapa de la vida o bien ser propios de una determinada. Entre los factores protectores del suicidio en la vejez se encuentran los siguientes:

1- Poseer habilidades sociales que le permitan integrarse de forma positivaa los grupos propios de la tercera edad existentes en la comunidad (religiosos, voluntariado, fraternales, políticos, sindicales, etc.)

2- Poseer confianza en sí mismo.

3- Tener habilidades para enfrentar situaciones de acuerdo a sus posibilidades, lo cual les evitará someterse a eventos y contingencias ambientales en las que probablemente fracasará, reservando las energías para abordar solamente aquellas empresas en las quelos resultados favorables sean los esperados.

4- Tener capacidad de autocontrol.

5- Poseer y desarrollar una buena adaptabilidad, responsabilidad, persistencia, perseverancia, razonable calidad de ánimo y de los niveles de actividad.

6- Aprender a perseverar cuando la ocasión lo requiera y a renunciar cuando sea necesario.

7- Tener buena autoestima, autoimagen y suficiencia.

8- Poseer inteligencia y habilidades para resolver problemas.

9- Saber buscar ayuda en momentos de dificultades, acercándose a otros familiares, un buen amigo, el médico, el sacerdote o el pastor.

10- Saber pedir consejos ante decisiones relevantes y saber elegir la persona más adecuada para brindarlos.

11- Ser receptivo a las experiencias ajenas y sus soluciones, principalmente aquellas que han tenido exitoso desenvolvimiento y tratar de incorporarlas a sus actitudes de afrontamiento.

12- Ser receptivo ante las nuevas evidencias y conocimientos para incorporarlos a su repertorio si fuera necesario.

13- Estar integrado socialmente y tener criterio de pertenencia.

14- Mantener buenas relaciones interpersonales con compañeros de trabajo si aun mantiene vínculo laboral, con amigos y otras figuras significativas que puedan servir de red de apoyo si les necesitara.

15- Tener apoyo de los familiares y sentir que se le ama, se le acepta y apoya.

16- Poseer una auténtica identidad cultural.

17- Tener habilidades para emplear adecuada y sanamente el tiempo libre.

18- Evitar el consumo de sustancias adictivas (café, alcohol, drogas, tabaco, fármacos, etc.)

19- Desarrollar una variedad de intereses que le permitan mantener una rutina cotidiana.

20- Saber expresar a personas confiables aquellos pensamientos dolorosos, desagradables y muy molestos, incluyendo las ideas suicidas.

21.- No ser portador de una enfermedad mental suicidógena principalmente del espectro depresivo y poseer una salud física aceptable.

22.- Mantener relaciones armónicas con las generaciones más jóvenes.

23.- Pertenecer a una sociedad con actitudes de respeto y veneración a los ancianos. A estos factores habría que añadir la capacidad para hacer utilización de las fuentes que brindan salud mental, como las consultas de consejería, de psicología o psiquiatría, las unidades de intervención en crisis, los servicios médicos de urgencia, los médicos de la familia, agencias de voluntarios en la prevención del suicidio, etc.

Se debe informar a las personas de la tercera edad acerca sobre el aprovechamiento de las fuentes de salud mental existentes en la comunidad, cuándo hacer uso de ellas, qué beneficios se pueden obtener, qué servicios o posibilidades terapéuticas se les puede brindar. (7, 8,9, 10)

Son  también factores protectores del suicidio en la vejez el apoyo que reciban de las diversas organizaciones gubernamentales y no gubernamentales que garanticen la atención a la salud, a la seguridad social, a los alimentos mínimos necesarios, la vivienda, el transporte y la satisfacción de los requerimientos esenciales para mantener una vida decorosa.

CONCLUSIONES:

Se exponen los factores y situaciones de riesgo suicida en el anciano y se hace referencia a las escasas investigaciones realizadas sobre los factores protectores del suicidio en este grupo poblacional. Se mencionan diversos factores protectores del suicidio, comunes a cualquier etapa de la vida y algunos propios de la vejez como el apoyo social, las relaciones armónicas con las nuevas generaciones y pertenecer a una sociedad con actitudes de respeto y veneración a los ancianos.

BIBLIOGRAFÍA

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Pérez Barrero S.A. (2003). La adolescencia y el comportamiento suicida. Ediciones Bayamo.

Pérez Barrero (2003). Los adolescentes michoacanos preguntan sobre suicidio.    Ediciones COBAEM.

Más información acerca del tema en:  www.redsuicidiologos.com.ar