Informaciones

Editorial N° 137 de Junio 2011

Miércoles, 08 de Junio de 2011
Editoriales RLG

A propósito del Día mundial de toma de conciencia del abuso y maltrato hacia la vejez

Invitación a interrogarnos acerca de nuestro lenguaje, nuestras actitudes y formas de relación con la vejez.

El próximo 15 de junio tendrá lugar por sexto año consecutivo el Día mundial de toma de conciencia del abuso y maltrato hacia la vejez el cual constituye una oportunidad para concertar acciones que contribuyan a despertar y a aumentar nuestra sensibilidad con respecto a las tan distintas formas de mal-trato que atropellan la dignidad y el derecho de las personas viejas al reconocimiento y al respeto.

La dignidad es un don inherente a toda persona humana. En las personas viejas se atropella fácil y frecuentemente la dignidad cuando se les niega autonomía, cuando se les coartan condiciones que les permitirían vivir bien y con calidad de vida, cuando no se les reconoce como personas capaces de pronunciarse y decidir por ellas mismas. En cambio, se les estereotipa –como si todas fuesen iguales-; se les discrimina de muchas formas por razón de su edad y así se allana el camino a la continua vulneración de sus derechos más fundamentales.

Una ilustración de lo anterior es la violencia verbal y no verbal en contra de las personas viejas. Violencia que, con frecuencia, alcanza niveles altamente indignantes, los cuales no podemos, ni debemos seguir propiciando y tolerando, porque entonces nuestro silencio se transforma en cómplice.

Las palabras son una forma poderosa de acción: así como pueden contribuir a favorecer relaciones emancipadoras, también pueden ayudar a perpetuar relaciones de dominación y violencia, las cuales estigmatizan, desempoderan, esconden con eufemismos realidades como la vejez, al igual que pretenden desconocer que vivimos envejeciendo. Porque paradójicamente, mientras se evidencia que cada vez hay más personas viejas o que viven más tiempo, se denigra –sin más- de la vejez por considerarla, desde miradas estereotipadas, solamente como menoscabo, cuando no como deterioro e incapacidad per se.

Los estereotipos se extienden e incluso son asumidos por unas cuantas personas viejas, quienes llegan a avergonzarse de estar viviendo la vejez. Buscan entonces formas de disimular que han vivido, como si se tratara de un estigma; tratan de comportarse de acuerdo con modelos o arquetipos juveniles e incluso acuden a dualismos trasnochados, aludiendo a ‘un cuerpo que envejece, mientras el espíritu permanece joven’, o a un documento de identidad que envejece y llega a ser viejo, mientras la persona supuestamente permanece estática.

El respeto a la dignidad y al derecho a tener derechos y a ejercerlos plenamente durante todo el transcurso de la vida, constituyen valores morales e imperativos políticos irrenunciables que debemos promover, así como hacer exigible su cumplimiento. Hoy, cuando la invitación es a contribuir a tomar conciencia del abuso y del maltrato en la vejez, para poder evitarlos, debemos interrogarnos acerca de nuestro lenguaje, de nuestras actitudes y formas de relación: ¿estaremos o no aportando a propagar un lenguaje que libere a las personas viejas de los estigmas y estereotipos que violentan su dignidad como personas y en los cuales se funda la relativización de sus derechos?

Ximena Romero – Coordinadora de la RLG
Christel Wasiek – Asesora de la RLG

Junio de 2011.