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Los mexicanos llegan a la vejez sin posibilidad de ahorro ni capacitación laboral

Lunes, 18 de Abril de 2011
Recortes de prensa

Las bajas pensiones y la poca preparación coloca a este sector en una situación de inseguridad económica, destacó Verónica Montes de Oca, del IIS de la UNAM.

En México, las personas con 60 años y más llegan a la etapa de vejez sin capacidad de ahorro, muchos con baja escolaridad y poca preparación para el cambio tecnológico, o para cubrir sus necesidades laborales, afirmó Verónica Montes de Oca, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.

Esos factores, aunados a las depreciadas pensiones, colocan a este sector en una situación de inseguridad económica y laboral, que los ha llevado a incorporarse al trabajo informal en condiciones precarias, con sueldos reducidos y jornadas prolongadas, subrayó.

Actualmente, apuntó, una parte de los adultos mayores (60 años o más) son económicamente activos, pues del total nacional, 30 por ciento tiene empleo formal; no obstante, en las próximas décadas este segmento presentará tasas de participación de más de 50 por ciento de los habitantes del país, para los varones, y de casi 30 por ciento, para las mujeres –según estimaciones del Consejo Nacional de Población–, refirió la especialista en género y vejez.

En México, en 2010, el número de personas consideradas en este sector representó más del nueve por ciento, y se estima que esta cifra se incrementará en los próximos años, hasta alcanzar cerca de 30 por ciento en 2050.

Esta porción poblacional, recalcó, es pobre en su capacidad económica, y aunque puede tener capital social y cultural por la experiencia acumulada, o por haber enriquecido sus relaciones familiares, vive en incertidumbre grave frente a la rapidez del avance tecnológico, a las demandas del mercado laboral, por su baja escolaridad y por la ausencia de un esquema de protección universal.

Su continuidad en el mercado de trabajo, aún con enfermedades crónicas, se debe principalmente a que el poder adquisitivo en las familias ha disminuido, paulatina y progresivamente, desde hace décadas, abundó.

También, obedece a que los tratamientos médicos que necesitan deben ser costeados por ellos mismos o sus familiares, pues aún no cuentan, muchas veces, con los fármacos requeridos, abundó.

A nivel individual, precisó, el envejecimiento no se vive igual en hombres y mujeres; aunque ellas tienen mayor esperanza de vida, la generalidad no recibe ingresos por jubilación o pensión, y registran menores tasas de participación económica, lo que las coloca en una vulnerabilidad mayor a la de los varones.

Condiciones de trabajo.

Los hombres y mujeres adultos mayores generalmente desarrollan actividades no asalariadas y carecen de cobertura médica y social, aunque por las horas laborales –en promedio, 39 a la semana– se les puede considerar trabajadores de tiempo completo.

Normalmente, ellas se insertan en actividades por cuenta propia, como ventas, trabajo doméstico, o viven del apoyo familiar, si fueron madres o esposas, indicó.

En cambio, los varones participan más en el mercado formal y eso les da la posibilidad de ser, por más tiempo, proveedores y padres de familia, concluyó.

Fuente: Mi Morelia.com - ‎15/04/2011
http://www.mimorelia.com/noticias/64595