Cómo evitar situaciones de agresión a los ancianos

Miércoles, 30 de Julio de 2008

Canal: Políticas y Derechos

La falta de capacitación para la atención de los adultos mayores puede generar situaciones de maltrato y violencia de parte de los cuidadores informales que no siempre están preparados para asistir a los abuelos. Los especialistas coincidieron en que en general, los agresores pertenecen al círculo familiar de las víctimas o son sus cuidadores, que no siempre están formados para asistirlos.

InfoRegión (Argentina)
18/ Julio/ 2008.

La falta de capacitación para la atención de los adultos mayores puede generar situaciones de maltrato y violencia de parte de los cuidadores informales que no siempre están preparados para asistir a los ancianos, afirmaron especialistas en gerontología.

En el marco del cierre del mes de concientización sobre la violencia hacia la tercera edad, que comenzó el 15 de junio y concluyó el martes, los profesionales consultados advirtieron que en general, los agresores pertenecen al círculo familiar de las víctimas o son sus cuidadores, que no siempre están formados para asistirlos.

Invitada a disertar sobre el tema en la Fundación Navarro Viola, la funcionaria Marcela Brown, de la Dirección Nacional de Políticas para Adultos Mayores, indicó que la capacitación de los cuidadores es una de las necesidades más demandadas en el ámbito de la tercera edad.

Brown mencionó el Programa Nacional de Cuidados Domiciliarios, una de las iniciativas de capacitación más extendidas en el país a la hora de formar personal de asistencia geriátrica y promover que la permanencia de los ancianos en sus casas.

No obstante, el director de la Escuela de Gerontología de la Universidad Maimónides, René Knopoff, aseguró que "en muchos casos se delega el cuidado de los viejos en personas contratadas para realizar los quehaceres domésticos, porque los honorarios son más bajos".

Para Knopoff, "todavía no hay suficiente conciencia social sobre la importancia que reviste una buena formación en gerontología" en parte, dijo, porque las sociedades actuales no se acomodaron a la explosión demográfica de los últimos 60 años en los que la cantidad de adultos mayores aumentó considerablemente.

"Recién en estos 10 años se está expandiendo la capacitación de los asistentes gerontológicos, que es un primer grado de formación -agregó-. Aún no se formó la cantidad de profesionales necesaria".

El director de la Escuela de Gerontología de la Universidad Maiomónides señaló que sólo en la Ciudad de Buenos Aires, el 17% de una población aproximada de 3 millones de personas tiene 65 años o más: son 500.000 adultos mayores de los cuales, el 13% (unos 65.000) precisa asistencia.

Los especialistas consultados coincidieron en que una intervención adecuada por parte de los cuidadores mejora la calidad de vida de los ancianos, reduce el número de internaciones en geriátricos y pospone la asistencia institucional.

Muchas veces, agregaron, el maltrato se origina en el desconocimiento de las personas que deberían estar capacitadas para asistirlos y en el estrés, no contemplado, que genera el trabajo en sí mismo.

"Las personas mayores tienen patologías múltiples", explicó la presidenta de la Red Internacional de Prevención del Abuso y Maltrato en la Vejez (INPEA, según su sigla en inglés), una organización con estatus consultivo de Naciones Unidas, Lia Daichman.

"Un infarto de miocardio, por ejemplo, que en los adultos jóvenes se presenta con dolor en el pecho y en el brazo izquierdo, en los adultos mayores puede manifestarse con síntomas gástricos y si el médico y el cuidador no están preparados para detectarlo, el cuadro puede pasar desapercibido", continuó.

"La educación de la gente que cuida gente, es la mejor prevención para erradicar la negligencia y la violencia", concluyó Daichman. Por su parte, la psicogerontóloga Laura Bottini, especialista en mediana edad y vejez, advirtió sobre el estrés laboral que sufre el cuidador y sus consecuencias, como la baja tolerancia que puede desarrollar frente a la persona que cuida.

"El estrés laboral existe -subrayó Bottini-. Hay que tomar conciencia y capacitar a los cuidadores para que sepan cómo protegerse y que no transformen su propio malestar en situaciones de violencia".

Los asistentes capacitados cumplen jornadas laborales rotativas de ocho horas y en general, concurren a talleres de contención donde se reúnen con personas que están en la misma situación que ellos, entre otras medidas precautorias que no alcanzan a los cuidadores informales.