Ante el progresivo envejecimiento de la población tanto en Chile como en el resto de la región, el investigador europeo llamó a acelerar la apertura de estas unidades. Directora del Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA) afirmó que este fenómeno “vino para quedarse”.
La Segunda Internet (Chile)
22/10/2008.
Un urgente llamado a disponer de mayor infraestructura y capacidad de atención sanitaria para los adultos mayores en Chile y la región, hizo el destacado académico y doctor español Leocadio Rodríguez, director de la Unidad de Geriatría del Hospital de Getafe (España), quien fue el principal expositor del seminario “Gestión de cuidados continuos a las personas mayores: qué dice la evidencia científica y empírica”, realizado por la Corporación de Investigación, Estudio y Desarrollo de la Seguridad Social (CIEDESS) y la Caja de Compensación Los Andes, y en el cual también intervino la directora del Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA), Paula Forttes.
En la oportunidad, Rodríguez y un grupo de expertos nacionales del sector público y privado en la atención del adulto mayor, reseñaron las mejores modalidades de atención y prevención para un país como Chile, cuyo envejecimiento crece a tasas aceleradas, mostrando poco más de dos millones de habitantes por sobre los 60 años de edad, lo que significa un 13 por ciento de la población, según cifras oficiales.
PREOCUPANTE DÉFICIT
Según el doctor Rodríguez, miembro de la Sociedad Española de Medicina Geriátrica y presidente de la Academia Latinoamericana de Medicina del Adulto Mayor (ALMA) y coordinador de la Red Temática de Investigación Cooperativa "Envejecimiento y Fragilidad" (RETICEF) del Instituto de Salud Carlos III, perteneciente al Ministerio de Sanidad y Consumo español, “es muy preocupante la falta de departamentos y unidades geriátricas, porque luego habrá que ir amoldando el crecimiento de esos servicios a las necesidades de los pacientes y a la dotación de que el sistema disponga, tanto de personal de enfermería, como médico y otros profesionales”.
Respecto a la realidad chilena, Rodríguez explicó que –sin querer ahondar en aspectos específicos de las políticas que se aplican en el país respecto al adulto mayor- “hay muy pocas unidades y el crecimiento de población que se espera para Chile pone de manifiesto que es una necesidad empezar a abrir servicios de geriatría a una velocidad mucho mayor de lo que se ha abierto hasta ahora”.
Consultado respecto a la labor de las casas de acogida, tan comunes como corolario de la vida para el adulto mayor en nuestra sociedad, Rodríguez aseguró que si bien es cierto su labor es noble y muy útil en casos que ameritan cuidados de alta complejidad, “no se puede pensar en que todo el plan de atención al anciano se debe basar en estos hogares”.
“No podemos esperar a que las personas se incapaciten para llevarles a una residencia y no evitar todo lo que anteriormente se puede intervenir para evitar que aquella persona necesite el hogar de acogida”, dijo el experto.
DATOS EN CHILE
Paula Forttes, directora del Servicio Nacional del Adulto Mayor (SENAMA), enfatizó que el país está en un buen momento para discutir esta problemática, ya que el envejecimiento progresivo de la población a nivel nacional “vino para quedarse”.
La autoridad afirmó que la estimación que el Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE) dio para Chile en los noventa respecto a envejecimiento ya fue superada. “Nuestro país tiene actualmente dos millones de mayores de 60 años, un 13 por ciento de la población, con 130 mujeres por cada 100 varones. Es decir, la tendencia a la feminización de la vejez se da como en otras realidades, y se acrecienta a medida que aumentamos la esperanza de vida”, comentó.
Raúl Gardilcic, presidente de la Corporación de Investigación, Estudio y Desarrollo de la Seguridad Social (CIEDESS), una de las organizadoras del seminario junto a la Caja de Compensación Los Andes, agregó que “el promedio de edad de nuestras generaciones está creciendo a tasas tales, que en 20 años más habrá más personas de 60 y más años que jóvenes de 15 o menos años”.
El directivo puso énfasis en los distintos fenómenos asociados al envejecimiento, “algunos primeramente sociales, porque nuestras generaciones basarán una cuota importante de sus relaciones sobre la base de miradas de personas mayores. Habrá efectos económicos, porque al vivir más tendremos que prepararnos más, cualquiera sea el mecanismo previsional que los países tengan”.
EXPERIENCIA DE TRABAJO
Para exponer acerca del trabajo en terreno que instituciones de diversa índole realizan e favor de la inserción y mejoramiento de las condiciones de la ancianidad, la Doctora Adriana Cruzat, directora de Salud de la Fundación Las Rosas, explicó las principales líneas de trabajo de la entidad, que atiende a cerca de 2 mil 500 adultos mayores en 40 centros distribuidos entre las regiones de Valparaíso y Bío Bío.
Según Cruzat, la institución de ayuda posee un perfil de usuarios internos cuyo 11 por ciento corresponde a autovalentes, 51 por ciento de semivalentes y 38 por ciento de no valentes. Las atenciones que entrega la fundación se dividen en 300 mil días/cama, 23 mil consultas, 19 mil atenciones de enfermería y 95 mil atenciones kinésicas.