Las ciudades son cada vez más hostiles con los viejos

Lunes, 18 de Julio de 2011

Canal: Políticas y Derechos

En 2030 serán 1.000 millones las personas de más de 65 años. En la Argentina, los mayores de 60 ya representan el 14%. Por eso se reclaman pequeños cambios que pueden mejorar la calidad de vida. La OMS pide tomar medidas para mejorarlas.

Letras más grandes en los precios del supermercado. Semáforos que dejen cruzar sin tener que correr. Colectiveros con paciencia y bancos en cada cuadra para descansar a mitad de un paseo. Parecen medidas pequeñas pero son esas pequeñeces las que Organización Mundial de la Salud (OMS) intenta promover para que, en un mundo cada vez más envejecido, las personas mayores dejen de sentirse acechadas por la ciudad en la que han vivido toda su vida.

Ciudades “amigables con los mayores” –o “ age friendly ”, en la versión original– es el concepto que Alex Kalache, uno de los especialistas más prestigiosos de la OMS, desarrolló para encontrar una solución a una ecuación inevitable: menos chicos que nacen, viejos que viven más .

“Una ciudad amigable es una ciudad en la que será más fácil para todos poder vivir. Si las veredas están arregladas, eso beneficia a los mayores pero también a las madres con cochecitos o a las personas con sillas de ruedas. Cuando hablamos de una ciudad amigable estamos hablando de una ciudad más humana”, sostiene Kalache.

Parece una obviedad, pero el concepto recién comenzó a elaborarse a partir del 2005, cuando la OMS desarrolló el programa “Ciudades amigables con los mayores”. Lo primero que se hizo fue seleccionar 33 ciudades –La Plata fue una de ellas– para indagar cuáles eran las falencias y qué cosas necesitaban las personas mayores.

Kalache, ideólogo de este programa, estuvo en Buenos Aires para participar de un seminario sobre gerontología organizado por la Universidad ISalud. Durante una entrevista con Clarín contó que la idea comenzó rondarle cuando se enteró de que la maternidad en que había nacido en Copacabana era ahora un geriátrico . “Las ciudades cambiaron –dice–. En el siglo XIX, la expectativa de vida no superaba los 43 años. Hoy las ciudades están envejeciendo y sobre todo en países en vías de desarrollo. Eso se transforma en un desafío, un tema que interesa a todos”.

A partir de ese primer estudio, la OMS elaboró una serie de medidas que involucraban desde políticas de estado como el acceso igualitario a los servicios de salud y a una renta mínima, ayudas para obtener créditos que permitan seguir desarrollando microemprendimientos, o planes de educación para adultos . Pero esa lista también incluye soluciones más sencillas como obligar a los colectiveros a detenerse en las paradas o prolongar la duración de los semáforos para que los mayores puedan cruzar tranquilos.

“Las ciudades amigables son las que pueden optimizar las oportunidades de salud, participación y seguridad para sus mayores –explica Kalache–. La idea de ofrecerles seguridad tiene que ver con que existe un sistema que te ayuda a compensar los problemas que vienen con la vejez ”.
Para el año 2030, las personas de más de 65 años serán mil millones y, por primera vez en la historia, habrán superado a los chicos menores de cinco . Según el Instituto Nacional de Envejecimiento de los Estados Unidos, hoy esos mayores suman más de 500 millones. El concepto de ciudades “amigables” intenta dar cuenta de un fenómeno que, para los especialistas, difícilmente vaya a revertirse.

Argentina no sólo no es ajena sino que además es uno de los países más envejecidos de la región : el 14% de la población tiene más de 60 años y las proyecciones indican que el número seguirá en aumento. En el último Congreso Internacional de Psiquiatría se determinó que entre 1950 y 2050, la cantidad de argentinos mayores de 70 se multiplicará catorce veces .
Silvia Gascón, directora de la maestría en Gerontología de la Universidad ISalud, opina que “las ciudades no se adaptan a la nuevas características de su población.

Es un tema de exclusión muy fuerte que no se visualiza”.
No existe hasta ahora esa ciudad “ideal”, pero Kalache cree que Nueva York es la que más se acerca . No sólo porque hay más conciencia sino también porque la población de “mayores” comienza a ser un buen negocio . Así, los restaurantes cambiaron los menús para que puedan leerse sin anteojos, incluyeron comidas más livianas y decidieron ampliar el horario para los que quieran cenar antes. “No es que queremos ser generosos, es una cuestión de derechos humanos ”, asegura Kalache.

Para 2025 habrá en el mundo 840 millones de personas de más de 60 años . El 70% vivirá en países en vías de desarrollo, según la OMS. Serán muchos, vivirán más y habrán dejando atrás la imagen del abuelito que se recluye en la pieza del fondo . Los nuevos “mayores” siguen activos aún después de jubilarse y hay quienes hablan del “ senior boom ” para describir a las personas de edad avanzada que siguen tan activos como a los veinte . Estos nuevos “abuelos” se plantean desafíos, estudian, y chatean con los nietos . También están empezando a reclamar una ciudad acorde a ellos

En La Plata pusieron manos a la obra

La Plata es, junto con Río de Janeiro, una de las dos ciudades de América latina que integran el programa de Ciudades Amigables. Esto significa que las opiniones de sus mayores fueron tenidas en cuenta a la hora de elaborar la guía de la OMS. Pero los platenses no se contentaron con decir qué pasaba con su ciudad sino que además, con los resultados en la mano, se pusieron en marcha para pasar a la acción.
La Red Mayor es una de las ONG que trabaja para concretar alguna de las propuestas. Ya consiguieron dos medidas: que los colectivos acepten tarjetas magnéticas –y no tener que hacer más malabares para poner las monedas– y más iluminación en las plazas, no sólo para que sean más seguras sino también para evitar caídas.
Para agosto, la Red Mayor está organizando un curso para choferes de colectivos, taxis y remises. Es que los colectiveros fueron señalados como los enemigos número uno de los mayores, tanto por la forma de conducir como por la poca paciencia. Sara García, una de las integrantes de esta red, explica que con este curso intentarán “concientizarlos”. Otra de las actividades es la capacitación para cuidadores de ancianos.
Aunque todavía le falta para ser una “ciudad amigable”, Sara cree que el boleto, las luces y las rampas que se construyen en el centro son un buen comienzo para La Plata, donde el 15% de la población tiene más de 60 años.

Fuente: Clarín (Argentina) 12/7/2011.
http://www.clarin.com/sociedad/ciudades-vez-hostiles-viejos_0_515948515.html