Informaciones

Editorial Nº 89 de Junio de 2007

Viernes, 01 de Junio de 2007
Editoriales RLG

El buen trato debe ser la unidad de medida para evaluar la calidad de servicios dirigidos a las personas adultas mayores

De algún modo en los distintos países de la región se ha venido diseñando e implementando programas y proyectos que buscan la promoción de personas adultas mayores.  Siendo aquello positivo, se hace necesario conocer más sobre las condiciones y formas en que aquellas iniciativas están siendo  ejecutadas, de manera que se encaminen en forma efectiva a lograr un mejoramiento de las condiciones y calidad de vida de las personas adultas mayores, especialmente de las más pobres y excluidas social y económicamente.

La incorporación de las personas adultas mayores y de sus asociaciones y organizaciones en la concepción de políticas y medidas concretas, sin duda que es un factor que debe contribuir a diseñar acciones más eficaces en la medida que ofrece la oportunidad de considerar el contexto como una dimensión sustantivamente ligada a la promesa de logros que se pueden obtener a través de las acciones.  A su vez, resulta también vital contar con los cuadros profesionales adecuados.  Se sabe que en el trato que se brinde a las personas adultas mayores es fundamental la actitud que se tenga frente al propio envejecimiento, pues de ello depende en gran parte la posibilidad de evitar relaciones dominantes, sea que éstas adopten formas de sobreprotección o de abierto maltrato.  La gratitud que usualmente las generaciones actuales de adultos mayores suelen expresar frente a los servicios que reciben, no se puede confundir con sumisión y aceptación de servicios de mala o deficiente calidad.  Es preciso también tener presente que las normas de cortesía, son pautas culturales que están aún fuertemente arraigadas en las formas de sociabilidad practicadas por las personas mayores, y que cuando los prestadores de servicios refuerzan relaciones asimétricas, están cometiendo abuso y maltrato.

A veinticinco años de aprobado el Plan de Viena y a cinco del Plan de Madrid, es tiempo ya de que el buen trato sea la unidad de medida central para evaluar las acciones realizadas.  Este 15 de Junio, cuando se celebra el segundo Día Mundial de la Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la vejez, es una fecha propicia para apoyar la extensión y consolidación del rol de las Defensorías del Adulto Mayor, las que conjuntamente con las labores educativas, puedan velar por la calidad de los servicios y el respeto a un buen trato a las personas de edad.  Esta es una tarea vital para encauzar las acciones que se realicen dentro del espíritu plasmado en la Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento que nos insta a transformar el envejecimiento en una fuerza poderosa al servicio de la construcción de una sociedad para todas las edades.

Ximena Romero – Coordinadora de la RLG

Christel Wasiek – Coordinadora de la RLG 

1 de Junio de 2007.