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Editorial RLG Nº 119 de Diciembre 2009.

Miércoles, 02 de Diciembre de 2009
Editoriales RLG

Intervención pública es clave para el desarrollo de ciudades amigables con las personas adultas mayores

Los escasos avances en el desarrollo de entornos físicos y sociales que den cuenta del cambio demográfico hacia el envejecimiento poblacional, son un hecho patente en nuestra América Latina. Basta con mirar en nuestro entorno inmediato para corroborar que estamos muy lejos de la meta de ciudades amigables, ciudades inclusivas, para todas las edades.

La población adulta mayor, que constituye el grupo que crece más sostenidamente, ve particularmente afectada su calidad de vida y posibilidad de ejercer plenamente sus derechos al uso social de la ciudad, fundamentalmente debido a que nuestras ciudades estás pensadas desde el imaginario de una población que se mantiene eternamente joven, y porque privilegian su uso para los negocios por sobre la calidad de vida de las personas que la habitan.

Tanto la comunicación como la movilidad son dos condiciones centrales para que las personas adultas mayores participen en la vida social. En nuestros países, los Estados se han sustraído de asumir responsabilidad al respecto a través de políticas públicas y han dejado que estas condiciones se resuelvan al arbitrio del mercado para el cual, mayoritariamente, las personas viejas no son significativas.

La intervención pública es fundamental para terminar con barreras físicas y sociales que coartan la autonomía de las personas adultas mayores para su inclusión y participación social, para localizar y asegurar accesibilidad a servicios públicos relevantes para las personas mayores como los de salud y transporte, así como para el establecimiento de servicios de apoyo que permitan resolver adecuadamente, por ejemplo, la provisión de alimentos y suministros para la vida cotidiana.

Tal vez el retraso se deba a que cambios significativos en este ámbito, no se pueden conseguir con proyectos y programas de baja escala con los cuales los gobiernos creen estar respondiendo a las transformaciones que exige el envejecimiento poblacional en nuestros países. Cambios verdaderamente importantes que comiencen a encaminarnos hacia el objetivo de ciudades para todas las edades, requieren de una voluntad política de la cual hasta hoy éstos carecen.

Desde las organizaciones de la sociedad civil necesitamos ser más activos en las demandas y reclamo por el desarrollo de ciudades amigables con las personas viejas, porque pocos cambios podemos esperar si lo dejamos a la iniciativa de nuestros gobernantes.

Ximena Romero – Coordinadora RLG
Christel Wasiek – Asesora RLG

2 de Diciembre de 2009.