Argentina. Cuatro de cada diez abuelos dicen que los maltrataron

Miércoles, 28 de Abril de 2010

Canal: Recortes de prensa

En la mayoría de los casos, en su propia casa. Surge de un relevamiento oficial a nivel nacional. El principal abuso es el psicológico, seguido del financiero. Los especialistas reconocen que para los ancianos es muy difícil denunciar a un familiar.

Por: Victoria De Masi
Clarin.com 26/4/2010

Mi hijo se había separado de su mujer y como no tenía dónde vivir me pidió si podía quedarse en casa. Yo ni lo pensé, le dije que sí. Acomodamos un poco los muebles y compartimos la única habitación de mi casa. Al principio nos llevamos bien, pero a los dos años me hizo dormir en el living, después me apagaba la radio o me escondía las cosas. Y todo empeoró: hacía cualquier cosa con tal de que no llegara a mi cita con el médico y me sacaba la comida si no hacía lo que él me decía. Me pegaba en la espalda con la escoba y me cargaba, me decía que ya no servía para nada. Yo no quise denunciarlo, porque bueno, usté entiende, es mi hijo al fin y al cabo. Un poco por amor y otro poco por miedo. Al final, una vecina que escuchaba los gritos me ayudó". Ismael tiene 87 años, vive en Villa del Parque, y dice que ésta será la última vez que cuente "lo que le pasó". Es que el sometimiento de su hijo lo quiebra hasta cuando se acuerda.

La historia de Ismael -su apellido se reserva a su pedido- es una de las tantas de violencia verbal y física que viven los adultos mayores en el país. Las cifras son frías, pero concluyentes: cuatro de cada diez adultos mayores sufrieron maltratos, y la mayoría se dio en su propia casa. Es uno de los datos que arrojó el último relevamiento que hizo la Dirección de Políticas para Adultos Mayores del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación a nivel nacional. Entre 2008 y 2009 encuestaron a 1.236 abuelos, y el 37% aseguró haber vivido alguna situación de violencia física o psicológica, y la mayoría se dio en el hogar y de la mano de un familiar. "De acuerdo al monitoreo y al día a día, son los hijos los principales abusadores a la hora del maltrato. Es impensado para un padre denunciar al hijo, por el dolor que provoca la situación de abuso primero y la exposición policial o jurídica, después", concede Monica Roqué, gerontóloga y directora nacional de Políticas para Adultos Mayores.

Desde el Programa Proteger del Gobierno de la Ciudad, que se dedica justamente a contener y asesorar a mayores de 60 años en distintas situaciones de abuso, también coinciden en que el maltrato por parte de los hijos es el más denunciado. "En general, las denuncias recibidas respecto a los hijos están relacionadas al maltrato psicológico. Esto se da en la violación de sus derechos de tomar decisiones, agresiones verbales, silencios ofensivos, negar ver a los nietos, invadirles la casa o amenazarlos con el abandono", señala Mariana Stella, coordinadora de Proteger. En el segundo lugar se ubica el abuso financiero: el 10% de los abuelos refieren haber firmado papeles sin saber de qué se trataban. "O los familiares hacen uso de la jubilación, bienes y pertenencias sin consentimiento del adulto mayor", amplía Stella.

El la Provincia de Buenos Aires, en cambio, aún no hay una entidad pública que reciba las denuncias y por lo tanto no hay estadísticas. "Desde el Gobierno bonaerense se instaló el tema y cada Municipio decide cómo aplicar sus políticas", indicó Pedro Morán, director provincial de Derechos Sociales.

Para prevenir estas situaciones de violencia, los especialistas consultados por Clarín hablan de "empoderar" al adulto mayor: esto es, hacerle saber sus derechos y fortalecerlo al momento de denunciar. Lo cierto es que justamente ahí está el problema: dar aviso a la Policía es muy complicado para muchos abuelos. ¿Por qué? "El 70% de los casos es abuso psicológico, algo muy difícil de comprobar. A los abuelos no les creen cuando lo cuentan", apunta Stella. Eugenio Semino, defensor de la Tercera Edad de la Ciudad, coincide: "Se suele dar menos credibilidad a las afirmaciones de un anciano, más aun si el mayor es percibido como alguien 'difícil', y el familiar o cuidador se comunica bien con los profesionales". De hecho, según la encuesta, el 43% de los afectados sigue recurriendo a su familia para pedir ayuda.

En los geriátricos, muchos están contra su voluntad
Según los especialistas, la internación debe ser la ultima opción

Una situación que suele ser muy conflictiva tanto para el anciano como para su núcleo familiar es la internación en un geriátrico. En 2008, una investigación realizada por la Universidad Isalud con el patrocinio de la OPS, que publicó Clarín, había revelado que un 30% de los abuelos internado en un geriátrico está allí contra su voluntad. Dos años después, según Mónica Roqué, directora de Políticas para Adultos Mayores, esa cifra prácticamente no varió. Los datos del último censo poblacional revelan que el 4% de los mayores de 60 años vive en un geriátrico.

Los especialistas señalan que la institucionalización debe ser una decisión, en la medida de lo posible, consensuada. No obstante, el geriatra Miguel Angel Acanfora cree que el porcentaje real de internados en contra de su voluntad debe ser de un 15%. Y marca una diferencia: que muchas veces la persona tiene una percepción sobre su independencia que no se condice con la realidad. Esto es, por ejemplo, un abuelo con una demencia cree que puede vivir solo, pero ya no está en condiciones de hacerlo. "Antes de internar a un anciano, hay que agotar todos los recursos y medios de diagnóstico. Debe institucionalizarse cuando ya no es independiente, en lo físico o en lo psíquico, para realizar actividades de la vida diaria", explica. Sin embargo, aclara que la tendencia hoy es tratar que el paciente siga viviendo en su casa, con asistencia domiciliaria.

Abuelos maltratados. Consejos
Laura Bottini, gerontóloga y presidente de la Asociación Civil Integra, advierte que el maltrato psicológico es el más difícil de detectar. Pero hay señales que dan el alerta, como no dejar intervenir al anciano en las conversaciones, no permitirle opinar como un miembro más de la familia, que le dediquen palabras peyorativas a repetición o que desestimen sus experiencias.

Ante una situación de maltrato, aconseja en primer lugar la resolución pacífica. Juntar a la familia y plantear el problema. Si no da resultado, recurrir a alguna entidad que brinde contención.

Si el problema es grave, hacer la denuncia en la comisaría más cercana. Deben tomar la denuncia y albergar a la víctima hasta conseguirle un lugar seguro donde derivarla. Si no quieren recibir la denuncia, ir a una entidad de asistencia.

Fuente: Clarin.com
http://www.clarin.com/diario/2010/04/26/um/m-02187906.htm