Abuelas influyen en los hábitos alimentarios de sus nietos.
Las abuelas siguen desempeñando un papel relevante en la formación de hábitos alimentarios en los niños, aunque sí existen diferencias generacionales con sus hijos respecto a la crianza de los nietos.
Así lo destacaron las nutricionistas Patricia Sedó y Marisol Ureña en un estudio publicado en la Red Latinoamericana de Gerontología (RLG).
En su investigación, Sedó y Ureña entrevistaron a 75 mujeres, con un promedio de 72 años de edad, que viven en los cantones de La Unión, en Cartago, y de Montes de Oca, en San José.
Algunas de las consultadas ya eran abuelas. Al describirse como tales, ellas aseguraban que sus funciones eran apoyar a sus hijos, cuidar a los nietos y colaborar en su crianza.
“Cuando los niños son criados por su abuela y ella asume el rol de cuidadora en forma activa, y no cuenta con la desaprobación de los padres del niño, el efecto sobre la formación de los hábitos alimentarios es importante. Hay niños que desayunan, almuerzan y cenan donde su abuela”, comentó Ureña.
Cuestión de hábitos. Para las nutricionistas, los hábitos alimentarios se forman desde la niñez, incluso en la etapa prenatal.
“Lo que la madre vive, la nutrición que recibe y las enfermedades que pueda desarrollar tendrán una injerencia directa en la vida de ese niño”, dijo Ureña.
Incluso, en esa etapa, la abuela (ya sea la madre o la suegra) está presente porque integra la red de apoyo de la embarazada.
Más adelante, el niño adquiere los hábitos por imitación. “El adulto modela el hábito alimentario. Así como el niño reproduce palabras y gestos, también imita el comportamiento alimentario de su padre o cuidador”, agregó Ureña.
En este sentido, las entrevistadas manifestaron que la abuela, debido a su conocimiento y experiencia, cumple un rol de consejera.
Es más, las abuelas no parecen estar alejadas del criterio de las nutricionistas. Según Adriana Alvarado, nutricionista del Centro de Nutrición Clínica (CNC), una torta de huevo con flor de itabo es un ejemplo de comida saludable. “El huevo es la proteína más completa que hay, siendo un alimento muy nutritivo por su aporte de omega 3, colina, vitaminas A y D, hierro, zinc y otros. Mientras, la flor de itabo es rica en fibra y vitamina C, así que este es un platillo bajo en calorías y muy nutritivo”, explicó Alvarado.
Asimismo, las especialistas subrayan que en este proceso de formación de hábitos debe existir una congruencia entre lo que el adulto dice y lo que hace.
“No puedo decirle al niño que las frutas y las verduras son importantes si soy la primera en no comer ensalada. Por eso, tiene que ser un hábito que esté dentro de la dinámica familiar. Los niños que crecen en ese ambiente, aunque luego exista la presión de los amigos o la publicidad, no van a dejar lo que se les enseñó”, dijo Ureña.
Diferencias. Sin embargo, el estudio destacó que había conflictos marcados por las diferencias generacionales con respecto al patrón de crianza y límites a la participación de las abuelas en este proceso.
“Sucede más cuando la mamá empieza a escolarizarse un poco más y entra en choque con la abuela”, comentó Ureña.
El niño termina en medio de un campo de batalla entre sus padres y sus abuelos. Algunos se acomodarán a lo que se les dice y otros lo usarán para manipular.
“Hay que privilegiar las coincidencias y minimizar las diferencias en favor de la formación de buenos hábitos alimentarios”, recalcó Ureña.
La nutricionista agregó: “Ser muy extremista no funciona en nutrición. La clave está en el balance, y cada familia es diferente. Los hábitos no son recetas de cocina”.
Fuente: La Nación (Costa Rica) 16/07/2011
http://www.nacion.com/2011-07-17/AldeaGlobal/abuelas-influyen-en-los-habitos-alimentarios-de-sus-nietos.aspx
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Ver en portal RLG estudio:
Papel social de las abuelas en el seno familiar: percepciones de un grupo de mujeres mayores residentes en comunidades urbanas de Costa Rica.