Listin Diario
Yaniris López
2/11/2008
Terminar la universidad, hacer un máster o un doctorado no siempre garantiza un puesto de trabajo en RD. No si se es mujer y si la preparación se toma más de 35 años. ¿Quién decide la vida productiva de la mujer?
Santo Domingo.- Como si se tratara de un producto que viene de fábrica con su fecha de caducidad en la etiqueta, la mujer dominicana está condenada a reducir su vida laboral y productiva a partir de los 40 años, de los 35 en muchos casos.
Mientras las leyes dominicanas exigen una edad mínima de 30 años para presidir la presidencia de la República o para ocupar ciertos puestos gubernamentales, acceder a un trabajo en una empresa privada o pública, pasada esta edad, es una lotería.
Una carta enviada a la dirección del LISTÍN DIARIO por una ciudadana que se queja de la falta de oportunidades de trabajo debido a su edad, motivó a más mujeres a denunciar la situación y a varias instituciones a defender sus derechos laborales.
Luisa Guerrero Liz, de 50 años, expresaba en la carta, escrita a mano y en perfectas cursivas, que había solicitado trabajo en varias instituciones y en todas sólo le respondían “yo le llamo”.
“No soy profesional, soy ama de casa, pero yo entiendo que debe haber oportunidades para todos”, dice la señora que se dedica a vender helado, habichuelas con dulce y otros productos en las calles mientras espera que la llamen.
“¿Será que como soy una persona de 50 años no hay oportunidades para personas de esa edad?”, se pregunta. Al finalizar la misiva, Luisa le agregó a la firma la palabra “¡ciudadana!”, con signos de admiración. Se notaba desesperada.
Quejas
Los casos se multiplican. Y en todos los sectores. La dermatóloga María Brea participó en un concurso para optar por un puesto en una dependencia gubernamental y le observaron que ya no tenía edad para aplicar a la solicitud.
Victoria Marte, que casi roza los 40, está cansada de aplicar para trabajos en los que siempre le dicen que llena todos los requisitos pero que en verdad necesitan muchachas “un poco más jóvenes”.
Las empresas alegan que no “violan” ninguna regla rechazando solicitudes, pese a que el Principio VII del Código de Trabajo prohíbe cualquier discriminación, exclusión o preferencia basada en motivos de sexo, edad, raza, color, ascendencia nacional, origen social, opinión política, militancia sindical o creencia religiosa, salvo las excepciones previstas por la ley con fines de protección a la persona del trabajador.
Discriminación sutil
Muchas instituciones procuran darle carácter nacional a la defensa de la discriminación por edad. Incluso el presidente de la República, Leonel Fernández, le envió un mensaje al país en octubre pasado con motivo de la conmemoración del Día Mundial del Trabajo Decente que este año promovió el lema “La Igualdad de Género: Corazón del trabajo Decente”.
En el mensaje indicaba que hacer realidad el trabajo decente para cada hombre y mujer dominicana no depende solo de la voluntad y el esfuerzo del gobierno: “Exige la acción concertada de toda la Nación y en especial de una fuerte Alianza Público–Privada y de un claro compromiso de los organizaciones gremiales y sindicales…”
Sin embargo, el estudio de la CEPAL “Escenarios futuros de políticas de vejez en República Dominicana: la persistente demanda por derechos básicos”, publicado en el 2007, achaca a la indiferencia estatal el hecho de que, en el país, un 60.3% de las personas mayores de 60 años no reciba ingresos por pensiones, trabajo o jubilaciones, obligando al 25% de la población a seguir trabajando después de esa edad para poder subsistir.
La desventaja laboral de la mujer frente al hombre y de las personas mayores de 40 años en general contrasta con los reportes sobre la población ocupada perceptora de ingresos del Banco Central, que registra 3,526,752 personas a abril de 2008.
Los reportes indican que la población entre 40 y 59 años, que suman 1,215,721 personas, trabajan alrededor de 71.23 horas a la semana, mientras que la población ubicada entre los 20 y 39 años, que suman 1,841,960, trabajan 55.06 horas, unas 16.17 horas menos que los primeros. La tasa de desocupación del país a abril 2008 rondaba el 14%.
Programas
Susana Maldonado, encargada del departamento de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la Secretaría de Estado de la Mujer (SEM), asegura que la institución lucha por erradicar la discriminación por edad.
“Es cierto que una mujer de 35 años, independientemente del experticio que pueda tener, de su amplio y vasto conocimiento o buen currículo, tiene dificultad en el acceso a un empleo y eso en comparación con el hombre”.
La paradoja de la situación, expresa, es que el país es signatario de acuerdos internacionales sobre el tema, entre ellos suscriptor del Comité para la Eliminación de todas las formas de Discriminación en contra de la Mujer (CEDAO).
“El país es compromisario frente a la Organización del Trabajo (OIT) de todo lo relacionado en derechos laborales.
Se han estado esfuerzos desde la Secretaría de Trabajo, lo reconocemos, desde la Secretaría de la Mujer y desde otras instancias de la sociedad civil en defensa del derecho que tiene la mujer en términos generales, pero existe la discriminación de la edad”, explica.
Para la socióloga, existe la discriminación no sólo por edad. “Hay discriminación en el acceso al empleo para las mujeres por el solo hecho de ser mujer.
Se ha dado el caso de que un hombre y una mujer, con la misma capacidad, van a solicitar un empleo y se lo dan al hombre y, más que eso, hay discriminación incluso con lo salarial, porque hay situaciones en las que un hombre y una mujer desempeñan las mismas funciones y el hombre recibe mejor salario”.
Proyectos
La lucha de la SEM como rectora de las políticas de género en el país viene de lejos. Antes de que se hablara de Objetivos del Milenio, la SEM había planteado propuestas de equidad que incluían los aspectos político, medioambiental y laboral.
Providencia Matos, de la Dirección de Defensoría de la SEM, dice que estos trabajos están contemplados en el Plan Nacional de Equidad y Género 2007-2017 (PLANEG II), que se ejecuta a través de las Oficinas de Equidad de Género y Desarrollo (OEGD).
Matos considera que la estupidez más grande que tiene el empresariado es no aceptar a una mujer de más de 40 años. “La mujer a esa edad ya no pare, no tiene que pedir premiso para llevar el muchacho al médico, es un recurso que todavía es productivo, con capacidad y experiencia. Pero la echan a un lado, la marginan totalmente”.
Al referirse a la buena presencia que tanto reclaman los empleadores, Providencia se mira, se señala a sí misma, sonríe y dice: “Si es por eso yo no tengo derecho a la vida. Ni la edad ni el físico me acompañan.
Es mi capacidad intelectual y la experiencia que le puedo aportar a la nación lo que cuenta”.
DESDE LA SET
La Secretaría de Trabajo (SET) hace su parte. Según Sarah Pimentel, del Servicio Nacional de Empleo, más de 26,114 personas buscan trabajo a través del sistema de intermediación de empleo de la SET, www.empleateya.net.
A octubre de este año, el portal tiene registradas 900 empresas y alrededor de 1,000 puestos disponibles. Ella tiene su propia percepción sobre el problema que representa acceder libremente a un empleo después de los 35 y 40 años.
“La transición demográfica que vive nuestro país y que se traduce, en términos simples, en un aumento importante de la población adulta mayor, conlleva a preguntarnos por qué muchas veces el mercado laboral es tan limitado y sesgado para este segmento de la población”.
Asegura que en nuestro país la experiencia ha sido reemplazada por el nivel académico, y que muchas veces se cambia a un maestro de treinta años de experiencia por un ingeniero titulado, quince o veinte años menor.
“Existen países donde hasta ahora se potencia y valora la experiencia de los adultos mayores y se les brinda la posibilidad de ir adaptando las exigencias laborales según sus capacidades”.
En todo caso, la SET pone sus iniciativas al servicio de la población. Pimentel informa que desde el año pasado trabajan con éxito iniciativas puntales de empresas que les solicitan específicamente personas con rangos de edad mayores a los 45 años.